‘En Chinácota no hay una racha de inseguridad’
Atan solo 41 kilómetros de Cúcuta está Chinácota, un municipio donde su clima es tan agradable, que al mediodía puede cubrirse con una gran capa de neblina, su temperatura bajar considerablemente y caer una leve llovizna, cómo sucedió hace cuatro días cuando un equipo periodístico de La Opinión estuvo en esta población.
Precisamente, por esa variación en el clima y el enorme manto verde que se expande por las montañas que rodean esa localidad, es que cientos de personas deciden alejarse del calor de la capital de Norte de Santander para ir a disfrutar de esa población.
Y eso también le ha dado impulso a que en los últimos 10 años se tenga un gran desarrollo urbano, donde empresarios, familias adineradas y hasta políticos decidieran invertir grandes cantidades de dinero, montando establecimientos comerciales muy particulares o construir lujosas cabañas, fincas o casas.
Ante eso, Chinácota se convirtió en un pueblo de descanso y esparcimiento, con una gran variedad gastronómica, de hospedaje y de diversión, recibiendo recientemente el nombre: ‘La casa de todos’, pero hoy, muchos habitantes de esa localidad creen que esa frase que le pusieron desde una de las administraciones municipales, terminó siendo una especie de maldición.
“Pues haberle abierto la puerta a todo el mundo para que se vinieran a este municipio, fue un grave error, porque llegó hasta gente que está haciéndole mucho daño a la población”, aseguró un habitante.
Muchos consideran que ese desarrollo fue desorganizado y sin ningún tipo de control, “por eso no es raro que acá lleguen narcos, gente de dudosa reputación o cualquier persona que de la noche a la mañana apareció con plata y quieran hacer lo que se le da la gana”.
Dolor por doble homicidio
Los chinacotenses no se reponen de lo sucedido la noche del pasado domingo, 24 de marzo, cuando asesinaron a los esposos José Édgar Pérez Parada y Gloria María López Paredes.
Los reconocidos empresarios eran muy queridos, no solo por los habitantes de ese municipio, sino también por muchos cucuteños, pues quienes tuvieron contacto con ellos sabían la calidad humana y el gran corazón que tenían, por eso, sus muertes a manos de unos criminales que están siendo identificados por las autoridades, colmó la paciencia de los residentes de Chinácota.
“Acá no estamos seguros ni en nuestras casas, la delincuencia se apoderó de Chinácota y lo peor de todo es que nadie hace algo para recobrar la tranquilidad. Por las calles se ven a los migrantes haciendo lo que se les da la gana y si se les dice algo, lo amenazan a uno. Los drogadictos también hacen lo que quieren, los robos de motos o celulares son constantes”, comentó otra habitante.
Don Édgar y doña Gloria montaron un local de venta de dulces y productos lácteos que llamaron La Palestina, que poco a poco se fue expandiendo y llegó a ser un punto de encuentro de muchas familias para pasar un día feliz en medio de la diversión que ofrecían con las diferentes atracciones que tenían
Por eso, el doble homicidio no pudo pasar como uno más en la región, como ya sucedió años atrás, y por lo contrario provocó revuelo y hasta frenó el entusiasmo que había para la Semana Mayor.
“Esta Semana Santa no fue igual que las anteriores, la gente no vino como antes, en el ambiente se puede sentir el miedo por lo que está pasando, los comerciantes somos los más perjudicados y lo peor es que el alcalde y la Policía no hacen nada para frenar la inseguridad”, señaló Ludy Páez, comerciante de Chinácota.
Agregó: “desde el miércoles tenemos un refuerzo policial, pero eso va hasta el domingo (hoy), luego qué va a pasar, quedamos a merced de la delincuencia y que nos sigan matando. Lo de Édgar y Gloria fue muy duro y peor aún sin saber si verdaderamente fue en un robo, acá necesitamos que todas las autoridades, hasta Migración Colombia, se amarren los pantalones y vengan a hacer operativos”.
Y precisamente, indagando en cómo va la investigación de este lamentable hecho, se conoció extraoficialmente que las autoridades tienen cuatro líneas de acción, donde no descartan un aparente intento de robo, pero también un problema personal, por eso hay un grupo de funcionarios de la Sijín, inteligencia y del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) trabajando en ese caso.
Otra línea estaría por las ‘vacunas’, pues desde hace un tiempo los comerciantes vienen recibiendo llamadas extorsivas, que terminan en amenazas, y al parecer, los esposos fueron víctimas. Sin embargo, una fuente judicial manifestó que han recibido unas denuncias sobre hechos extorsivos y en las pesquisas han visto que desde algunas cárceles están haciendo dichas llamadas.
“Tenemos un grupo interinstitucional trabajando en este hecho y esperamos que pronto podríamos tener un excelente resultado, debemos tener en claro que no descartamos ninguna hipótesis y es por eso que desde el mismo día que ocurrió el hecho nos trasladamos a Chinácota para llevar a cabo la investigación”, aseguró el coronel John Chavarro, comandante de la Policía de Norte de Santander.
El oficial recordó que la Gobernación ofreció una recompensa de hasta $30 millones por la información que ayude a identificar a los responsables del suceso, pues creen que al menos cuatro personas participaron en el doble homicidio.
“La crueldad con la que cometieron este hecho también ha llevado a sacar conclusiones de qué tipo de criminal lo hizo, pues no es normal que maten a dos personas de ese modo. Acá se pudo observar que hubo sevicia”, comentó
una fuente judicial.
Y ese ambiente de pesimismo, dolor y rabia que tienen en el municipio, es generalizado, pues al entrar a un restaurante que está cerca del parque y preguntar cómo ven lo que está pasando en ese pueblo, solo se limitaron a decir: “aquí ya sabemos que en cualquier momento nos pueden matar por robarnos, no tenemos autoridades”.
Otro chinacotense, que también pidió reserva de su identidad, afirmó que, “tristemente esa situación es muy contraria a lo que debería ser, pues en este municipio se pueden conseguir lujosas cabañas, que un arriendo para un fin de semana podría llegar a costar como mínimo $5 millones, lo que implicaría que la seguridad debería ser superior”.
Claudia Antolínez es otra comerciante alcalde Ramiro Luna.
Lujos e inseguridad
que lamentó lo que está sucediendo en Chinácota y también le pide a las autoridades que hagan presencia constante y no solo por unos cuantos días y luego se vayan, como si no les importara la problemática de inseguridad.
La mujer sostuvo que, “acá falta alcalde, sabiendo que él es el comandante de la Policía. El municipio creció de una manera desordenada y sabiendo eso, deberían hacerse operativos los fines de semanas, festivos, Semana Santa y los días de ferias y fiestas. Además, la Policía debería tener puestos de control a la entrada y salida del municipio, para que sepan quiénes son los que vienen a las cabañas, hace falta un inventario de eso. Acá todos los días hay robos”.
También hay comerciantes que indicaron que ante la racha de atracos, en la Policía de esa población no reciben las denuncias, lo que agudiza la situación, por eso le piden al comandante de esta institución en Norte de Santander que esté más pendiente de esa problemática.
“No hay alteración del orden público en Chinácota”,
Otros hechos
Cabe recordar que en los últimos dos años en Chinácota se han presentado tres hechos lamentables, que han dejado cinco personas muertas. Dos de las víctimas fueron Olga Patricia Rueda Gutiérrez y Claudia Yaneth Marciales Cacua, asesinadas el 20 de abril de 2022.
El crimen de las dos mujeres se presentó en el conjunto residencial Las Isabeles. La trágica historia se conoció hacia las 8:00 de la mañana de ese miércoles de abril, cuando uno de los vigilantes encontró el cadáver de Olga Patricia Rueda Gutiérrez dentro de un baño, afuera de la cabaña donde ella vivía.
Y es que el guarda de seguridad decidió ir a ver qué había pasado con Olga Patricia y su empleada Claudia Yaneth Marciales Cacua, porque llevaban dos días sin ver a algunas de ellas.
Seis meses después, Cipriano Vera, fue asesinado de tres balazos en su finca, ubicada en la vereda Cuéllar. Ese 2 de octubre de 2022, al hombre, de 60 años, lo asesinaron en medio de un robo, pues los delincuentes se habrían enterado que él vendió parte de su predio y fueron a hurtarle ese dinero.