Lanzaron granada contra una casa del barrio Camilo Daza
El hecho que solo dejó daños materiales, iba dirigido contra un exguerrillero del Eln que vive en esa residencia.
El fuerte estruendo que se escuchó el pasado miércoles, a las 10:30 de la noche, en el barrio Camilo Daza, atemorizó a todos los residentes de la calle 46 con avenida 9, quienes no pudieron conciliar el sueño después del ataque.
A esa hora, dos hombres vestidos de negro, habrían llegado hasta una de las viviendas y arrojaron una granada al porche, luego huyeron hacia el barrio 5 de Mayo.
Algunas unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) se encontraban realizando patrullajes cerca del lugar y al escuchar la detonación del explosivo, llegaron hasta el sitio para ponerse al frente del caso. Pero nuevamente el ‘Plan Candado’ no les funcionó, porque los responsables no dejaron rastro alguno.
¿Para quién iba el ataque?
En la vivienda se encontraba Jerson Andrei Sanguino Avendaño, de 32 años, un desmovilizado del Ejército de Liberación Nacional (Eln), quien fue uno de los testigos clave de la Fiscalía. El hombre estaba acompañado de su escolta y su compañera sentimental.
“Nosotros ya estábamos durmiendo cuando pasó lo del atentado. El escolta mío alcanzó a asomarse por la ventana y vio a los tipos. Él alcanzó a reaccionar y disparó dos veces, pero era difícil porque todo estaba con candado, además que fue el que recibió el impacto y quedó aturdido”, relató Sanguino Avendaño.
El hombre aseguró que no es la primera vez que ha sido víctima de estos ataques, el más reciente fue el pasado 1 de diciembre, cuando fue secuestrado junto con su esquema de protección en el corregimiento de Campo Dos, de Tibú.
“A mí me toca estar escondiéndome todo el tiempo, cambiando de casa, viajando, de un lado a otro, porque yo no estoy seguro en ningún lado”, añadió.
Sanguino Avendaño es oriundo de San
Calixto y reside en Marmato (Caldas), sin embargo, no tiene un lugar fijo. El 19 de abril llegó a Cúcuta, estuvo dos días y luego viajó a Ocaña a visitar a algunos familiares.
“Yo llegué a la ciudad nuevamente el martes, solamente pasó un día, porque el miércoles fue que pasó esto”, dijo el hombre.
Asimismo, reclamó que ha venido siendo víctima de una persecución, pues el año pasado denunció algunas situaciones que -según él- desaparecieron del sistema de la Fiscalía. Además, en enero, su esquema de protección fue reducido y cuenta con un solo escolta.
Comité de seguimiento
En diálogo con Luis Fernando Niño, Consejero de Paz de Norte de Santander, se conoció que el próximo 30 de abril, la Gobernación liderará un comité de seguimiento a los desmovilizados de los diferentes grupos armados.
“Analizaremos qué ha pasado con ellos después de dejar las armas, en temas como la reincorporación a la vida civil y la seguridad”, comentó Niño.