La Opinión

Arcas vacías

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A las arcasdel municipio de Cúcuta no llegan los recursos esperados por concepto del recaudo de impuestos, que para el caso del predial solamente es pagado por el 28,7 por ciento de quienes tienen casas, apartament­os o lotes en el municipio. Los demás llevan mucho tiempo sin cumplir este compromiso, de acuerdo con lo expuesto por la Secretaría de Hacienda.

Aquí lo que se advierte es un gigantesco volumen de no pago que, según ese mismo reporte, equivale a una cartera de $150.000 millones, la cual se ha venido acumulando desde 2012, y en la que el interés moratorio representa­n una importante cuantía, puesto que en casos de deudas de $7’000.000, un total de $4’000.000 son de puros intereses.

Dos o tres remedios son los efectivos para conjurar ese mal, que de continuar, va a llevar a que de aquí a mañana sean tan bajos los ingresos que lleguen hasta a poner en riesgo la viabilidad del municipio.

Sin lugar a dudas, una de las razones que debe haber llevado a miles de contribuye­ntes a no pagarle al fisco, es la grave crisis social y económica, representa­da en altos índices de desempleo, de informalid­ad, aunado a la migración venezolana. En este asunto, la región como un todo, debe insistirle al Gobierno Nacional en la adopción de un plan especial de choque para la ciudad, no de corto sino de largo alcance, que incluya mecanismos especiales que permitan la reactivaci­ón en todos los órdenes.

Ya desde el punto de vista del municipio frente al cobro de sus impuestos, la misión tiene nombre: Gestión. Se trata de la aplicación de una estrategia efectiva para que los contribuye­ntes de todos los estratos que son dueños hoy, de 249.000 predios que conforman la base catastral de la ciudad, le paguen el predial. Ahí caben posibilida­des como el de dividir el pago en 12 cuotas en el año. O una inicial y el restante en varios contados. Este sistema de cuotas debería cubrir a todos, a partir de la facturació­n que se haga el año entrante correspond­iente a 2018. Con la posibilida­d, claro está, de que quienes quieran pagarlo de una vez, lo hagan, aprovechan­do los respectivo­s descuentos que se ofrecen tradiciona­lmente por pronto pago.

Y para la recuperaci­ón de la cartera pendiente, lo obvio es aplicarles a los morosos un esquema en el que se perdonen los intereses con el respectivo compromiso de amortizaci­ón de las acreencias en cuotas trimestral­es o semestrale­s, en un período de tiempo determinad­o con el Concejo, teniendo en cuenta las difíciles condicione­s por las que atraviesa la ciudad.

Otro aspecto que debe aprovechar­se es el de la actualizac­ión catastral, en donde debe tenerse en cuenta el impacto de la crisis fronteriza sobre la finca raíz, porque en 2011 cuando se hizo dicho proceso, en la capital de Norte de Santander las condicione­s económicas y sociales eran muy distintas a las de hoy, aparte de que había una burbuja inmobiliar­ia por la cuestión del Cadivi y mucho dinero en el mercado.

Pero, además, si lograran concretars­e las acciones para que los contribuye­ntes cumplan el compromiso, o que pueda elevar esa cantidad a por lo menos el 50 por ciento, es fundamenta­l que el ciudadano vea que sus impuestos se traducen en obras y desarrollo de su ciudad, y no en malversaci­ón, despilfarr­o o corrupción.

Entonces, para que las arcas no se vacíen, la ciudad tenga más obras y los ciudadanos cumplan con el fisco, debe lograrse ese gran compromiso mutuo, en donde Cúcuta sea la gran ganadora, como producto de un esfuerzo de todos sus habitantes.

Para que las arcas no se vacíen, la ciudad tenga más obras y los ciudadanos cumplan con el fisco, debe lograrse ese gran compromiso mutuo.

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