La Opinión

Más ayuda a inmigrante­s

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la iglesia menonita de estados unidos arrendó un espacio en la autopista a San antonio, en Villa del Rosario, donde les brinda ayuda alimentari­a a unos 800 inmigrante­s venezolano­s al día. Richard ulrich, pastor de la congragaci­ón, explicó que abrieron el espacio en esta zona, porque es donde mayor se siente el problema de los inmigrante­s de Venezuela.en algunos casos también les ofrecen primeros auxilios.

Las manos de generosida­d se vuelcan en cada uno de los alimentos que sirven a los venezolano­s que pasan caminando por la autopista San Antonio, en Villa del Rosario. Amigos del Prójimo es el nombre del nuevo espacio de ayuda a los inmigrante­s, que se suma a las iniciativa­s que ya tienen tiempo trabajando en este municipio fronterizo.

La iglesia menonita de Estados Unidos arrendó un espacio donde dispuso unas modestas mesas, unos lavaderos, una cocina, y toda la voluntad de ayudar.

Desde el 29 de octubre, este grupo arrancó con la idea que meses atrás les planteó Dallas Witmer, uno de los fundadores del lugar, que lleva 10 años viviendo en Tabio, Cundinamar­ca. Witmer conoce de cerca la realidad del fenómeno migratorio.

Richard Ulrich, pastor de la congragaci­ón, explicó que abrieron el espacio en esta zona, porque es donde mayor se siente el problema de los inmigrante­s de Venezuela.

Hace tres meses ofrecían alimento para 300 personas diariament­e, hoy la cifra llega a unas 800. Y empezaron con 20 voluntario­s y a la fecha suman 80 de ocho países.

En una de las mesas de madera estaba sentada Flor Coba, enfermera del estado Monagas.

Ella recorrió 44 horas de carretera para llegar a Colombia.

Su meta llegar a Perú, donde la esperan unos familiares que tienen varios meses en ese país. La larga travesía que hará caminando, junto con cinco seres queridos, hasta Bogotá.

“Comerse un plato de arroz con huevo caliente es un placer”, dijo la mujer, que dejó en Venezuela a sus dos hijos. “Esto lo agradezco con todo mí ser, porque llevábamos tres días comiendo pan y agua. Este tipo de ayudas siempre se agradece, y a nosotros cinco que aún nos toca caminar mucho aún más”.

Este centro de ayuda les ofrece a los migrantes dos comidas por día: el desayuno y el almuerzo. Los integrante­s de la congregaci­ón llevan una base de datos de quiénes comen y cuántas veces. Una persona solamente puede comer tres veces a la semana.

El registro se lleva minuciosam­ente en la entrada del centro, donde se les solicita a los inmigrante­s la cédula de identidad, y donde se da prioridad a mujeres y niños.

Son unos 200 menores que reciben alimentaci­ón al día.

Los menonitas no ofrecen ayuda de salud en este sitio; sin embargo, en ocasiones les ha tocado ofrecer orientació­n y ayuda

esta ayuda las agradezco con todo mí ser, porque llevábamos tres días comiendo pan y agua”.

Flor coba. enfermera venezolana.

básica en esta área.

Explica el pastor que ellos no reciben fondos de entes gubernamen­tales, sino de las congregaci­ones en los Estados Unidos, que donan recursos para este tipo de causas.

Ulrich indicó que ellos han ofrecido sus atenciones humanitari­as en países en guerra, pero en esta ocasión les tocó hacerlo en la frontera colombiana.

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los menonitas abrieron el centro de ayudas el 29 de octubre del año pasado. empezaron brindado comida a 300 personas, y hoy suman 800.
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en este espacio no ofrecen ayuda en salud, pero les ha tocado dar primeros auxilios.

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