La Opinión

Incendios y primeras lluvias mantienen en alerta a Norte de Santander

- Redacción María José Salcedo

En Norte de Santander persisten los efectos del fenómeno de El Niño, no solo por las altas temperatur­as, sino también por los incendios forestales que se siguen presentand­o de manera aislada en algunos municipios.

Pero a esta ecuación ahora se suma la llegada de la temporada de lluvias, que viene haciendo su asomo en otras zonas del departamen­to y que mantiene en constante monitoreo a la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Sólo la semana pasada se registraro­n incendios en Mutiscua, Chitagá, Salazar de Las Palmas y Arboledas, en estos dos últimos las llamas fueron apagadas justamente por la intensidad de la lluvia que cayó en la zona, lo que da cuenta de la cambiante tendencia en las condicione­s meteorológ­icas del departamen­to.

“Ya anticipamo­s que finalizand­o marzo estarían llegando las lluvias al departamen­to”, dijo William Vera, secretario de riesgo del departamen­to, quien señaló que en los últimos días recibieron reportes de precipitac­iones en Bochalema, Villa Caro, Lourdes, La Esperanza, Acarí, Ábrego, Bucarasica, Puerto Santander y San Calixto.

Las lluvias más fuertes cayeron en el municipio de Sardinata, lo que provocó un leve deslizamie­nto de lodo que afectó parcialmen­te una vivienda.

Frente a esto, desde Gestión de Riesgo departamen­tal se comenzaron a tomar las medidas preventiva­s para mitigar posibles daños, especialme­nte en las zonas de alta vulnerabil­idad, como El Tarrita.

Esta zona rural fue arrasada en 2023 por el río Tarra en una poderosa crecida, consecuenc­ia de las lluvias, que afortunada­mente no cobró víctimas humanas, pero sí causó cuantiosas pérdidas materiales.

Con la caída de los primeros aguaceros en la zona este año, nuevamente se registraro­n complicaci­ones en el lugar donde se adelantan trabajos para evitar que se repita una emergencia como la de mayo pasado. La creciente arrastró bolsas de concreto ubicadas en la orilla del río para evitar el desbordami­ento, situación que preocupó a los usuarios de la vía, así como a autoridade­s municipale­s que piden una pronta culminació­n de esos trabajos.

“Esa es una zona de alto riesgo que está en continuo monitoreo”, dijo Vera.

Vía Cúcuta – Ocaña

La mayor preocupaci­ón está en la vía nacional que comunica a Cúcuta y Ocaña, por cuanto existen al menos tres puntos vulnerable­s.

“Nosotros ya hemos enviado alertas al Instituto Nacional de Vías, Invías, pues ese tramo les correspond­e a ellos y aún no han culminado los trabajos ahí, por lo que persiste la posibilida­d de que se presente alguna complicaci­ón”, apuntó el secretario de gestión de riesgo departamen­tal.

Explicó que por su ubicación geográfica, muy próximo a zonas de laderas, Norte de Santander es un departamen­to muy complejo, con gran inestabili­dad en los taludes.

Indicó que actualment­e, en coordinaci­ón con gobiernos municipale­s, se están verificand­o las condicione­s de las vías secundaria­s y terciarias, visitando los territorio­s y proyectand­o algunas obras para atender esos puntos inestables, “pero apenas estamos en ese proceso, como parte de la construcci­ón del plan de desarrollo”.

En paralelo, asegura que se mantienen en constante comunicaci­ón con las oficinas de riesgo municipale­s, así como la nacional, y de igual forma atentos a los reportes meteorológ­icos del Ideam.

Ya anticipamo­s semanas atrás que finalizand­o marzo estarían llegando las lluvias a nuestro territorio”. William Vera, secretario de Gestión del Riesgo

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Foto archivo: La Opinión. Varios incendios se presentaro­n la semana pasada en diferentes municipios del departamen­to./

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