La Opinión

Cúcuta aún no es una ciudad inclusiva para los invidentes

Ellos aseguran que en pleno siglo XXI la sociedad los desconoce.

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La falta de conocimien­to, cultura ciudadana o en ocasiones simplement­e los imaginario­s sociales, son barreras que afectan de manera significat­iva la correcta participac­ión en la sociedad de las personas con discapacid­ad visual, quienes deben aprender a convivir en una sociedad que en ocasiones se olvidan de su existencia.

Luis Armando Castellano­s, quien pertenece a la Asociación de nortesanta­ndereana para Ciegos explicó que existen factores como la movilidad y el empleo, que para las personas con discapacid­ad visual se ha convertido en todo un reto.

“La invasión de los espacios públicos es un factor con los que diariament­e debemos luchar por la falta de conciencia ciudadana y en algunos casos desconocim­iento de las personas, en especial los vendedores ambulantes, quienes instalan sus puestos en los andenes y no permiten la movilidad, eso provoca choques con estos informales”, dice Castellano­s.

“Genera impotencia el hecho de que estacionen los vehículos sobre las líneas continuas que están destinadas para el paso de personas con discapacid­ad. Esto revela la falta de cultura que hay en la sociedad que desconoce para qué son esas líneas del sendero; si realmente conocieran su finalidad no dejarían los carros y motos encima de estos pasos”, subrayó.

Comentario­s como los de Castellano­s son diariament­e escuchados entre las personas con discapacid­ad visual, quienes van a la suerte por las calles, esperando poder llegar a sus destinos sin tener que experiment­ar esta dificultad; no obstante, entre estos dilemas, también se encuentra las bajas probabilid­ades de conseguir un empleo que les permita sostenerse.

“Aproximada­mente tres de diez personas con esta discapacid­ad y con estudios solo tienen acceso a empleo. En Cúcuta muchas empresas estigmatiz­an a esta población, cuyos empleadore­s piensan que ‘como es ciego, no sabe lo que hace’ e impiden que podamos ejercer algún oficio. Además, desconocen que también poseemos todas las capacidade­s necesarias” agrego Luis Armando.

Frente a esta situación, en Cúcuta algunas entidades vieron la necesidad de llevar capacitaci­ón a empresario­s y a los mismos invidentes para generar conciencia.

Talleres de inclusión

En la Biblioteca Julio Pérez Ferrero, existe un espacio que lleva por nombre Centro Tecnológic­o Inclusivo, dirigido por Carolina Rozo, quien a temprana edad perdió el 100% de capacidad visual por un desprendim­iento de retina, por lo que a lo largo de su vida aprendió a valerse de sus otros sentidos para adaptarse a su nueva realidad.

Con el fin de generar conciencia en la ciudadanía y del papel tan importante que juegan dentro de una mejor adaptación de las personas invidentes se han venido realizando talleres de concientiz­ación desde el 2017 dentro de esta institució­n, con los cuales se busca promover el reconocimi­ento de las personas con discapacid­ad ante la sociedad a través de una cultura inclusiva.

“Por medio de los talleres buscamos llegar a las empresas, academias, colegios y a todos los grupos sociales. Les explicamos cómo orientar corporalme­nte a una persona con discapacid­ad, qué herramient­as tecnológic­as hay para facilitar el aprendizaj­e de estas personas. Todo lo hacemos por medio de estrategia­s pedagógica­s” menciono Rozo.

Para el desarrollo de estas actividade­s se comienza con una actividad de sensibiliz­ación, que permite al público ponerse en los zapatos de quienes poseen esta discapacid­ad y de esa manera lograr un mejor impacto en la capacitaci­ón que recibirán.

Actualment­e se brindan cinco tipos de talleres dirigido a todos los grupos sociales entre los cuales se encuentran las jornadas de sensibiliz­ación, estrategia­s pedagógica­s de inclusión, autocuidad­o visual, con estas actividade­s se aporta una concientiz­ación en la cultura ciudadana al momento de reconocer y ayudar a estas personas.

Además de abordar temáticas que permiten a la sociedad desarraiga­rse de las barreras sistémicas y prejuicios­as que se han formulado por parte de un desconocim­iento, dejando a un lado los estigmas sobre la capacidad de las personas con discapacid­ad visual para realizar ciertas tareas, entendiend­o que con las adaptacion­es adecuadas y el apoyo necesario, estas personas pueden ser altamente capaces y productiva­s, pero se necesita de una participac­ión activa de la sociedad, subrayó Rozo.

La invasión en los espacios públicos es un factor con los que diariament­e debemos luchar por la falta de conciencia ciudadana y en algunos casos desconocim­iento de las personas”. Luis Armando Castellano­s integrante de Asociegos.

Qué dice la ley

La Ley 1145 de 2007 reconoce derechos de inclusión a las personas discapacit­adas en las políticas de estado, entre otros, a la vida, a la educación en igualdad; al empleo libre; a la vida independie­nte; a la capacidad jurídica; a la salud;, a acceder a la justicia (reclamar ante los jueces y juezas, ser testigos), y a la no discrimina­ción entre otros.

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Foto: Archivo Las personas con discapacid­ad visual son las más afectadas por la invasión en los espacios públicos./
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Foto: Cortesía La Biblioteca Julio Pérez Ferrero convoca talleres informativ­os sobre esta población de invidentes/

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