Víctima estuvo tomando licor con dos de sus empleados
Una de las primeras tareas que adelantan los miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) para esclarecer el asesinato de Rall Amet Orozco Rojas, es tratar de establecer la identidad de las seis personas que trabajaban con él en su montallantas, puesto que después de conocerse el crimen, solo aparecieron dos de sus colaboradores, al parecer, venezolanos.
Además, otra pista que alertó a las autoridades sobre los posibles autores del hecho, es que la noche del miércoles, Orozco, de 50 años, estuvo tomando licor con dos de sus empleados, en el establecimiento comercial ubicado en la avenida 10 de Los Patios, frente al hospital de este municipio.
“Era un hombre muy conocido en este sector. Llevaba muchos años trabajando acá y era muy alegre, sin complicaciones”, dijo una amiga de Orozco.
El montallantas funciona las 24 horas, por lo que los empleados cubren diferentes turnos de trabajo. La persona que estuvo durante la madrugada, se despidió de los dos compañeros que salieron del lugar a las 5:00 de la madrugada, mientras que Orozco no volvió a salir.
El tiempo continuó transcurriendo y al lugar arribó el empleado que cubría el turno de la mañana, por lo que recibió su puesto de trabajo y siguió con sus labores, sin percatarse de que su patrón estaba tirado muerto en el negocio, en medio de llantas.
Según se conoció, sobre la 1:30 de la tarde, cuando se dañó el compresor de aire del local, el empleado empezó a buscar a Orozco. Aunque la reja estaba con llave, la forzó para abrirla, hallando la mortal escena.
DEJARON EL ARMA HOMICIDA
Los investigadores judiciales hallaron una herramienta de acero con la que probablemente Orozco fue atacado con dos golpes en la cabeza que le quitaron la vida. En el lugar había rastros de sangre.
Las autoridades recolectaron estas evidencias para aportarlas a la investigación que permitan esclarecer los móviles e identificar a los autores de este crimen.
Entre tanto, una allegada a Orozco, aseguró que se comunicó con un hermano de la víctima que reside en Chile y le explicó lo sucedido.
“Me dijo que desde hace 20 años no tenía contacto con el hermano, pero me aseguró que iba a estar pendiente de los trámites. Es triste que nadie reclame su cadáver”, dijo.