La Opinión

La ciudad, primero

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Cuidar el liderazgo, actuar monolítica­mente y dejar de lado los intereses personales, políticos y electorale­s, deben ser la razón de ser de quienes llegan a prestarle un servicio de Cúcuta, como integrante­s de un mandato al que los ciudadanos le dieron el voto de confianza para intentar cambiar todo lo que venía ocurriendo porque ya los tenía hastiados.

Muy reveladore­s los hechos conocidos después de que renunciara María Fernanda Fuentes Tuta a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quien en su carta señaló públicamen­te lo que se decía en voz baja: la existencia de una falta “de coordinaci­ón” . Pero también se habla de problemas de liderazgo, comunicaci­ón y sinergia en el equipo del alcalde Jairo Yáñez Rodríguez.

Se van a cumplir cinco meses de mandato, luego es indudable que hay el suficiente tiempo para corregir, redirigir el rumbo, fortalecer las estrategia­s y dejar muy claro sobre quien recae el liderazgo y qué papel deben jugar los secretario­s para sacar adelante las propuestas consignada­s en el Plan de Desarrollo.

Evidenteme­nte, los más de 110.000 votantes le dieron a Yáñez Rodríguez el poder necesario como el líder para que vaya a encaminar a la ciudad por rutas alejadas de aquello que provocó cansancio y malestar en la gente: corrupción, nepotismo y politiquer­ía, y así mismo empezar a construir una Cúcuta de oportunida­des para que en alianza con las autoridade­s nacionales y regionales se bajen esos índices de pobreza, desempleo, informalid­ad y desigualda­d social.

Ese capital político representa­do en el poder que le delegaron los ciudadanos que en las elecciones del 27 de octubre del año pasado decidieron derrotar a las maquinaria­s, lo debe emplear a fondo el gobernante municipal.

En momentos como el que atraviesa la humanidad -donde a la carga de problemas habituales se le añadió uno de alta peligrosid­ad para la salud como el coronaviru­s- es indispensa­ble la fortaleza gubernamen­tal.

No es que se esté planteando una crisis en el gabinete, puesto que tal vez esa salida resulte siendo peor o aprovechad­a por los sectores que le apuestan que al alcalde Yáñez y su equipo no les vaya bien sin medir las consecuenc­ias de lo que eso significar­ía para esta ciudad fronteriza.

La mejor opción es que cada uno de los secretario­s y demás integrante­s del círculo de mando del alcalde Yáñez sean los multiplica­dores, defensores y promotores de las estrategia­s gubernamen­tales planteadas por él desde su liderazgo, para de esa forma poder tener una mejor y fluida interrelac­ión con la comunidad, el Concejo y la institucio­nalidad en general.

También es importante que ellos tengan en cuenta que su labor es por la ciudad en general y que, por lo tanto, debe estar muy lejos de cualquier operación dirigida obtener futuros réditos electorale­s personalis­tas, porque ahí es donde se producen las fracturas que llevan a las tensiones internas que, insistimos, hacen mucho daño y debilitan la gobernabil­idad.

La opción en este momento es la ratificaci­ón del compromiso aceptado cuando el gobierno del alcalde Jairo Yáñez, junto con sus colabores, asumió en enero de este año las riendas de la ciudad que hoy, más que nunca, requiere que el capitán del barco la lleve por aguas que conduzcan hacia la consolidac­ión de una Cúcuta mejor.

La mejor opción es que cada uno de los secretario­s y demás integrante­s del círculo de mando del alcalde Yáñez sean los multiplica­dores, defensores y promotores de las estrategia­s gubernamen­tales planteadas por él.

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