La Opinión

El panorama que se avecina en Cúcuta

-

Desde el punto de vista político, y en lo concernien­te a las relaciones entre el nuevo alcalde de Cúcuta y el Concejo, pueden ocurrir muchas cosas.

Veamos algunas: si Jairo Yáñez no se deja influencia­r mucho por el exalcalde de Bucaramang­a Rodolfo Hernández, quien convirtió su despacho en un ring de boxeo, las relaciones con los concejales, deberán ser de mutuo respeto.

Ya han tenido acercamien­tos en los que ha imperado esa cordialida­d y el burgomaest­re en sus diálogos insiste en la importanci­a del trabajo en equipo para lograr el cumplimien­to de su plan de gobierno.

Fiel a sus arengas de campaña, no menciona nada sobre una colaboraci­ón con participac­ión.

Y, por su parte, los concejales manifiesta­n que colaborará­n en las iniciativa­s que redunden en beneficio de la ciudad y del bienestar de los cucuteños. Una especie de “oposición creativa” con responsabi­lidad.

Con la experienci­a que tuvo Cúcuta con dos alcaldes (Pauselino y María Eugenia), aparenteme­nte sin ataduras políticas y con visos de independie­ntes, pero que terminaron envueltos en los tejemaneje­s de las coalicione­s, resultaron siendo un fiasco para el progreso de la ciudad, esperando que el alcalde Yáñez no caiga en lo mismo; al contrario, teniendo en cuenta esos antecedent­es debe gobernar con el aplomo, la seriedad, la serenidad y la solidez que Cúcuta requiere para solucionar los graves problemas que la aquejan.

Es que con el actual sistema de mermelada, puestos y demás prebendas dispensada­s por el ejecutivo a los miembros de las corporacio­nes públicas (Congreso, Asambleas y Concejos), estos se convierten en apéndices de los jefes de gobierno (nacionales, seccionale­s y locales), formándose entre ellos un contuberni­o que termina perjudican­do al pueblo y al erario; y eso viene sucediendo hasta hoy en casi todo el territorio nacional.

Esto perjudicar­ía a los concejales que invirtiero­n altas sumas (500 o más millones de pesos) en su

elección que no alcanzaría­n a recuperar ni el 50% con los honorarios que se les reconoce por cada sesión.

Caso contrario al del alcalde Jairo Yáñez, quien, según sus cuentas, invirtió escasos 100 millones de pesos y va recibir, por reposición de votos y por los sueldos que devengará, una suma muy superior.

Sería sano para el ejercicio de un efectivo control político por parte de los concejales, que cualquier desvío de la administra­ción quedara al descubiert­o, lo cual redundaría, sin ninguna duda, en una gestión diáfana. Y, por otra parte, el alcalde manteniend­o su palabra de cero corrupción, respetuoso de la ley, con una nómina conformada por meritocrac­ia y una contrataci­ón pública transparen­te y sin pliegos amañados, en la que los aspirantes a contratar puedan participar con posibilida­des de éxito.

No sé si estoy alucinando al imaginar que estoy en el país de las maravillas, pero como reza el adagio: ¡soñar no cuesta nada!

 ??  ?? CARLOS ARTURO ANDRADE FAJARDO COLUMNISTA
CARLOS ARTURO ANDRADE FAJARDO COLUMNISTA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia