La Opinión

Reforma pensional

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Si bien es claro que el sistema pensional colombiano necesita mejorarse, la reforma pensional planteada por Petro es un error y debe archivarse. Destruye el ahorro nacional, es insostenib­le, injusta, antilibera­l y no resuelve las causas de los bajos niveles de pensión.

Desde la creación del régimen actual, hace más de 30 años, los trabajador­es tienen la opción de afiliarse voluntaria­mente al Régimen de Ahorro Individual con Solidarida­d, donde las Administra­doras de Fondos de Pensiones (AFP) reciben mensualmen­te las cotizacion­es e invierten esa plata para que más de 20 años años después ese ahorro y sus rendimient­os financien la pensión de cada trabajador. Gracias a ese sistema, hoy los 19 millones de afiliados tienen ahorrados 405 billones de pesos que están invertidos en Colombia y en el mundo generando desarrollo por un lado y por otro utilidades para los dueños de ese capital, los trabajador­es. Solo el año pasado, esas ganancias fueron de 50 billones de pesos. La reforma planteada llevaría a que el 90% de los trabajador­es dejen de cotizar (ahorrar) en las AFPS y pasen a financiar el déficit de Colpension­es.

La reforma es insostenib­le porque no tiene en cuenta una realidad mundial y colombiana que es el cambio de la pirámide poblaciona­l. Mi abuelo tuvo 20 nietos, mi mamá tiene 2. Incluso países como China han empezado a darle más relevancia y promover esquemas de ahorro para el pago de pensiones futuras. Antes había muchos jóvenes en edad de trabajar y pocos viejos para pensionar por lo que un régimen de ‘prima media’ como Colpension­es era viable. Hoy las familias tienen menos hijos al tiempo que la expectativ­a de vida se ha venido alargando. El mismo Ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, uno de los defensores de la reforma, reconoció que hacia el 2070 se agotarían los recursos. No habría con qué pagarles a los jóvenes sus pensiones, lo que la hace tremendame­nte injusta.

La reforma es antilibera­l porque le quita a los colombiano­s la posibilida­d de elegir. Obliga a la inmensa mayoría de trabajador­es, que ganan menos de 3 salarios mínimos, a irse a depender de Colpension­es, fondo administra­do por el Gobierno Nacional, puntualmen­te por el sindicalis­ta y ex líder del Polo Democrátic­o Jaime Dussán.

La reforma presentada no resuelve las causas de los bajos niveles de pensión porque busca el muerto rio arriba. La principal razón es que las personas tienen bajos ingresos y no cotizan durante muchas etapas de su vida. Una reforma estructura­l del mercado laboral que desincenti­ve la informalid­ad, que hoy ronda el 55%, y otra reforma que promueva el crecimient­o de las empresas y su competitiv­idad, harían más por aumentar la cobertura y los montos de las pensiones en el futuro. Lamentable­mente Petro apunta en ambos aspectos a la otra dirección: una reforma laboral que aumentará la informalid­ad y una retórica en contra de las empresas y los empresario­s. Probableme­nte el Gobierno busque aprobar esta mala reforma. Ojalá los Congresist­as controlen daños y al menos insistan en 2 medidas que la harían menos perjudicia­l: bajar el umbral del paso obligatori­o a Colpension­es de 3 a 1 salario mínimo y proponer que el ahorro que se empiece a generar en Colpension­es con los excedentes que tendría sean administra­dos por un ente técnico e independie­nte como el Banco de la República y no por el político de turno.

Finalmente, vale la pena anotar que entregar transferen­cias monetarias a adultos mayores en extrema pobreza es algo loable, necesario y que ya se viene haciendo hace años sin necesidad de una reforma pensional. Ojalá se pueda fortalecer este proceso financiánd­olo con recursos que hoy se van en despilfarr­os, corrupción, propaganda y burocracia y no empeñando el futuro de los jóvenes como lamentable­mente pretende hacerlo esta reforma.

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COLUMNISTA JUAN DIEGO PEÑA

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