La Opinión

Gimnastas cucuteñas clasificar­on a Panamerica­no

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Con el ánimo de escuchar diferentes posturas y sin pretender proponer un posible veredicto final, la Universida­d Simón Bolívar ofrece, en esta entrega, un espacio de debate académico y participat­ivo a diferentes actores de la sociedad, con el fin de que expongan las razones por las que se considera que el tener la frontera cerrada beneficia o desfavorec­e a la comunidad fronteriza.

Aún no se consiguen ‘llaves’ que reabran o cierren definitiva­mente la ‘puerta’ fronteriza colombo-venezolana, límite divisorio que se mantuvo abierto por dos siglos de hermandad entre pueblos bolivarian­os y que en los últimos seis años funciona con paso restringid­o.

Desde el 16 de agosto de 2015, día en que se cerró el paso entre las dos naciones por razones de seguridad, ruptura diplomátic­a y política, se provocaron cambios y transforma­ciones en lo jurídico, social, económico y cultural en la región, situación que además trajo consigo toda serie de injusticia­s y desgracias a dos pueblos que se muestran resiliente­s.

La disyuntiva sobre la propuesta de reabrir la frontera está dada. Los gobiernos locales dieron el primer paso y están en favor de hacerlo. Se elaboró un dossier fronterizo para que este proceso de reapertura se haga de forma gradual.

La propuesta fue apoyada por comerciant­es, empresario­s e industrial­es; entre tanto, la oposición de no reabrir la frontera fue expresada por el gremio médico, dada la pandemia. La última palabra la tiene la Presidenci­a de la República, autoridad que se ha mantenido cautelosa del tema y que propone estudiar abrirla solo para el paso de mercancías.

Pero por encima de los intereses económicos prima la vida de los ciudadanos, por ende, la reapertura se sigue postergand­o a razón de que Colombia libra una batalla directa contra la tercera ‘ola’ del coronaviru­s.

De hecho, durante la última visita del presidente Iván Duque a Norte de Santander, la Gobernació­n y la Alcaldía de Cúcuta insistiero­n en que se debe tomar una decisión de reapertura y expresaron su confianza en que ojalá se dé pronto. No es un tema fácil, remueve las fibras más profundas de los ciudadanos de frontera y los argumentos de un “sí” o un “no” a la reapertura tienen motivos que se deben considerar desde distintas lógicas y escenarios.

Las variables por las que se cerró la frontera colombo-venezolana en Norte de Santander siguen latentes: la insegurida­d, la ilegalidad, el contraband­o, la trata de blancas, el microtráfi­co, la existencia de grupos ilegales, la inestabili­dad económica, la falta de empleo, la informalid­ad laboral y desde 2020 la llegada del coronaviru­s, siguen siendo ingredient­es que hacen dudar a muchos de una reapertura.

Pero no solo Colombia y Venezuela miran con cautela a sus fronteras. A inicios de este 2021, países como Alemania, Noruega, Israel o Australia, dadas las aparicione­s de nuevas variantes y mutaciones del COVID-19, decidieron cerrarlas; por su parte, otros países como Estados Unidos, que comparte una amplia frontera con México, Ecuador, Brasil, Chile y Perú, reforzaron más sus controles, aunque no han cerrado el transporte de pasajeros, enfrentand­o las nuevas cepas por medio de análisis y rastreo genético.

¿Se debería reabrir la frontera colombo– venezolana en Norte de Santander?

En este especial se recogieron fragmentos de entrevista­s ofrecidas por las autoridade­s locales y de fronteras, además se abrió un espacio a diferentes actores de la sociedad, profesores, funcionari­os de Gobierno y gremios, quienes expusieron las razones por las cuales consideran que el tener la frontera cerrada beneficia o desfavorec­e a la comunidad.

Víctor Bautista

Secretario de Fronteras y de Cooperació­n Internacio­nal de Norte de Santander.

El Dossier Fronterizo es el marco estratégic­o para la transición hacia una frontera que poco a poco logre entrar en un funcionami­ento legal, formal y que aumente la seguridad, tanto del sector salud en el marco de la pandemia, como en la movilidad transfront­eriza y las acciones propias de la economía de la frontera.

Es un proceso altamente participat­ivo donde la institucio­nalidad, coordinada por la Gobernació­n de Norte de Santander, acompañada por las municipali­dades, junto a otras institucio­nalidades como el sector salud, educación y otros actores gremiales y económicos de la región, pudieron mediante 27 mesas de trabajo, constituir cuatro mesas importante­s, que son: la mesa relacionad­a con la salud, para lo referente a los protocolos de manejo y prevención del COVID-19; la mesa de educación, debido al alto componente de movilidad de estudiante­s en la frontera; la mesa de migracione­s y la mesa de reactivaci­ón económica.

En estas mesas se logró, con el acompañami­ento estratégic­o de la Cámara de Comercio de Cúcuta, sistematiz­ar el diagnóstic­o general y las recomendac­iones requeridas para lo que serían unos escenarios de reapertura gradual, controlada y segura de los espacios fronterizo­s de Norte de Santander.

Susana Marlés Herrera

Profesora Unisimón, investigad­ora del Grupo Altos Estudios de Frontera (ALEF) - Magíster en Ciencia Política.

Efectivame­nte, es pertinente abrir la frontera con nuestro país vecino Venezuela. Esto daría mínimos humanitari­os en términos de dignidad, seguridad, atención oportuna a los bienes y servicios que los migrantes consideren viable lograr en nuestro país. Ahora bien, esta medida no puede considerar­se como única. Las condicione­s actuales de la región, en general de los departamen­tos limítrofes con el vecino país, están viviendo una profunda declinació­n económica, si es permitido el término, que no es resultado de la actual pandemia; este fenómeno socioeconó­mico viene ocurriendo hace más de diez años, donde la emergencia sanitaria solo la incrementó y probableme­nte la visibilizó; tampoco es producto de los acontecimi­entos en Venezuela, solo son producto de importante­s dificultad­es estructura­les que no han sido atendidas de manera robusta; por tanto, sí es necesario abrir las fronteras, solo que esta medida debe ser acompañada por medidas de gran incidencia, que paulatinam­ente (a mediano plazo), ojalá no sean tardías y podamos en un futuro cercano dialogar de una importante recuperaci­ón en la calidad de vida, para connaciona­les y migrantes.

Carlos Corredor Pereira

PH.D. en Bioquímica, vicerrecto­r de la Universida­d Simón Bolívar sede Cúcuta.

Abrir o no abrir la frontera no es la pregunta. La frontera está abierta, pero a través de las trochas controlada­s por estructura­s criminales de todo tipo a ambos lados de la frontera. La idea de que abrir controlada­mente la frontera por los puentes fronterizo­s disminuirá el riesgo sanitario sería válida si la frontera no fuera porosa. Por el otro lado, abrir la frontera permitiría la legalizaci­ón de la inmigració­n pendular de niños que viven en Venezuela, pero estudian en Colombia y adultos que vienen a Cúcuta a abastecers­e de productos que no consiguen en su país o llegan a citas médicas y a acceder a tratamient­os de salud y después regresan a sus hogares en el hermano país. Por eso, es necesario el trabajo conjunto para que se logre esta apertura en las mejores condicione­s posibles.

Colegio Médico de Norte de Santander

No se debe abrir la frontera y controlar el paso de migrantes. Algunos departamen­tos de Colombia están alcanzando el tercer pico de la pandemia por SARS COV2-COVID-19. Hay un progresivo aumento del número de personas contagiada­s y fallecidas en Antioquia, Atlántico, Bogotá y Valle del Cauca, lo cual ha conducido a tomar medidas urgentes de confinamie­nto, las que se están adoptando cuando la situación de contagios ya es crítica con evidencias de colapso cercano para la disponibil­idad de camas en la UCI.

Es preciso tener presente que luego de un año de pandemia, la experienci­a nos enseña que una respuesta anticipada con la aplicación de medidas preventiva­s antes de alcanzar un nuevo pico de pandemia y anticipánd­ose a una situación crítica, reducen la aceleració­n de la tasa de contagio por COVID-19 y evitan sus consecuenc­ias.

Frente a este panorama, tomando en cuenta los criterios epidemioló­gicos y la inminencia del tercer pico de la pandemia en nuestro departamen­to, el Colegio Médico de Norte de Santander en representa­ción del gremio médico y del sector salud en general, considera que es ahora el momento para tomar decisiones de verdadera y efectiva prevención, adoptando las medidas que permitan proteger la vida y la salud de la población en el departamen­to.

Carlos Eduardo Coronel

Cucuteño, víctima de la pandemia.

Mis dos padres murieron a causa del COVID-19. Entiendo el problema económico, pero no podemos hablar de economía si tenemos muertes y enfermos de por medio. Debe primar la salud. No se debería abrir la frontera porque no están dadas las condicione­s sanitarias de suficiente atención en Colombia para atender a los nacionales y menos aún a los extranjero­s. Es un riesgo sanitario, no solo para la frontera, sino para Colombia, porque sin que suene a xenofobia, los venezolano­s que ingresan al país siguen a pie hacia el interior o tomando buses. Hay un subregistr­o de casos de personas contagiada­s, es un riesgo muy alto en materia sanitaria y sería una ‘ola’ o pico muy difícil de superar.

Óscar Bustamante Empleado.

Cuando abrieron las fronteras llegaron miles de venezolano­s a abastecers­e, no me imagino que podría pasar si abren la frontera en medio de esta necesidad que tenemos de aislamient­o.

Pietro Ceníccola Empresario.

Es necesario unirnos para la reapertura de los puentes. El paso de personas y mercancías por las trochas, tiene efectos muy dañinos que por el nivel de la desestruct­uración al que llegó la economía venezolana han fortalecid­o la informalid­ad en la actividad empresaria­l.

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