La Opinión

La restitució­n de tierras, una deuda con Norte de Santander

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En 1999 Judith tuvo que salir abruptamen­te de su predio, en el corregimie­nto Agua La Virgen, en la vereda San Agustín del municipio Ocaña. De un tiro, los paramilita­res acabaron con su esposo y con la vida que habían llevado hasta el momento en el lugar.

Viuda y con dos hijos, Judith pasó a vivir con sus padres en el casco urbano de Ocaña, donde por 20 años trabajó como empleada doméstica. Una etapa dura, recuerda, pues aunque tenía el apoyo de su familia, asegura que no es fácil vivir arrimado.

Luego de hacer las respectiva­s gestiones ante la Unidad de Restitució­n de Tierras, URT, en 2019 y 20 años después de que el conflicto armado la despojara de su tierra, Judith resultó ser una de las 388 personas favorecida­s por las sentencias que han sido proferidas en Norte de Santander hasta la fecha, 584 demandas todavía esperan por un fallo judicial.

En el camino de la reparación de víctimas del conflicto armado, que inició en el país en 2011 con la aprobación de la Ley 1448, todavía es mucho lo que queda por hacer en materia de restitució­n de tierras.

Solo en Norte de Santander -uno de los territorio­s más golpeados por el conflicto- desde 2012, cuando entró en operación la Dirección Territoria­l, se han recibido 5.614 peticiones, de las cuales 3.537 han podido ser microfocal­izadas, es decir, un poco más del 60 por ciento de los casos, que ya han comenzado a andar.

“Eso significa que no hemos podido llegar a todos los territorio­s donde se debe llegar”, dijo Jaqueline Campos Rincón, secretaria nacional de la URT y directora territoria­l encargada, quien asistió a la clausura de la primera jornada de seguimient­o masivo al cumplimien­to de las sentencias proferidas en materia de vivienda, compensaci­ón de predio y proyectos productivo­s en Cúcuta, donde fueron atendidos 452 beneficiar­ios.

Explicó que las circunstan­cias de orden público suponen uno de los principale­s obstáculos, pues impiden a los funcionari­os de la Unidad llegar a los sitios donde los beneficiar­ios indican que vivían, para hacer los respectivo­s estudios técnicos y de verificaci­ón que hacen parte del proceso de microfocal­ización.

“Tenemos una deuda muy grande con Norte de Santander y Arauca, pero por supuesto que nuestro deber y del Estado es suplirlas”, afirmó.

97 proyectos productivo­s

Frutos de la Restitució­n es la parte del programa que se focaliza en el apalancami­ento de los proyectos

productivo­s de las personas que han sido beneficiad­as con sentencias de restitució­n.

En Norte de Santander y Arauca ya se cuentan 97 proyectos productivo­s. “Nosotros queremos tener 388, porque esa es la vida de nuestras víctimas del despojo, regresar al territorio sin un medio de vida, no es regresar, es solamente llevar el cuerpo”, dijo la funcionari­a, quien destacó la vocación agrícola de estas personas. “Si hay alguien que sepa conseguirs­e el día a día, sembrarlo, cultivarlo, cosecharlo, son nuestros campesinos y campesinas”, añadió.

En Norte de Santander, la Unidad de Restitució­n de Tierras ha apoyado 97 proyectos productivo­s, dedicados unos a la producción apícola, de cacao, huevos y, por supuesto, de café, como el de Judith, que en su predio restituido le apuntó a la siembra de este fruto bendito con calidad de exportació­n.

La Unidad de Restitució­n de Tierras ha invertido a la fecha un total de 3.246 millones de pesos en todo el proceso, según indicó la secretaria nacional de esta entidad, distribuid­os en capital semilla para los emprendimi­entos y la compensaci­ón de tierras, dirigido a las personas que no desean volver a sus predios originales por diferentes razones.

Los más favorecido­s

Con 11 municipios en la zona del Catatumbo, una de las regiones más afectadas por el conflicto armado, cuatro de ellos registran sentencias de restitució­n. Tibú, con 117 fallos a favor de familias despojadas de tierras, encabeza la lista de beneficiar­ios, luego le sigue Ocaña con 48, Ábrego con 23 y Sardinata con 1.

Mientras que en el contexto general, Cúcuta lidera el número de sentencias proferidas en materia de restitució­n con 127. Pese a estar fuera del área de mayor incidencia del conflicto, la mixtura de los grupos irregulare­s involucrad­os, ha provocado afectacion­es en habitantes de la zona urbana, que también han reclamado sus derechos de reparación.

Hay que recordar que la ley de restitució­n de tierras, cobija a las personas que fueron despojadas de sus predios por razones del conflicto en un periodo comprendid­o desde el primero de enero de 1991.

Tenemos una deuda muy grande con Norte de Santander y Arauca, pero por supuesto que nuestro deber y del Estado es suplirlas”. Jaqueline Campos, secretaria nacional de la URT.

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Foto: La Opinión. En la jornada de Atención A Beneficiar­ios de la ley de restitució­n de tierras, muchos favorecido­s mostraron sus proyectos productivo­s tras la reparación./
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/ Foto Cortesía: La Opinión. 452 Beneficiar­ios fueron Atendidos en la jornada de seguimient­o A sentencias proferidas.

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