Vieja guardia recuerda violencia desatada por la muerte de Jorge Eliécer Gaitán
Adultos mayores recuerdan la violencia desatada en la provincia de Ocaña después de la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, lo que desencadenó episodios dolorosos para los habitantes de la región.
El veterano, Carlos Julio Rincón Garzón, de 113 años de edad relata esos momentos aciagos cuando sufrió la persecución y estuvo escondido durante varios días en el monte, mientras pasaba la chusma.
Lamenta ese deceso porque era un buen candidato para gobernar a Colombia, impulsar el progreso y desarrollo en todo el territorio nacional.
Gaitán fue su ídolo y nunca imaginó el desenlace fatal. “Salimos corriendo de la finca Mahoma del corregimiento de Palenquillo, comprensión rural de Gamarra, sur del departamento del Cesar y nos refugiamos en las montañas, mientras pasaban esos hombres armados hasta los dientes”, afirma este liberal de ‘Tracamandaca’.
Mi papá cuenta que no daban abasto porque los muertos los recogía como si fueran matas de plátano tirados en la vera del camino, explica su hija Miriam Rincón Lozano.
Su hijo el ingeniero, Santander Rincón, afirma que la violencia marcó la vida de su padre perseguido por los enemigos solo por el color político. “Narra historias de los arrumes de muertos en la orilla de la quebrada y debieron sacar los cadáveres en estado de descomposición”, precisó.
Dramáticos momentos
Vivió en carne propia la violencia bipartidista de 1948 y lamenta profundamente la muerte del caudillo Jorge Eliécer Gaitán.
“Fue víctima de la persecución y permaneció escondido durante dos días en unos bultos de paja en la finca, ya que lo buscaban para matarlo por su filiación liberal”, le contó a su hijo.
Sus ojos fueron testigos de los episodios dolorosos de la violencia y el golpe de Estado de los años 50. Las sangrientas luchas que dejaron desolación y muerte en todo el territorio colombiano.
Una guerra sin sentido
La señora Sara María Sarabia Guerrero de 94 años de edad y residente en el barrio El Carretero de Ocaña recuerda como si fuera ayer ese conflicto generado por intereses políticos.
“Una confrontación que nunca comprendí porque mataron a un gran hombre como era Jorge Eliécer Gaitán. Yo tenía 18 años, cuando eso teníamos un restaurante, el Alto de Sanín Villa, llegaron esos hombres y con las cuchillas rasgaban las puertas, gritando improperios. Mi marido Miguel Bohórquez, era muy neutral, no estaba de ningún lado y le seguía la corriente”, agrega la veterana ama de casa.
El alcalde de Río de Oro, Cesar, recomendaba a la gente bajar al pueblo para evitar una tragedia y nosotros como no debíamos nada, no temíamos y seguimos allá. “Fue una época cruel, mataban a la gente sin contemplación alguna, únicamente por disputas”, señala.
Un documental producido por estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña (UFPSO) cuenta detalles de la masacre y resalta que después de este fatídico día quedó impregnado en la región del Catatumbo el dicho ‘A robar a El Carmen’.
Algunos escritos sobre este lamentable hecho luctuoso de la historia apuntan a que fue Pabón quien dirigió el plan de exterminio del pueblo ‘liberal gaitanista’ en el Catatumbo y que por eso envió un centenar de ‘chulavitas’ para masacrar a los carmelitanos.