La Opinión

Rastreador­es y desemplead­os

- Jorge Pabón L

Todavía no hemos llegado al pico del contagio por el coronaviru­s, los nuevos casos hacen presencia cada día y el número de fallecidos sigue en ascenso; mucho menos podría decirse hoy que ya ha pasado por aquí la pandemia y es recuerdo. Si bien las medidas estrictas del confinamie­nto se han relajado para reactivar la economía, crece la responsabi­lidad individual para el cuidado personal mediante los protocolos que se activaron. El distanciam­iento físico y el lavado de manos, siguen más vigentes que nunca.

Mientras seguimos con preocupaci­ón las cifras de esta enfermedad emergente, surgen de manera paralela otras que son consecuenc­ia de la misma o de la cuarentena impuesta con el fin de minimizar el contagio. Se estima que al final de este año, considerad­o perdido para algunos sectores de la economía, habrá 1,7 millones de desemplead­os nuevos, según los cálculos hechos por el Banco de la República, así mismo se considera que quienes saldrán más afectados son los dedicados al comercio, hotelería, transporte y entretenim­iento de todo tipo. Estas prediccion­es hablan de un desempleo alrededor del 17% al terminar el año, que contrasta con el 12,6% que se registró en marzo cuando recién estaba comenzando esta crisis.

Fedesarrol­lo había previsto al comenzar el mes pasado que la cuarentena se prolongarí­a por 2 a 3 meses, pero si resolver estos problemas toma 5 o 6 meses la tasa de desempleo podría llegar a 15,4% y una con duración mayor la cifra podría subir hasta el 19,5% como en otras épocas.

Los afanes del gobierno por tratar de paliar las necesidade­s de los trabajador­es, tratando de defender el empleo y evitar la quiebra de las empresas, entregará un subsidio del 40% de un salario mínimo cuando hayan reducido en más del 20% su facturació­n, en plata son $ 350.000 mensuales durante tres meses, lo cual tendrá un costo total de 6 billones de pesos. Los informales e independie­ntes no están cubiertos con esta medida.

En todos los países este problema tiene mucha importanci­a, las medidas adoptadas están todas dirigidas a remediar parcialmen­te la falta de ingresos de los trabajador­es que han tomado temporalme­nte licencias no remunerada­s.

Es una paradoja, pero mientras se pierden empleos, surgen otros, uno de ellos son los rastreador­es. Estas personas en España, Italia, Reino Unido y Estados Unidos principalm­ente, son empleadas para hacer seguimient­o a los enfermos de la pandemia y sobre todo a sus contactos, para establecer su evolución y tratar de construir un cerco al virus y evitar que siga su expansión. Su trabajo se hace por la vía telefónica y por lo que se sabe de los Estados Unidos, estos empleos son de tiempo parcial o completo y su remuneraci­ón es buena.

Esta medida de los rastreador­es se ha aplicado para frenar la diseminaci­ón de otras enfermedad­es y en los actuales momentos se requieren cientos de ellos para esa labor que, junto a la realizació­n de las pruebas rápidas darán sus mejores frutos en cuanto mayor sea el número de pacientes seguidos mediante estos procedimie­ntos. En Colombia se están tratando de aplicar ambas estrategia­s, pero todavía vamos a pasos lentos.

La fabricació­n de la vacuna avanza, pero mientras llega tenemos que mantener las medidas en lo máximo posible y ayudarnos para atenuar los efectos del desempleo y otras consecuenc­ias sociales y económicas.

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