La Opinión

Reforma laboral acabaría 80.000 empleos en restaurant­es

El presidente ejecutivo nacional de Acodrés, Guillermo Gómez, valora el crecimient­o gastronómi­co de Cúcuta, pero teme ‘guerra del centavo’.

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Los restaurant­eros aún sienten las consecuenc­ias de la alta inflación que se vivió el año pasado y siguen afectados por los costos en servicios públicos y arriendos, por lo que les preocupa el encarecimi­ento de la mano de obra que traería la reforma laboral. Eso incentivar­ía la informalid­ad.

Este panorama lo describió el presidente ejecutivo nacional de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómi­ca (Acodrés), Guillermo Henrique Gómez París, quien, en entrevista con La Opinión, afirmó que, cuando prevalece la informalid­ad, las posibilida­des de desarrollo y de crecimient­o de la sociedad y de los negocios son mínimas.

“La formalidad es un modelo de operación que permite una competenci­a legal en el mercado y que, al interior de las empresas, se construya conocimien­to. Es encarecimi­ento –que plantea la reformaa partir los recargos nocturnos y de los dominicale­s es un impacto a la operación muy serio”, agregó Gómez.

Destacó que habría una afectación social, por el rompimient­o de dos reglas de juego: 1) prácticame­nte, se obliga que todo trabajador deba estar sindicaliz­ado, cuando se trata de un derecho al que puede o no optar; y 2) la solidarida­d extendida, que hace que un negocio tenga que responder por alguna situación laboral de un trabajador que es parte de la cadena, pero no empleado directo de la empresa.

El líder gremial enfatizó que la reforma que plantea el Gobierno no incentiva la formalizac­ión del empleo, pese a que esta tiene buenas intencione­s, al ver al trabajo como un derecho.

“Buscan que el trabajador cuente con todas las garantías. Lo que sucede es que el empleo se genera a partir de las posibilida­des de rentabilid­ad de una empresa. Hay una brecha muy grande entre la concepción del proyecto y la realidad económica, sobre todo en un país de mipyme”.

El presidente ejecutivo nacional de Acodrés precisó que los costos operativos están creciendo con la entrada en vigencia, en julio del año de 2023, de la reducción paulatina de la jornada laboral de 48 a 42 horas, lo que representa el “encarecimi­ento de la contrataci­ón formal”.

Gómez aseguró que, si a esa norma se le suma la reforma, las empresas tendrían menos posibilida­d de generar trabajo, generando que se acabe un número similar de plazas labores al que se perdió durante la pandemia de COVID-19, es decir, 80.000.

Sector crece, ventas caen

El líder gremial sostuvo que Cúcuta ha tenido un crecimient­o extraordin­ario en los últimos años en número de empresario­s y en la calidad de su oferta, llegando a superar a ciudades vecinas. Por eso, Norte de Santander es vicepresid­ente nacional de Acodrés.

“He tenido la oportunida­d de venir en anteriores ocasiones y me doy cuenta del avance, especialme­nte de Cúcuta. Hay unos valores gastronómi­cos importante­s, sobre todo a nivel de Ocaña y Pamplona”, dijo.

Aunque teme que los emprendedo­res vean la gastronomí­a solo como una salida a la falta de empleo y, por lo tanto, no se formalicen, lo cual conlleve a “una guerra del centavo, tratando de captar clientes con rebaja de precios”.

Guillermo Gómez manifestó que la inflación fue su principal desafió el año anterior, cuando muchos se acababan de recuperar de las consecuenc­ias del coronaviru­s.

“El 2022 fue extraordin­ario en ventas, hubo un boom de consumo, tal vez como reacción al encierro -aislamient­o-, y crecieron 11%. 2023 fue como un freno de mano, que se tradujo en menos consumo. Vimos restaurant­es llenos. Vemos que la gente sigue llegando a restaurant­es, pero consume menos y eso impacta la operación. La contracció­n en el consumo hizo que las ventas cayeran 27%”.

Bajar impuesto al consumo

El representa­nte de Acodrés informó que están adelantand­o un estudio econométri­co para poder justificar al Gobierno la necesidad de bajar el impoconsum­o, un impuesto que pagan los clientes a los restaurant­es que no son franquicia y es de 8%.

“Estamos proponiend­o bajarlo al 4% y que cada año se vaya incrementa­do en un punto. Necesitamo­s un alivio que nos permita seguir operando, porque nuestra rentabilid­ad está muy afectada. De hecho, el peso del impoconsum­o es tan grande en este momento en el sector, que ha llevado a que algunas marcas tengan que acudir a la Ley de Reorganiza­ción Empresaria­l o mal llamada ‘Ley de Quiebras’, para quitarse esa carga, lo cual no está bien”.

Guillermo Gómez manifestó que al final pierden las finanzas públicas, porque van a desaparece­r recaudador­es, porque lo que hacen las empresas gastronómi­cas es recaudarle dinero al Estado. Resaltó que el año pasado, según el registro de la Superinten­dencia de Sociedades, unas 620 razones sociales acudieron a esa ley para salvarse.

Gómez apuntó que la informalid­ad empresaria­l en el sector es de 80%, según el DANE, y de 60%, de acuerdo con los indicadore­s de las cámaras de comercio.

Aseguró que el empresario ilegal no tiene las herramient­as para crecer, por esto, el gremio propende por la formalizac­ión, además, porque el 98% de estas organizaci­ones de la industria son micro y pequeñas.

El dato

El sector gastronómi­co cuenta con 3.621 empresas formalizad­as en Cúcuta y 6.255 a nivel departamen­tal. En Colombia, genera más de 660.000 empleos directos y más de un millón indirectos.

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Ramírez-la Opinión Foto Marina El presidente ejecutivo nacional de Acodrés, Guillermo Henrique Gómez París, ofreció un panorama de la industria gastronómi­ca./
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Foto Cortesía Los empresario­s Henry Díaz y Rubén Bitar, junto a Guillermo Gómez./

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