LUPA A LAS UTL DE LOS CONGRESISTAS DE NORTE
Ante la llegada de varias caras nuevas al Congreso de la República para el nuevo periodo, en representación de Norte de Santander, y con el fin de conocer quiénes son esas personas que los rodean y ayudan en su gestión como legisladores, La Opinión se dio a la tarea de indagar cómo están integradas las Unidades de Trabajo Legislativo (UTL) de los senadores y representantes del depar tamento.
Si bien, al cruzar los datos y revisar el perfil de cada UTL se encontró que el 74,6% de las personas que hacen parte de los equipos de los dirigentes son profesionales y adicionalmente un buen porcentaje tiene estudios de especialización o maestría, también son evidentes las cuotas políticas que allí se manejan.
Por ley, los senadores y representantes que son elegidos cada cuatro años en Colombia tienen derecho a contar con un equipo de trabajo que, entre otras cosas, es el encargado de ayudarles a tramitar esos proyectos que les prometieron a sus electores en campaña.
Estas son las llamadas Unidades de Trabajo Legislativo (UTL) creadas, en teoría, para “el logro de una eficiente labor legislativa”, por parte de los congresistas y cuyo costo de mantenimiento es asumido por el Estado.
De acuerdo con la Ley 5 de 1992, cada legislador puede contar con un grupo de máximo 10 empleados, ubicados dentro de unos rangos y niveles, dependiendo de su perfil profesional y las tareas asignadas.
El valor del sueldo mensual de toda esa planta no podrá sobrepasar los 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes que, a precio de hoy, representarían unos $40’000.000.
En el caso de Norte de Santander, los cuatro senadores y cuatro representantes (Wilmer Carrillo no entregó información) que fueron elegidos el pasado 11 de marzo, tienen a su alrededor un total de 63 asesores, de los cuales el 74,6% son profesionales, 51% especialistas y 19% con estudios de maestría. Esta planta le cuesta a la Nación más de $292 millones por mes.
La anterior cifra es clave, en la medida que del trabajo que desarrollen estas unidades depende la eficiencia de los legisladores y el protagonismo que logren dentro y fuera de la corporación, sobre todo, en favor de la región.
Sin embargo, en muchos casos, estos cargos se han convertido también en un comodín para pagar favores políticos y ayudar a ubicar a esas personas que contribuyeron en sus campañas.
“Los miembros de las UTL se encargan es de estar en la región manteniendo el directorio político del candidato, aceitando la maquinaria desde lo local. En otras ocasiones, lo que sirven es para pagar favores y ya ha habido varios casos y escándalos en donde esas personas contratadas no aparecen, no se ve su trabajo”, aseguró Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE).
A propósito de que en este nuevo periodo son varias las caras que por primera vez llegaron al Congreso de la República en representación de Norte de Santander, La Opinión se dio a la tarea de averiguar cómo están conformadas las UTL de los senadores y representantes del departamento, para conocer quiénes son esos asesores a la sombra y esto fue lo que encontramos: