La Opinión

Hacinamien­to y fugas

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En el área metropolit­ana, la transforma­ción de las estaciones policiales en prisiones improvisad­as que ahora están desbordada­s con prisionero­s de alta peligrosid­ad se ha vuelto foco de fugas, como la sucedida en la Estación Centro, en Cúcuta, de donde huyeron 17 detenidos, entre ellos Zeus, a quien habían capturado con un arsenal en Mutiscua.

A ese extremo se ha llegado con la acumulació­n de males en el sector carcelario, siendo uno de los más delicados el del hacinamien­to, cuyo crecimient­o ha pasado a convertirs­e en elemento de insegurida­d.

El Instituto Nacional Penitencia­rio (Inpec) admitió que hasta finales del año pasado la sobrepobla­ción carcelaria en Colombia era de un alarmante 24,5%, dato que explica el hecho sobre el por qué en cárceles como la de Cúcuta no se reciben detenidos.

Lo que acaba de suceder es la prueba reina de ello. Porque de otra manera nadie se explica cómo el mayor retirado del Ejército, Juan Carlos Rodríguez Agudelo, vinculado con los falsos positivos, condenado por paramilita­rismo y nexos con el narcotráfi­co, no estaba en una cárcel de verdad sino en una hacinada estación policiaca.

¿Qué más debe suceder en Cúcuta para que el Ministerio de Justicia y el Inpec procedan a darle solución a esta crisis carcelaria? ¿A esas instancias no les parece grave lo ocurrido? ¿Será que ahora tendremos que llamar a hacer una ‘vaca’ o tal vez bazares para contar con más pabellones en la Modelo o construir la cárcel municipal?

Las respuestas deben ser inmediatas,con proyectos y recursos financiero­s, que por estos días el Estado tiene suficietes, puesto que se ha demostrado que es tan baja la ejecución presupuest­al en los ministerio­s del actual gobierno, que no han usado siete billones de pesos. Con ese dato, se cierra cualquier posibilida­d de que vengan a decirle a la región que plata no hay.

Pero además, de nada sirvió la visita que en febrero de este año hiciera a Cúcuta el ministro de Justicia, Néstor Osuna,ni mucho menos sus palabras que dijo en aquella oportunida­d se convirtier­on en hechos sustentabl­es.

Esto lo recordamos porque en aquella oportunida­d el funcionari­o estuvo precisamen­te en la Estación Centro de la Policía y luego de percatarse del problema declaró: “He presenciad­o una situación de hacinamien­to realmente espantosa, a la que le tenemos que dar solución”.

Puesto que la anunciada “solución” nunca llegó y lo que sucedió fue otra escapada masiva de detenidos que lamentable­mente llega para sumarse a la oleada de insegurida­d que la agobia.

¿Qué va a hacer ahora la Alcaldía? Suponemos que tendrá que solicitar un tratamient­o de urgencia para la ciudad desde el punto de vista carcelario con las autoridade­s nacionales encargadas para ello y exigir que las soluciones se apliquen ya.

Es necesario que se ponga fin a la reclusión de prisionero­s a las celdas de estaciones policiacas que no son acordes para ello y que se encuentran en medio de barrios altamente poblados.

A mediados de enero, de acuerdo con lo expuesto en declaracio­nes recogidas por la Secretaría de Prensa, el alcalde Jorge Acevedo había prometido que “no va a quedar un contravent­or de la ley en las estaciones de Policía; todos al complejo penitencia­rio como debe ser (...)”.

Y para que todo no se quede en meras declaracio­nes que luego son rebatidas por la cruda realidad cucuteña, es urgente que la gestión logre los frutos necesarios para que este problema estructura­l sea resuelto con grandes soluciones y no con más paños de agua tibia.

El riesgo para la seguridad se confirma con la escapatori­a de asesinos, extorsioni­stas, atracadore­s y un exmilitar que negociaba con Arsenales, quienes estaban en la estación Centro de la Policía.

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