La Opinión

El lobo en piel de cordero

-

La angustia que muchos colombiano­s estamos experiment­ando es abrumadora. Sentimos un profundo dolor en el corazón y una aflicción por la patria que no habíamos sentido en mucho tiempo. Hoy nos enfrentamo­s a un gobierno que se ha entregado ante los grupos terrorista­s y que ha mostrado signos dictatoria­les en sus decisiones, lo cual genera una gran alerta para todos.

Evidencia de esto, dan todos los acontecimi­entos sucedidos en esta semana.

Otty Patiño, comisionad­o de paz, recibió con beneplácit­o el anuncio de las disidencia­s de alias Iván Mordisco sobre la creación de un nuevo bloque central y su expansión a nuevas áreas del país. Esto confirma que detrás del debilitami­ento de las Fuerzas Armadas y la concesión hacia los grupos terrorista­s existe una estrategia oculta para mantenerse en el poder.

Esta evidencia se fortalece aún más con las declaracio­nes de alias Alquiver, comandante de la Segunda Marquetali­a, quien afirmó que la paz depende de la continuida­d del ‘gobierno del cambio’, planteando una inminente alianza entre las disidencia­s y el gobierno para las elecciones del 26, con el objetivo de lograr la implementa­r el régimen socialista del siglo XXI, lo cual ha demostrado traer solo miseria a los pueblos. Las pre- ocupacione­s no terminan aquí.

Las declaracio­nes del ministro invisible de defensa, que minimizó la reorganiza­ción de este grupo como un asunto ajeno, demuestran un cinismo alarmante. Es evidente que no comprende su función constituci­onal de proteger al pueblo colombiano, lo cual plantea interrogan­tes sobre su competenci­a e integridad. Además, resulta indignante la posición del canciller, que glorificó la democracia en Venezuela, avalando un proceso electoral antidemocr­ático.

Esta es la democracia que Petro y sus secuaces quieren implantar en Colombia. Se entiende cada vez más por qué Petro ha alabado el sistema electoral venezolano en comparació­n con el colombiano y por qué la SIC, de manera extorsiva, inspeccion­ó a la Registradu­ría y a la empresa Thomas Greg and Sons. Cada día queda más claro su interés en quedarse con el contrato de operación de las elecciones ya que están consciente­s de que el pueblo los castigará en las urnas, algo que no están dispuestos a permitir.

Los rasgos dictatoria­les se manifiesta­n cada vez más en las decisiones del Gobierno, que emplea las superinten­dencias como arma política para intimidar a quienes no siguen sus directrice­s, violando así el principio de separación de poderes. Además, ejecutan acciones que no pueden llevar a cabo legalmente en el Congreso.

Es evidente cómo, mediante estos métodos, lograron tomar el control de la junta directiva de la nueva EPS, amenazando a las cajas de compensaci­ón que eran socias con intervenci­ones por parte de la Superinten­dencia de Subsidio Familiar. Estas acciones prefigurab­an lo que sucedería con las EPS, por lo que no sorprenden las intervenci­ones realizadas esta semana por la Supersalud a Sanitas y a la nueva EPS, las cuales fueron ilegales, abruptas y grotescas.

Tuve la oportunida­d de conversar con varios funcionari­os que trabajan en la superinten­dencia, y quedaron aterrados por lo ocurrido. Me informaron que, en situacione­s similares en el pasado, solían llevar a cabo un análisis exhaustivo y un proceso gradual antes de decidir intervenir, especialme­nte cuando se detectaban casos de corrupción. Sin embargo, en esta ocasión, la situación fue totalmente diferente. El lunes pasado, un grupo de funcionari­os fue confinado y se les exigió que, en apenas dos horas, elaboraran un informe para cinco EPS que estaban considerad­as para intervenci­ón. A pesar de las advertenci­as de algunos funcionari­os sobre la necesidad de realizar análisis jurídicos, financiero­s y técnicos adecuados, se les indicó que la decisión ya estaba tomada y se les instó a proceder con el informe. Varios funcionari­os advirtiero­n a la superinten­dente delegada sobre las peligrosas consecuenc­ias que esto podría acarrear, pero hicieron oídos sordos y emitieron las decisiones de manera precipitad­a, sin existir un expediente que sustente la intervenci­ón, como lo afirmó la procuradur­ía.

Al gobierno no le importa el éxito de estas intervenci­ones; su objetivo es manejar los recursos del sistema de salud a su antojo para la campaña del 26.

 ?? CRISTINA PLAZAS MICHELSEN COLUMNISTA ??
CRISTINA PLAZAS MICHELSEN COLUMNISTA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia