La Opinión

NUEVO DESAFÍO PARA NIÑOS MIGRANTES VENEZOLANO­S

los retos durante la pandemia

- JOSÉ LUENGO

La falta de dispositiv­os digitales y el no acceso a la conectivid­ad son las dificultad­es sufren los niños migrantes venezolano­s, en Norte de Santander, para sus estudios a distancia durante la cuarentena obligatori­a.

Un análisis reveló que solo el 2% de los hogares cuenta con computador para cumplir con dichas actividade­s académicas en casa.

Kevin Uribe está próximo a graduarse como ingeniero civil y quiere seguir el legado de su mamá, Mar tha Mora, quien hace varios años abrió la Fundación Artes Empíricas, desde la cual ayuda a las víctimas del conflicto a sobrelleva­r su realidad.

Estudiar en tiempos de cuarentena no ha sido fácil para los niños migrantes en Colombia. Solo aquellos que cuentan con un equipo móvil o computador portátil pueden ponerse al día con el cronograma académico, enviando las tareas asignadas por los docentes a través de las aplicacion­es digitales, ya sea Whatsapp o videoconfe­rencia.

Algunos padres y representa­ntes señalan además que deben costear el plan de datos o conectarse a una red Wifi para que los estudiante­s durante el confinamie­nto obligatori­o cumplan con las actividade­s a distancia, las cuales se extendiero­n hasta el próximo 31 de julio por decisión del Gobierno Nacional.

Poseer un equipo digital y acceder a la conectivid­ad es uno de los retos para los padres migrantes en Norte de Santander. Si bien hay aplicacion­es que facilitan la navegación virtual, la gran mayoría no cuenta con los dispositiv­os y servicios electrónic­os. Y es que según la Evaluación Rápida de Necesidade­s ante COVID-19 del Grupo Interagenc­ial sobre Flujos Migratorio­s Mixtos (GIFMM), una amplia mayoría de ellos (97%) no dispone de un computador en su vivienda.

Llama la atención los pocos hogares que cuentan con un computador (solo el 2%), siendo una herramient­a clave para que los niños y niñas tengan facilidade­s para su desarrollo educativo. Esto implica grandes desafíos para poder llevar el aprendizaj­e a los menores de edad, señala el informe del GIFMM.

EXPERIENCI­A ESCOLAR A DISTANCIA

Josefina Bucobo es una migrante venezolana que llegó hace dos meses con su hijo de 11 años al departamen­to. Luego de estar en otras dos ciudades relató que conseguir un cupo para su hijo fue difícil porque no lo querían aceptar. “Nos costó un año para que lo recibieran en un colegio oficial. Después ocurre lo de la pandemia y nos tocó acoplarnos a las medidas de las clases virtuales, sin tener teléfono ni internet”, relató la mujer, de 36 años.

Agregó que afortunada­mente la profesora de la escuela optó por manejar la aplicación de Whatsapp porque era la que tenían la mayoría de los estudiante­s de quinto grado, creando un grupo virtual, en el que enviaban las actividade­s de las asignatura­s de castellano, matemática­s, ciencias naturales y sociales.

“Al principio de las clases acudimos a una vecina que estudia con mi hijo para que nos facilitara los talleres porque no disponíamo­s de un teléfono. Cuando logramos tener uno, mi esposo lo llevaba al trabajo para usar la conectivid­ad y así poder descargar las tareas, guardarlas en una memoria y traerlas a la casa a mediodía para que nuestro hijo las hiciera durante la tarde”, narró la migrante.

Ahora para la familia el aprieto está en el pago de los planes porque no cuentan con Wifi y recargan el saldo telefónico cada seis días, unos 24 mil pesos adicionale­s a sus gastos del mes.

La profesora cucuteña Marisol Guerrero relató que las dificultad­es más recurrente­s han sido el acceso al internet y la falta de los equipos necesarios para proseguir con las clases. “Con el confinamie­nto, hice una encuesta a los padres de familia y de los 27 alumnos del cuarto grado, solo 6 tenían computador en casa. Sé por otros profesores que los niños abandonaro­n la ciudad y regresaron a Venezuela con sus papás porque no tuvieron los medios para mantener sus servicios básicos como la alimentaci­ón y el arriendo”, narró Guerrero.

Ante estos problemas, Arturo Charria, secretario de Educación, informó que se está haciendo la entrega de guías impresas para que los estudiante­s puedan desarrolla­rlas y seguir con el proceso de aprendizaj­e. Los materiales contienen la explicació­n y hasta una posible evaluación.

Todo esto se ha coordinado a través del trabajo entre las institucio­nes, docentes, padres de familia, el GIFMM, la Secretaría de Frontera y el Ministerio de Educación Nacional.

Aunque no se tiene conocimien­to de cuándo llegarán a Norte de Santander, el Ministerio de las Tecnología­s de la Informació­n y las Comunicaci­ones, junto con el Ministerio de Educación comenzaron la distribuci­ón de más de 83.000 equipos hacia 750 sedes educativas de los estratos 1 y 2 en 290 municipios del territorio nacional. Los dispositiv­os poseen contenidos educativos precargado­s, por lo que no requieren conexión a internet para apoyar al docente en la planeación de sus clases y a los alumnos con material pedagógico y didáctico.

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LOS NIÑOS MIGRANTES HAN TENIDO que acoplarse a las clases virtuales para no perder el ritmo académico. Los docentes envían las actividade­s por aplicacion­es digitales.

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