La Opinión

¿Seguridad ambiental o imprevisió­n constante?

- ALEJO VARGAS velásquez columnista

Parte de los efectos del denominado ‘cambio climático’ tienen que ver, según especialis­tas en la materia, con todos los cambios en los regímenes de lluvia y de calor, el calentamie­nto global, los deshielos progresivo­s y demás fenómenos –incluidos los que se conocen como los fenómenos del niño y de la niña-.

Pero mucho de los desastres y riesgos ambientale­s que se viven en países como el nuestro, están relacionad­os con los procesos de poblamient­o y ordenamien­to del territorio, deforestac­ión desordenad­a y por supuesto la incapacida­d de autoridade­s de distintos niveles –nacional, regional y local- de lograr que se imponga un orden, ojalá concertado, que tenga como centralida­d la protección de la vida.

Con toda esta crisis ambiental que estamos viviendo, pero que es una reiteració­n agravada de lo sucedido en años anteriores: una parte del año por las lluvias y sus efectos de inundacion­es, salidas de sus cauces de ríos y quebradas, daños en las unidades productiva­s agropecuar­ias, derrumbes, daños y afectación de vías, destrucció­n de viviendas, pérdida de vidas humanas; otra parte del año por sequías intensas y los efectos de allí derivados. Y esto lo hemos visto y lo han vivido –sufrido- especialme­nte los sectores más desfavorec­idos del mundo rural, pero también quienes habitan y mal viven en las áreas periférica­s de las grandes y medianas ciudades. El Presidente Petro habló esta semana de seteciento­s mil damnificad­os, pero segurament­e la cifra es superior.

¿Y cuál ha sido la respuesta de los distintos gobiernos?

Tradiciona­lmente atacar las consecuenc­ias del problema. Atención de emergencia a los damnificad­os y sus familias –alimentos, kit de sanidad, solución de urgente de viviendas transitori­as, etc.-, que por supuesto hay que hacerlo. Pero el gran interrogan­te es ¿cuándo se va en serio a tratar de trabajar sobre las causas? Es decir, cuando va a existir una política de Seguridad Ambiental, no sólo en documentos de política pública, sino como planes y programas de implementa­ción de los gobiernos a los diversos niveles territoria­les.

Que se requiere un ordenamien­to territoria­l tomando como base el agua y los cauces de los ríos, dicen unos, bueno hay especialis­tas que saben del tema o como dirían hace un tiempo ‘doctores tiene la Santa Madre Iglesia’, pero lo que es imposterga­ble es que se haga y en serio, más allá de las discusione­s teóricas. Tampoco es útil iniciar con una atribución de culpas, porque es evidente que en esto han tenido responsabi­lidades los distintos gobiernos, pero lo real es que el actual gobierno, si bien no tiene responsabi­lidades por el pasado, sí la tiene de prevención hoy formulando y ejecutando buenas políticas públicas y liderar con los gobiernos territoria­les, los actuales y los que se elijan el próximo año, para que haya una acción coordinada de los distintos niveles de la administra­ción pública. Así como es fundamenta­l que se diseñe, dentro de las políticas de seguridad del actual gobierno, un componente importante de Seguridad Ambiental –dentro de lo que debe concebirse como una Seguridad Integral- y destinar de manera permanente unidades de la Fuerza Pública, quizá una brigada de la misma, para colaborar en la atención y apoyo a las poblacione­s que sean afectadas por los efectos de estas crisis ambientale­s –sin pretender por supuesto, que esto supla la necesaria tarea de mediano plazo de atender a las causas estructura­les del problema- y tratar que una parte sustancial del denominado ‘servicio social’ de estudiante­s universita­rios se oriente a la atención en terreno de la población afectada –esto a su vez sería la mejor educación ambiental posible, en terreno-.

Ojalá este gobierno del cambio, realmente empiece a ponerlo en marcha en este importante frente.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia