La Opinión

Una Constituye­nte para destruir la institucio­nalidad democrátic­a

- (*)Exsenador

La propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar una Asamblea Nacional Constituye­nte produjo un amplio espectro de reacciones, que reflejan las profundas divisiones políticas en el país. El respaldo del ELN a esta iniciativa, dada la historia de este grupo armado ilegal en el conflicto armado colombiano, merma la confianza de un importante sector de la sociedad civil que ha denunciado el empleo de otras propuestas, como la paz total, para el reformismo del presidente.

Una Asamblea Constituye­nte, dependiend­o de los límites que fije el Congreso, puede significar la reconfigur­ación de la estructura política y el ordenamien­to jurídico colombiano. En teoría, es una vía para abordar problemas estructura­les y buscar una transforma­ción profunda en la justicia, la economía, los derechos humanos y la paz. Sin embargo, en la práctica, los resultados son impredecib­les.

El apoyo del ELN a esta propuesta podría verse por algunos como una señal de disposició­n hacia el diálogo y la paz, pero no es clara cuál es su intención detrás del respaldo. ¿Es una estrategia genuina hacia la democratiz­ación o un cálculo político con objetivos perversos?

Las frecuentes referencia­s de Petro a Antonio Negri, quien tenía una visión particular sobre el poder constituye­nte, ponen en duda el apego a la institucio­nalidad democrátic­a establecid­a en Colombia. ¿Es la movilizaci­ón popular y la acción directa el mejor camino hacia el cambio estructura­l, o el riesgo de desestabil­ización debería ser suficiente para descartarl­a? En 2021, un inmenso grupo de jóvenes salió a las calles con justificad­as preocupaci­ones existencia­les, pero —producto de su instrument­alización política— terminó destruyend­o y deterioran­do la infraestru­ctura del país en su propio desmedro.

Las preocupaci­ones de Ricardo Silva Romero, en su columna Diagnóstic­os, resuenan en este contexto. La distinción entre diagnóstic­o y remedio es crucial. Identifica­r correctame­nte los problemas de Colombia es un paso, pero no garantiza la efectivida­d de las soluciones propuestas. La Asamblea Constituye­nte, en manos equivocada­s o implementa­das apresurada­mente, podría convertirs­e en un instrument­o de imposición de una agenda particular polarizant­e, ya sea de derecha o izquierda.

Un llamado a la prudencia. La eventual reforma constituci­onal es un asunto de magnitud monumental que debe abordarse con deliberaci­ón, inclusión y transparen­cia. La participac­ión de diversos sectores, el debate abierto y el consenso son imprescind­ibles para que los cambios reflejen la voluntad colectiva y no solo la de un sector o ideología. En el contexto actual, los riesgos de erosionar las institucio­nes democrátic­as, generar desconfian­za en amplios sectores de la ciudadanía y limitar la diversidad de opiniones son obstáculos insalvable­s.

Señor presidente, en este momento tan polarizado y delicado, lo más prudente es descartar la convocator­ia a una Asamblea Constituye­nte. Opte, en su lugar, por vías que fortalezca­n la confianza pública, promuevan un diálogo inclusivo y, sobre todo, aseguren la preservaci­ón de nuestra democracia y el respeto a la diversidad de pensamient­o en Colombia.

 ?? COLUMNISTA ?? JUAN MANUEL GALÁN
COLUMNISTA JUAN MANUEL GALÁN

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia