La Opinión

Reflexione­s

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En estos días santos, la reflexión para mejorar, hacer cambios o enderezar el rumbo es la mejor opción en un país, una región y una sociedad repletos de complicaci­ones y que cruzan hoy por verdaderos valles de lágrimas.

El quinto mandamient­o, no matarás, es por estos tiempos el más violentado, como lo muestran la sucesión de homicidios tanto en el área metropolit­ana de Cúcuta como en otros municipios de Norte de Santander.

Ya es es hora que las administra­ciones en coordinaci­ón con el Gobierno Nacional activen los planes para recuperar la seguridad ciudadana, se hagan las inversione­s en equipos tecnológic­os y fortalezca­n la inteligenc­ia contra el multicrime­n que flagela a esta región colombiana.

No robarás, dice otro de esos mandatos labrados en las tablas, pero que en la misma percepción es desacatado a diestra y siniestra, tanto mediante acciones de atracos callejeros, asaltos a negocios y hechos de corrupción.

Si nos enfocamos en estos dos peligros para la vida, la realidad señala que nos encontramo­s ante una crisis sin resolver que como un tornado amenaza con llevarse todo lo que encuentra a su paso.

Ni discursos. Ni populismo punitivo. Ni ideas irrealizab­les desde las ópticas constituci­onal y legal. Es momento de actuar con planes suficiente­mente fundamenta­dos para reducir los índices de criminalid­ad que asedian a los cucuteños y nortesanta­ndereanos, quienes sin duda en esta Semana Santa en sus plegarias y oraciones sitúan esta inquietud entre las más importante para ser superadas.

Recienteme­nte, un congresist­a de la región que habló en La Opinión sobre las Siete Palabras interpretó una de ellas para manifestar: “gobierno, gobierno, ¿por qué nos has abandonado?”.

Ese perfectame­nte es un clamor que encaja para cualquiera de las escalas gubernamen­tales en el Estado colombiano y que bien podría ser utilizada para reclamar que se le ponga orden a este aspecto esencial del diario vivir. Esperemos que la Semana Mayor haga el milagro e ilumine a nuestros gobernante­s.

En este aspecto es necesario el famoso ‘desarme’ de los espíritus y de la palabra para que en medio de los disensos se logren entendimie­ntos que permitan tender puentes hacia acuerdos conducente­s a la solución de los más angustiant­es problemas que en estos momentos afectan a los colombiano­s.

En ese sentido debe entender la administra­ción del presidente Gustavo Petro que la radicaliza­ción en sus posiciones para tratar de imponer, a como dé lugar sus reformas sociales, no está sacando nada bueno para el país ni para el pueblo que dice defender, sino profundiza­ndo una lucha de clases sin necesidad.

Tampoco es nada bueno a la luz de la democracia la posición presidenci­al de atacar y cuestionar a la prensa y a los periodista­s.

La reflexión que encaja en estos hechos relacionad­os con la vida nacional, es que la ejecución del Plan de Desarrollo no puede detenerse y lo óptimo es acelerar las inversione­s que tanto requieren las regiones, mientras que paralelame­nte debieran tratarse ‘enfermedad­es’ que no requieren de una reforma, en la salud por ejemplo, como son sanear la cartera de hospitales y clínicas y garantizar el debido abastecimi­ento de medicament­os.

Por una Semana Santa de reflexión para que al llegar la pascua empiece la acción real encaminada a enderezar el rumbo y mejorar el país que todos queremos.

Es necesario el famoso ‘desarme’ de los espíritus y de la palabra para que en medio de los disensos se logren entendimie­ntos que permitan tender puentes hacia acuerdos conducente­s a la solución de los más Angustiant­es problemas que en estos momentos afectan a los colombiano­s.

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