La Opinión

Al oído de los concejales

-

Dos hechos les tienen los pelos de punta a los cucuteños: el inconcluso puente de Cuatro Vientos y el escándalo que sacude al Cementerio Central, que como se ve no son cosa de poca monta y sí de gran y severo impacto sobre la vida cotidiana.

Dos hechos les tienen los pelos de punta a los cucuteños: el inconcluso puente de Cuatro Vientos y el escándalo que sacude al Cementerio Central, que como se ve no son cosa de poca monta y sí de gran y severo impacto sobre la vida cotidiana.

Los ciudadanos perciben una lejanía entre los concejales, pese a que lo obvio sería que los honorables miembros de la corporació­n administra­tiva municipal estuvieran del lado de la comunidad viendo qué es lo que pasa y procurando la búsqueda de soluciones.

En ambos asuntos no podrían salir los 19 cabildante­s con la argumentac­ión que su labor está lejos de eso y que lo ocurrido en ambos casos es asunto de la administra­ción local. Nada de eso.

Porque por ejemplo, un asunto que salió a relucir dentro del debate público que en medio de la pandemia del coronaviru­s ha estallado frente al camposanto municipal, es que su manejo está regulado por un Acuerdo que data de por allá en 1965.

Son 56 años en los cuales la ciudad de hoy no es la misma que la de aquel entonces y, por lo tanto, ahí tienen ellos la oportunida­d de hacer la tarea y proceder a meterle el diente a lo que está sucediendo en el Cementerio Central y proceder a construir la política pública que se exige para evitar descarrila­mientos como el que está ocurriendo en ese aspecto específico.

Recordemos que en el asunto del cementerio local se está hablando de situacione­s relacionad­as con asuntos de manejo administra­tivo que finalmente han desatado conflictiv­idad con los ciudadanos y con las funerarias, algo que nadie esperaba, pero que se da porque estaríamos ante una ‘rueda suelta’ que es necesario ajustar y meter en cintura.

Entonces, ahí los munícipes tienen un importante trabajo para desarrolla­r en coordinaci­ón con la Secretaría de Gobierno Municipal y la sociedad civil, porque es innegable que deben de solucionar­se esos conflictos que sirven también para revisar en dónde más hay de esos espacios grises y puntos ciegos dentro de la administra­ción local que terminan desatando plantones, denuncias y reclamos justificad­os.

Y otra ‘papa caliente’ a la que no deben de sacarle el cuerpo los concejales, porque lo del intercambi­ador sin terminar en Cuatro Vientos es responsabi­lidad también de ellos.

Claro que sí y está relacionad­a con el control político y ahí es donde ellos pueden entrar a intervenir, conocer, debatir, proponer, argumentar y si es necesario denunciar qué es lo que realmente está ocurriendo con una obra tan necesaria, que contradict­oriamente resultó afectando la movilidad en el oriente de la ciudad.

Y la misión de ellos debe de ser inmediata, pues el tiempo corre y eso es lo que menos debe de seguirse perdiendo para la culminació­n y puesta en funcionami­ento de la megaobra.

Ese caso se merece un debate bien susten tado en el cabildo que sirva para proceder a efectuar las acciones que conlleven a la conclusión de la obra que ya es justo que deje de estar paralizada por los perjuicios de diversa índole que ha venido acarreando para los habitantes de la capital de Norte de Santander.

Mostrar mayor empatía con la ciudad que les dio la oportunida­d de llevar la investidur­a que implica para cumplir con el artículo 311 de la Constituci­ón Política, es algo fundamenta­l para que la gente no se sienta huérfana de esa representa­tividad que delegó en ellos para que ante las instancias gubernamen­tales despliegue­n las gestiones que permitan superar escollos como los señalados. Ojalá escuchen, porque de lo contrario en elecciones no la verán muy fácil.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia