Cómo alcanzar la excelencia personal y laboral todos los días
Daniel Goleman, autor del bestseller ‘La inteligencia emocional’, nos revela prácticos métodos para entrar de manera sencilla en un estado óptimo de gran productividad.
En la vida, alcanzar el máximo rendimiento es como encontrar una gema preciosa: un atleta logra una hazaña deportiva impecable o una empresa registra ganancias récord en un trimestre.
Sin embargo, estos momentos son como destellos fugaces en la oscuridad, y por cada día glorioso, podemos encontrarnos con cien días que parecen rutinarios o incluso desafiantes.
En ‘Optimal’, Daniel Goleman y Cary Cherniss, respaldados por una sólida base de investigaciones científicas, nos brindan valiosos consejos prácticos sobre cómo aplicar la inteligencia emocional para alcanzar un compromiso y una productividad óptimos en nuestra vida personal y profesional.
Este libro no solo destaca la importancia de esos momentos de excelencia puntual, sino que también recalca que la verdadera satisfacción proviene de la consistencia en la excelencia, cultivando muchos días buenos y sólidos.
‘Optimal’ ofrece las claves para desarrollar un liderazgo altamente efectivo y para construir una cultura organizacional que nutra y empodere a cada individuo, permitiéndoles alcanzar su máximo potencial sin caer en el agotamiento tan temido como el burnout.
Lea aquí un fragmento en exclusiva de ‘Optimal’, un libro publicado bajo el sello Ediciones B y que ya está disponible en las librerías del país.
Tu zona óptima
Imagina cómo te sentirías si estuvieras en los zapatos de Ajla Tomljanović, en la cuarta ronda del Campeonato Abierto de Tenis de Estados Unidos 2022. Tomljanović fue la tenista que venció a Serena Williams en el que sería el último partido de esta jugadora. Williams era una leyenda, había ganado el campeonato de Grand Slam 23 veces y ese día estaba jugando con su máximo desempeño. Además, era la favorita de los veinticuatro mil admiradores hacinados en el estadio de tenis más grande del mundo.1
Casi todos los aficionados gritaban deseando que Serena Williams ganara, y en internet había millones más siguiendo el partido. Imagina “todo el ruido, el clamor por Williams, los indecorosos vítores cuando Tomljanović perdió un servicio, las celebridades en las gradas, los videos tributo a Williams”.
Sin embargo, Tomljanović tenía un arma secreta. Su padre, jugador profesional, campeón de balonmano y su primer entrenador, le había enseñado a calmar sus nervios enfocándose. “Le mostró cómo hacer lo que hacía, en medio de un juego perfecto, el pitcher de la película Por amor al juego interpretado por Kevin Costner. Centraba su atención en el guante del catcher e ignoraba todo lo demás en el estadio”. Tomljanović siguió los consejos de su padre y se mantuvo enfocada.
Después del partido, dijo: “Desde que entré a la cancha traté de no mirar mucho alrededor. Permanecí encerrada en mi propia burbuja”. Tomljanović mantuvo ese enfoque más de tres horas, logró jugar el mejor tenis de su carrera y terminó venciendo a Williams en tres sets.
Su extraordinaria manera de jugar tenis ejemplifica el flujo, es decir, ese estado de inmersión absoluta en que alguien puede tener su mejor desempeño. Este tipo de enfoque puede ayudar a cualquier persona a realizar su mejor esfuerzo, por eso lo exploraremos en detalle. Tu estado emocional también es muy importante, ya que los pensamientos perturbadores distraen e impiden la concentración absoluta. Esta es la razón por la que los atletas de clase mundial hablan tanto del “juego mental”: están compitiendo con otros atletas que han llegado a dominar su deporte a los niveles más elevados. Es por ello que sus estados internos y su enfoque se convierten en la clave para ganar.
Sin embargo, como muy a menudo el “flujo” se refiere a sucesos enrarecidos e incluso elusivos en nuestra vida, preferimos un objetivo más realista y alcanzable: sentirte satisfecho por haber tenido un buen día, productivo de acuerdo con los estándares que te funcionan. A eso nos referimos con “óptimo”.
A veces decimos que al destacar logros supremos como el de Tomljanović pasamos por alto las claves y las condiciones que, como su enfoque de halcón, nos permiten a todos ingresar a nuestro estado óptimo, aquel en el que logramos nuestro mejor desempeño.
Tenemos la sospecha de que aferrarnos a nuestro estándar más alto, cualquiera que sea nuestro equivalente del perfecto tenis de Tomljanović, nos hace propensos a un perfeccionismo que podría provocarnos fatiga y desgaste profesional muy pronto. Aunque es imposible estar en nuestro máximo nivel todo el tiempo, siempre podemos esforzarnos por dar lo mejor de nosotros. La implacable búsqueda de puntos de flujo nos dirige hacia los extremos, mientras que hacer nuestro mejor esfuerzo nos ofrece un objetivo más realista.
El modelo óptimo ofrece un equivalente de desempeño que coincide con la noción de que, en el marco de la crianza, no tenemos que ser la mamá o el papá perfecto todo el tiempo, sino esforzarnos lo más posible. Mientras que el flujo ideal nos obliga a apegarnos a un estándar demasiado alto, a la visión de “nuestro máximo esfuerzo” del perfeccionista en nuestro interior, el estándar óptimo nos permite relajarnos y disfrutar de lo que hacemos sin juzgarnos a nosotros mismos de manera constante. Solo acalla esa voz crítica dentro de ti y enfócate en la tarea que tienes por delante.
En la primera parte de este libro, esbozaremos el sentimiento de encontrarnos en el estado óptimo, y para ello nos basaremos en diarios de cientos de personas que describen la arquitectura interior de lo que les parece un buen día. Luego veremos cómo se ve ese edificio privado desde el exterior, lo miraremos a través del lente del desempeño extraordinario en el lugar de trabajo.
Como ambos somos psicólogos, buscamos resultados de otras investigaciones para guiar nuestro pensamiento. Seguir ese tipo de investigación nos permite distinguir un componente esencial del estado óptimo en el que somos inteligentes respecto a nuestras emociones, es decir, ejercer la inteligencia emocional.
Para nosotros fue una epifanía ver que las métricas del lugar de trabajo para la excelencia producen un mapa de lo que la gente reporta a partir de su experiencia en el interior, un mapa que nos indica por qué la inteligencia emocional ofrece una entrada a la excelencia personal. A pesar de que en la actualidad las habilidades de la inteligencia emocional tienen varios nombres, nosotros llegamos a la conclusión de que los ingredientes activos del desempeño óptimo dependen de la inteligencia emocional.
Hemos utilizado información de décadas de descubrimientos científicos sobre la inteligencia emocional, con implicaciones directas para ese estado óptimo y lo que nos mantiene alejados de él. Tener un día satisfactorio, en lugar de solo una experiencia extraordinaria en alguna cumbre durante el flujo, nos ofrece la clave para el desempeño y la realización, sin mencionar que, además, evita el desgaste profesional.
Hay muchas maneras en que la inteligencia emocional nos ofrece las fuentes internas para tener un acceso más inmediato al estado óptimo. En este libro encontrarás métodos prácticos para llegar a ese estado fácilmente, en vez de tener que esperar a que lleguen aquellos elementos elusivos que te lanzarán a un momento de flujo.
en la era de la inteligencia artificial, la inteligencia emocional es más importante para construir una mejor cultura empresarial”.