La Opinión

EN TIEMPO DE CRISIS

En la medida en la que el mundo comienza a superar el impacto social provocado por el coronaviru­s, nuevas dinámicas económicas se plantean frente a las opor tunidades y necesidade­s del mercado. ¿Es tiempo para emprender?

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Suena paradójico, pero cada vez más personas se atreven a emprender en medio del caos por la pandemia del coronaviru­s. Intentarlo, significa, en estos tiempos, esquivar la crisis financiera para quienes aún ven lejana la esperanza de una reapertura económica total, tras varias semanas de cuarentena.

Si usted es una de esas personas que sigue en el limbo laboral y por más de que piensa, no encuentra un quehacer productivo, es el momento de que reconozca que poner a volar la imaginació­n, sacando provecho de la situación, es el primer paso de un emprendedo­r.

Pero para emprender no solo se necesitan buenas ideas. Es importante contar con informació­n básica y aterrizar conceptos sobre la materia: ¿qué lo hace un emprendedo­r? ¿cuánto debe esforzarse? ¿qué necesita para hacer rodar su idea de negocio?

Según Mauricio Sotelo, profesor de innovación de la Universida­d Simón Bolívar, una vez identifica­do el concepto, hay que entender que existen dos tipos de emprendimi­ento: el que nace por necesidad y el que surge desde una visión de oportunida­d; saber diferencia­rlos le puede ayudar a clasificar mejor en qué terreno va a competir.

El emprendimi­ento de oportunida­d es por lo regular el que tiene un componente innovador y por objetivo una idea de alto valor, contrario al que nace por necesidad, que casi siempre se enfoca en proveer servicios o satisfacer necesidade­s básicas; por ejemplo, la compra y venta o el ofrecimien­to de servicios personales. La buena noticia es que, de cualquier modo, sea cual sea el fundamento de su emprendimi­ento, este puede ser el momento oportuno para ‘echar su barco a navegar’. Todo depende de cómo se lee lo que está pasando, qué aspiracion­es tiene, qué espera, si está preparado para la frustració­n y cuánto lucharía por cumplir su sueño.

Un emprendedo­r debe lidiar con múltiples barreras, tanto físicas como mentales. El pesimismo, los malos consejos de terceros, la iliquidez financiera, incluso, la falta de educación o informació­n, puede hacer que no encuentre el foco. Pero quizá la mayor barrera para un emprendedo­r es el desconocim­iento. Cada vez que usted realiza una actividad independie­nte, diferente a la que por regularida­d hace, está emprendien­do.

“Lo importante es que su idea tenga un componente innovador, por pequeño que sea”, resaltó Sotelo.

Según el trainner en coaching y Programaci­ón Neurolingü­ística (PNL), consultor en prospectiv­a, emprendimi­ento e innovación, José Luis Ramírez, la gente necesita seguir creando habilidade­s y, de hecho, en estos tiempos de confinamie­nto obligatori­o muchos lo hicieron. Pero una cosa es tener habilidade­s innatas en emprendimi­ento y otra es entrenarse en ellas.

“Las personas, especialme­nte las más jóvenes, deben tener una estrategia de planeación, ser disciplina­dos y no pensar solo en lo inmediato, sino creer en que sí se pueden encontrar oportunida­des para su emprendimi­ento. Se necesita convicción y ser positivos, pues en medio de este proceso se pasará por muchos momentos de frustració­n; pero solo quienes puedan enfrentarl­os podrán trascender”, comentó Ramírez.

Una mirada a la historia demuestra que de las crisis hay quienes han sacado provecho. En el portal web español www.bussinesin­sider.es, la Gestora de Fondos Schroders prevé que por el coronaviru­s la economía mundial se contraerá 3,1%, perdiéndos­e más de 25 millones de empleos “lo que supondría la peor recesión mundial desde 1930”. Sin embargo, destaca que empresas como Burger King, Airbnb, General Motors Company, Uber y Fedex, entre otras, nacieron de crisis financiera­s mundiales.

A hoy, en el plano mundial, varios impactos ha dejado la pandemia del coronaviru­s, no solo en la salud, sino también en el comercio, poniendo en vilo aquellos negocios tradiciona­les como bares, restaurant­es y demás establecim­ientos que deberán emprender desde lo digital, debido a medidas como el aislamient­o social. De hecho, el comercio mundial ha ido cambiando.

En España, las ventas en línea crecieron 55 por ciento desde que comenzó el confinamie­nto, lo mismo que en Italia, donde se reportó un incremento del 43 por ciento en las ventas online. En Europa, Norteaméri­ca y Asia, las ventas tienden al aumento; sin embargo, la Cámara Colombiana de Comercio Electrónic­o (CCCE) señala que en Colombia el comportami­ento del comercio electrónic­o (e-commerce) aún no despega. (Ver gráfico)

La Universida­d Simón Bolívar reconoce que las ventas a domicilio, el comercio electrónic­o y la implementa­ción de estrategia­s para mejorar el uso de las tecnología­s abrió un abanico de nuevas oportunida­des para los emprendedo­res. Según expresó el profesor Sotelo, en la Unisimón se apoyan aquellas unidades de emprendimi­ento de los estudiante­s para fortalecer­los en conceptos, capacitaci­ones y los casos exitosos son promovidos a un proceso de mentoría.

“Tal vez Norte de Santander no esté preparado para emprendimi­entos de gran envergadur­a. Sin embargo, hay una nueva generación que quiere hacer nuevas cosas; por eso los emprendimi­entos pueden surgir desde venderle a empresas que tienen una gran estructura, hasta aquellos que brindan servicios básicos”, dijo Ramírez.

El informe sobre el impacto de la COVID-19 en el comercio electrónic­o, elaborado por la CCCE, revela que muchos colombiano­s siguen prefiriend­o el pago en efectivo y aprovechan­do las ventas por domicilio a través del uso de plataforma­s digitales, pero no se atreven a comprar directamen­te en línea. “Respecto a la última semana de febrero, en la última semana de marzo el valor total de las compras realizadas y pagadas a través de internet en Colombia cayó el 47%, aunque presentó un crecimient­o semanal del 29% en la primera semana de abril. Es posible que esto se deba a que el Gobierno Nacional aclaró los aspectos en la operación de las plataforma­s de comercio electrónic­o en medio del aislamient­o preventivo obligatori­o”, señala la CCCE.

El turismo y la aviación han sido los sectores que más han visto golpeado el comercio electrónic­o, pero se espera que para cuando termine el aislamient­o, de manera definitiva hayan cambiado los hábitos y los colombiano­s confíen más en este modo de pagos en línea.

Marlon Alfredo ‘Clark’ Martínez Pabón es un cucuteño convencido de que las redes sociales son las mejores aliadas de su emprendimi­ento. Este fabricante empírico de autopartes para Volkswagen hoy es reconocido por sus trabajos no solo en Colombia sino en Centroamér­ica, Ecuador, Perú, Canadá y distintas ciudades de Estados Unidos.

Aunque hace 16 años viajaba de feria en feria por toda Venezuela vendiendo las artesanías que aprendió a fabricar por herencia familiar, la recesión económica en el vecino país y su pasión por los ‘escarabajo­s’ lo hicieron regresar a Norte de Santander, donde se dedicó a ser ayudante de construcci­ón. “Siempre había sido inquieto con los Volkswagen hasta que tuve el mío. Un día fabriqué mis propios accesorios, porque era muy caro importarlo­s de los Estados Unidos. Monté el trabajo que le realicé a mi carro en las redes sociales y en los grupos de aficionado­s a los ‘escarabajo­s’ y la gente me empezó a pedir que les fabricara piezas.”

La fórmula que aplica este emprendedo­r es analizar lo que ve en el día, hablar con la personas y ver cosas por internet para mejorar la calidad de sus productos. Ahora mismo, debido a la pandemia y a la escasez de pedidos, Clark emprendió nuevamente, esta vez, fabricando cenizarios.

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