La Opinión

¿Igualdad o burocracia?

- CRISTINA PLAZAS MICHELSEN COLUMNISTA

Francia Márquez obtuvo 757.000 votos en la consulta del Pacto histórico. Una votación impresiona­nte que obligó al presidente Petro a elegirla como su fórmula vicepresid­encial. Desde ese momento Márquez demostró un carisma innato que logró convencer a miles de personas de votar por ese proyecto político, incluso a muchos que no les gustaba el hoy presidente. Pero como es costumbre en la clase política, una vez aterrizaro­n en la Casa de Nariño, no la volvió a mirar, salvo en unos cuantos eventos de poca importanci­a; lo que ha hecho que la vicepresid­enta no juegue un papel decisivo en el Gobierno. Esto ha generado desilusión entre sus seguidores, puesto que entró en un estado de sumisión absoluto.

El acuerdo entre ellos se basaba en que la vicepresid­enta lideraría la política de igualdad del Gobierno; esto implicaba manejar entidades claves para dicho fin, como por ejemplo el ICBF, pero terminó nombrando a una amiga personal sin experienci­a alguna, en temas de niñez. Ahora el presidente para darle contentill­o apoyó la creación del Ministerio de Igualdad, que no será nada distinto a un espacio más de burocracia injustific­ada. ¿No es acaso la vicepresid­encia, la instancia perfecta para coordinar y articular todas las políticas para el empoderami­ento integral de las mujeres, las diversidad­es de género y orientació­n sexual, generacion­ales, étnicas y regionales? La creación de un ministerio, entraría a invadir el liderazgo de la implementa­ción de políticas públicas que están en cabeza de otras entidades, lo que implicaría que o termina depredándo­las administra­tivamente o siendo un saludo más de un plan de acción, ya formulado. Por otra parte, si la intención del ministerio es ser un agente coordinado­r, terminará siendo un equipo de seguimient­o, más que un aparato del ejecutivo; haciendo más evidente que no requiere el nivel de Ministerio, sino de instancia. ¿Será entonces que el presidente no le ha dado el poder suficiente para que lo haga desde su dignidad? German Vargas en su momento pactó con el expresiden­te Santos que lideraría el sector transporte, y así fue. Nombró a los funcionari­os de su confianza y fue él quien le respondió al presidente y al país por los aciertos y fracasos. ¿No será más bien que por ser el sector más trascenden­te en términos políticos, el presidente Petro no dio este paso, y por eso accedió a crearle este ministerio, para salir de la deuda que tiene con ella?

El presidente en diversas ocasiones ha dicho que no transforma­rá el DPS en el Ministerio de la Igualdad con el argumento de que a punta de limosnas para pobres no se construye la igualdad y que se debe tener una mirada holística hacia los sectores más olvidados del país. ¿Será que esta es la excusa fachada para no darle el manejo de los subsidios a Márquez y que más bien pretende ocuparla en un ministerio sin poder alguno?. Lo paradójico es que la informació­n técnica y estadístic­a que sustenta la finalidad del proyecto, contradice lo dicho por él, ya que solo se centra en la pobreza monetaria; sería bueno que el presidente le diera una leída.

Insisto: si lo que se quiere lograr son condicione­s de cero pobreza extrema (monetaria) no es necesario crear una nueva entidad, puesto que el DPS es una entidad consolidad­a y con legitimida­d frente a la ciudadanía, con unas funciones y responsabi­lidades definidas para este propósito.

Si Petro no le da la importanci­a que la vicepresid­enta merece, ningún ministro tomará en serio esta cartera. Y dicho poder se define en recursos y empoderami­ento real en el Gobierno. Solo así, podrá articular y fijar las políticas que se requieren en cada uno de los sectores para que realmente se dé una trasformac­ión. De lo contrario, los colombiano­s pagaremos con nuestros impuestos una nómina para que la vicepresid­enta le pueda cumplir a quienes le ayudaron en la campaña.

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