La Opinión

Antonio Nariño corre el riesgo de deslizarse

En la parte alta de este barrio de Villa del Rosario, la mayoría de casas se encuentran en peligro por falta de alcantaril­lado; con las lluvias, los suelos y paredes han presentado grietas.

- Redacción Ronaldo Medina ronaldo.medina@laopinion.com.co

Hace 45 años la congregaci­ón de un grupo de vecinos del municipio de Villa del Rosario sentó las bases para lo que es hoy el barrio Antonio Nariño, una zona que, con el inalcanzab­le esfuerzo de su gente, poco a poco ha logrado avanzar.

Dentro de sus límites cuentan con escuela, comedor infantil, un polideport­ivo con dos canchas y, por medio de acciones gestionada­s por la Junta de Acción Comunal (JAC) ante administra­ciones anteriores, un parque biosaludab­le y 1.600 metros de alcantaril­lado que han beneficiad­o a más de 100 familias.

Lo más positivo que destaca Faisuly Bohórquez Rodríguez, presidenta de la JAC, son los logros obtenidos con la juventud, en la que se han logrado avances importante­s para su desarrollo productivo, así como con los grupos de mujeres, que han sido capacitada­s en modistería para conformar microempre­sas.

La última inversión fue hace tiempo

De acuerdo con Bohórquez, un hecho negativo para su comunidad es que todos los espacios que poseen no son propios, sino que pertenecen a la escuela. Antes, las canchas eran de cemento, agrietadas y sin techo, y aunque se logró la cubierta, aún solicitan una remodelaci­ón bajo el compromiso de ellos mantenerla­s en buen estado.

“Tampoco tenemos salón comunal. Nos toca pedir el permiso y reunirnos en la escuela para todas las actividade­s, arrendar casas o pedirlas prestadas. Se le han pasado los proyectos a varios alcaldes, y aunque no se niegan, tampoco se ve la disposició­n ni el compromiso para construirl­o”, dijo la lideresa.

Según relata, la carencia de una casa comunal se debe a la falta de espacios. Primero, por tratarse de carta-ventas sin propiedade­s de terreno; segundo, porque cuando los primeros habitantes hicieron la repartició­n y limitación de lotes, no asignaron un lugar para uno.

La parte alta podría desplomars­e

Por la distribuci­ón de los predios, Antonio Nariño consta de dos sectores: la parte alta y la baja; en esta última es donde se han conseguido la mayoría de los logros, como la pavimentac­ión de casi la totalidad de las calles.

Sin embargo, es el sector del cerro coronado con una cruz donde se ven más necesidade­s. Bohórquez señaló que llevan ocho años sin alumbrado y más de

20 sin que las calles sean pavimentad­as, motivo que consideran

“justo y necesario” para que se intervenga­n.

“Necesitamo­s que el señor alcalde ponga de su parte y nos dé pavimentac­ión a todo costo”, manifestó la lideresa.

En este misto sector, un gran porcentaje de viviendas están construida­s en tabla y se encuentran en alto riesgo de deslizamie­nto. La calle 4 con carrera 12 es la más crítica por estar al borde de un acantilado que, poco a poco, se ha venido desprendie­ndo.

En cada temporada de lluvias, corren la amenaza de sufrir afectacion­es severas que incluso perjudican a la parte baja. Aunque dicen que Gestión del Riesgo ha hecho acto de presencia en cada oportunida­d, no pueden sentirse tranquilos hasta que sean construido­s muros de contención y una canalizaci­ón efectiva que solucione sus problemas de inundación.

“Donde se venga un invierno igual de fuerte al de hace unos meses, toda esa cuadra se va a ir abajo. Si algo llega a suceder, será responsabi­lidad de la administra­ción”.

En el recorrido de La Opinión por las viviendas, se pudo confirmar que las secuelas comienzan a notarse; los suelos se quiebran y las paredes se desprenden en vaticinio del debacle.

Problemas de alcantaril­lado

Los problemas denunciado­s por un gran número de rosariense­s ante las inconformi­dades en el servicio de acueducto, tampoco son exentos de presentars­e en este barrio del municipio.

“Aquí los pozos se están tapando, y eso que es una obra nueva. Es como si no se hubiera hecho, porque los malos olores son muy fuertes y afectan la salud de quienes viven por esas cuadras”, precisó Bohórquez.

Por otra parte, consideran que el cobro por el servicio es demasiado alto para tratarse de un barrio en estrato uno, donde la mayoría de su gente son personas humildes que hacen lo necesario para sobrevivir.

Adicional a esto, no gozan del servicio a diario, sino cada quince o veinte días. La comunidad con frecuencia debe estar atenta a mantener sus tanques llenos cuando llega el día del suministro, y por lo general, llega sin presión.

A pesar de un encuentro con la Superinten­dencia de Servicios Públicos, los recibos siguen por encima de los 60 mil pesos y, mes a mes, manifiesta­n que sube entre tres mil a cuatro mil pesos.

Mototaxi, el medio predilecto de la comunidad

Quienes viven en la parte alta son quienes más dificultad enfrentan a diario para conseguir transporte. Además de caminar largos trayectos, las rutas comienzan a pasar después de las 6:30 de la mañana, cuando algunos de ellos deben estar en sus trabajos a las 6:00 a. m.

Otras soluciones son pagar doble transporte o dirigirse a la autopista de Villa del Rosario. El último bus pasa hasta las 6:30 de la tarde, después de esa hora, deben recurrir a otras alternativ­as.

Por eso, en una de las esquinas del polideport­ivo, sobre la carrera 15, vía principal de Antonio Nariño, un grupo de mototaxist­as permanece a diario.

“Es una forma de ellos conseguir el sustento para sus familias, son gente de nuestra comunidad que nos ayudan a movernos entre el municipio. Para ir a Cúcuta, sí usamos transporte público”, dijo uno de los vecinos.

“La parte alta del barrio es la más descuidada, solicitamo­s mayor atención a la administra­ción para esta comunidad vulnerable”.

Faisuly Bohórquez Presidenta de la JAC

La insegurida­d se combate por mano propia

En el parque biosaludab­le, aunque se hizo una conexión de energía directa, se carece de alumbrado público en las noches, situación que se presta para el consumo de drogas, entre otros actos indebidos que mantienen a la comunidad apartada en esos horarios.

Otros hechos violentos se presentan en las calles con regularida­d, y ante la ausencia policial, la misma comunidad ha tenido que comenzar a defenderse por su propia mano y hacer patrullaje por grupos.

“Alumbrado Público siempre dice que si el señor alcalde aprueba, las lámparas faltantes vienen para acá. Es algo que de verdad necesitamo­s, sobre todo en la parte alta”, enfatizó Bohórquez.

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Alfredo Estévez / La Opinión. Foto Luis LA ESCUELA presta servicio DE Comedor infantil A los niños DEL Barrio. /
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El uso indebido de los espacios por parte de los consumidor­es de droga ha sido una de las causas por las que el parque biosaludab­le se encuentra en mal estado.
 ??  ?? Las casas se agrietan por las inundacion­es.
Las casas se agrietan por las inundacion­es.
 ??  ?? En la parte Alta llevan 20 Años pidiendo pavimentac­ión DE las Calles.
En la parte Alta llevan 20 Años pidiendo pavimentac­ión DE las Calles.
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Los Dos polideport­ivos DEL Barrio son parte DE la ESCUELA.
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Las calles de la parte baja fueron pavimentad­as casi en su totalidad.
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