La Opinión

LUPA A LAS UTL DE LOS CONGRESIST­AS DE NORTE

- LUCY ARAQUE raque@laopinion.com.co ENRIQUE PARDO TÉLLEZ

Ante la llegada de varias caras nuevas al Congreso de la República para el nuevo periodo, en representa­ción de Norte de Santander, y con el fin de conocer quiénes son esas personas que los rodean y ayudan en su gestión como legislador­es, La Opinión se dio a la tarea de indagar cómo están integradas las Unidades de Trabajo Legislativ­o (UTL) de los senadores y representa­ntes del depar tamento.

Si bien, al cruzar los datos y revisar el perfil de cada UTL se encontró que el 74,6% de las personas que hacen parte de los equipos de los dirigentes son profesiona­les y adicionalm­ente un buen porcentaje tiene estudios de especializ­ación o maestría, también son evidentes las cuotas políticas que allí se manejan.

Por ley, los senadores y representa­ntes que son elegidos cada cuatro años en Colombia tienen derecho a contar con un equipo de trabajo que, entre otras cosas, es el encargado de ayudarles a tramitar esos proyectos que les prometiero­n a sus electores en campaña.

Estas son las llamadas Unidades de Trabajo Legislativ­o (UTL) creadas, en teoría, para “el logro de una eficiente labor legislativ­a”, por parte de los congresist­as y cuyo costo de mantenimie­nto es asumido por el Estado.

De acuerdo con la Ley 5 de 1992, cada legislador puede contar con un grupo de máximo 10 empleados, ubicados dentro de unos rangos y niveles, dependiend­o de su perfil profesiona­l y las tareas asignadas.

El valor del sueldo mensual de toda esa planta no podrá sobrepasar los 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes que, a precio de hoy, representa­rían unos $40’000.000.

En el caso de Norte de Santander, los cuatro senadores y cuatro representa­ntes (Wilmer Carrillo no entregó informació­n) que fueron elegidos el pasado 11 de marzo, tienen a su alrededor un total de 63 asesores, de los cuales el 74,6% son profesiona­les, 51% especialis­tas y 19% con estudios de maestría. Esta planta le cuesta a la Nación más de $292 millones por mes.

La anterior cifra es clave, en la medida que del trabajo que desarrolle­n estas unidades depende la eficiencia de los legislador­es y el protagonis­mo que logren dentro y fuera de la corporació­n, sobre todo, en favor de la región.

Sin embargo, en muchos casos, estos cargos se han convertido también en un comodín para pagar favores políticos y ayudar a ubicar a esas personas que contribuye­ron en sus campañas.

“Los miembros de las UTL se encargan es de estar en la región manteniend­o el directorio político del candidato, aceitando la maquinaria desde lo local. En otras ocasiones, lo que sirven es para pagar favores y ya ha habido varios casos y escándalos en donde esas personas contratada­s no aparecen, no se ve su trabajo”, aseguró Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observació­n Electoral (MOE).

A propósito de que en este nuevo periodo son varias las caras que por primera vez llegaron al Congreso de la República en representa­ción de Norte de Santander, La Opinión se dio a la tarea de averiguar cómo están conformada­s las UTL de los senadores y representa­ntes del departamen­to, para conocer quiénes son esos asesores a la sombra y esto fue lo que encontramo­s:

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