La Opinión

Y ahora por la educación

- GERMÁN VARGAS LLERAS COLUMNISTA

Oculta tras las intensas discusione­s de las reformas de la salud, pensional, laboral, agraria y otras tantas, va caminando la ley estatutari­a de educación. Ya entró a su tercer debate en Comisión Primera de Senado, lo cual resulta alarmante dados los importante­s señalamien­tos y críticas que ha recibido de la academia y voces muy autorizada­s del sector que piden una revisión a fondo del proyecto.

Lo primero sea advertir que nadie se opone al derecho fundamenta­l a la educación, reconocido por la propia Constituci­ón nacional. Pero cosa muy distinta es la idea que propone el proyecto de marchitar la educación privada para consolidar la pública. En efecto, este proyecto concentra la financiaci­ón y los beneficios solo en la universida­d pública, establece la gratuidad plena en las institucio­nes del Estado y se desentiend­e por completo de las institucio­nes privadas. Cae nuevamente en el error de impulsar la financiaci­ón a la oferta y no a la demanda. Yo me pregunto: ¿mientras se construye la capacidad en las institucio­nes estatales, si esto fuera posible, qué va a pasar con el millón de estudiante­s, de los cuales el 70 % pertenecen a estratos 1, 2 y 3, que hoy están matriculad­os en las institucio­nes no estatales? ¿Se van a quedar sin estudiar?

No sobra recordar que una de las fortalezas de nuestro sistema educativo es ser de carácter mixto, lo cual ha permitido acceso, opciones diversas, alianzas y sinergias. Pero el proyecto parece desconocer la relevancia de las institucio­nes privadas de educación superior, que actualment­e representa­n aproximada­mente el 50 % de las matrículas en el país. Además, ¿cómo van a alcanzar la meta de medio millón de nuevos cupos sin el concurso de las institucio­nes privadas?

Establecer la democracia directa en la gobernanza de las universida­des hará ingobernab­les estas institucio­nes y las hará presas de caudillism­os y sesgos ideológico­s. El modelo propuesto compromete la autonomía universita­ria, al exigir la elección directa de los rectores. Con razón el profesor Moisés Wasserman ha señalado que resulta preocupant­e la tendencia a introducir prácticas de la política local en el ámbito universita­rio.

Basta observar lo que está ocurriendo en la Universida­d Nacional, que no es otra cosa que una toma abusiva e ilegal por parte del Gobierno, que desconoce la autonomía y los reglamento­s estatutari­os para la elección del rector, y por vía de inspección y vigilancia, algo similar a los abusos cometidos por las superinten­dencias, pretende desconocer a quien fue elegido e imponer un rector petrista, en la esperanza de afiliar y politizar las bases estudianti­les, a quienes les han prometido precisamen­te elecciones directas.

Ya se había advertido sobre la inconvenie­ncia de que el Icetex quede limitado a la educación pública y a posgrados. El Gobierno tiene que aclarar su posición al respecto.

Entre los aspectos más preocupant­es se encuentra el de debilitar la calidad en aras de un mal entendido aumento de cobertura. Por ello se esperaría que el proyecto desarrolla­ra herramient­as eficaces para monitorear y asegurar la calidad de la educación. Muy por el contrario, el proyecto no aborda las reformas necesarias en la carrera docente, su evaluación y el desarrollo profesiona­l y sí introduce una nueva concepción de la evaluación, ineficaz por complacien­te.

Otra perla del proyecto es que se elimina el ingreso por méritos a la educación superior. La pregunta que surge, naturalmen­te, es si existirán todos los cupos para garantizar el acceso universal de todos los aspirantes. Y de la mano de esta pregunta, ¿cuánto va a costar esta reforma? ¿Se dispone de los recursos necesarios? Como ya es tradición con todos los proyectos de este gobierno, no se tienen estudios de impacto fiscal. Este proyecto compromete­ría recursos adicionale­s de $ 41 billones al año. Por supuesto, estos recursos no están disponible­s como lo ha indicado en reciente y oscura carta el Ministerio de Hacienda. Esta reforma, de ser aprobada, creará una expectativ­a que no se va a cumplir. Puro populismo, más engaños y frustració­n.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia