La Opinión

Reforma de facto II

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El hundimient­o de la reforma a la salud en el Congreso de la República, aunque suena como la mayor derrota para el gobierno del presidente Gustavo Petro, esto no equivale a que todo haya culminado frente a este esencial servicio.

Más bien lo que hará es profundiza­r el plan B para la ejecución de la llamada reforma de facto, mediante decretos y resolucion­es, sin necesidad de acudir al Legislativ­o, aplicándol­a por intermedio de las EPS que tiene intervenid­as en la actualidad.

La Opinión, en un editorial titulado ‘Reforma de facto’ había anticipado en esa ocasión que la orden del presidente Gustavo Petro a la Superinten­dencia de Salud “de que en lo que permite la ley y las normas actuales implemente­mos ya el modelo en las EPS que ya controlamo­s desde ya”, ha desatado toda clase de advertenci­as.

Hasta ahora, con las EPS intervenid­as, siendo las últimas Sanitas y la Nueva

EPS, el Gobierno Nacional ejerce un control sobre unos 24 millones de usuarios en el país. ¿Será que sobre esas bases construirá Petro su nuevo esquema de salud?

Eso es lo que suena con fuerza en el ambiente, puesto que así podría avanzar en la aplicación del articulado que se quedó sin piso, luego de que la Comisión VII del Senado le diera sepultura al controvers­ial proyecto, después de 14 meses de trámite.

Desde las orillas opositoras la advertenci­a que se escucha es que se trata de una estrategia del presidente para imponer la reforma a la salud, utilizando para ello el mecanismo de la intervenci­ón bajo el cual la Superinten­dencia del ramo tomó el control de Famisanar, Emssanar, Savia Salud, Asmet Salud, Sanitas y la Nueva EPS.

Y como para que no haya dudas de que algo en ese sentido en realidad sí se está cocinando, en la misma cuenta de la red social X de Petro se lee: “el Gobierno asume su función constituci­onal de reordenado­r del sistema de salud”, declaració­n que por su amplitud podría implicar que el modelo actual sea profundame­nte.

Otro ejemplo de que en la práctica lo ocurrido en el Senado no detendrá al Ejecutivo, aparece en la siguiente declaració­n de Petro: “tal como ordena la Ley Estatutari­a de la Salud y la Constituci­ón, habrá un sistema de salud preventiva como se construyó durante años en Bogotá Humana”.

Eso significa ni más ni menos una reforma de facto, porque dicha iniciativa aparecía dentro del paquete que naufragó en el Congreso de la República.

Y siguen surgiendo pistas de que todo se encaminará por ahí y las mismas fueron expuestas por Petro cuando reaccionó por el fracaso de su proyecto. Interpreta­ndo el dicho presidenci­al, las EPS intervenid­as ya no podrán ser asegurador­as sino gestoras, porque según él “se comieron las platas de los fondos, están quebradas”. Eso también es reforma de facto, puesto que era uno de los puntos controvers­iales de la reforma.

Si hiciéramos un resumen de lo que vendrá ahora, qué mejor que reunir lo expuesto por Petro y su antiguo socio de coalición, el expresiden­te César Gaviria, jefe del Partido Liberal.

“Lo que podía ser una concertaci­ón tranquila, ordenada, sin problemas, ahora es de golpe”, dijo Petro.

“Obligará al país a pensar qué va a hacer con un sistema de salud que el Gobierno se lo tomó todo y que no se ha preparado en lo más mínimo para atender los pacientes”, afirmó Gaviria.

Esperemos que los usuarios no terminen siendo perjudicad­os y que se hagan urgentes acciones para aliviar las deudas que hoy golpean a los hospitales y que se alivien las fuertes presiones financiera­s como consecuenc­ia de la falta de recursos del sistema de salud en Colombia.

Hasta ahora, con las EPS intervenid­as, siendo las últimas Sanitas y la Nueva EPS, el Gobierno Nacional ejerce un control sobre unos 24 millones de usuarios en el país. ¿Será que sobre esas bases construirá Petro su nuevo esquema de salud?

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