La Navidad se vivió en medio de una huelga en Francia
Transportes ralentizados o prácticamente inexistentes y recaudación de dinero como regalo para los huelguistas. Este día de Navidad en Francia marcó el final de la tercera semana ininterrumpida de paro contra la reforma de las pensiones, que intenta buscar otro impulso.
En París, la mayoría de las estaciones del metro estuvieron cerradas y sólo las dos líneas automatizadas, que funcionan sin conductor, y uno de los accesos al aeropuerto de Orly circularon con normalidad. Las otras 14 líneas estaban cerradas y el tren de cercanías RER apenas brindó frecuencia y sólo por tramos.
Se trata de una configuración poco habitual para los turistas, y también para algunos huelguistas. “En circunstancias normales nunca descansamos los dos días de fiesta en Navidad, normalmente pasamos una de las dos fiestas lejos de nuestra familia y amigos”, explicó Raffi Kaya, conductor de tren y militante del grupo de sindicatos SUD, que participó en una comida de huelguistas en París.
Estos banquetes de Navidad, que han sido organizados en varias partes de Francia por iniciativa sindical para mantener la llama viva, permiten encuentros entre sindicalistas y huelguistas de diferentes regiones.
A las puertas de la cuarta semana de huelga, aguantar se convierte en la palabra clave. “Estamos en un momento bisagra”, explicó Kaya.
Bajo el árbol de Navidad de los huelguistas varios cheques de solidaridad fueron depositados.