La Opinión - Imágenes

Lazos familiares un tanto particular­es

- Jimmy Fortuna Docente y periodista

El título “Piratas del Caribe”, sin lugar a dudas, es sinónimo de éxito y no es por el hecho notable de contar con una nómina de lujo, entre los que sobresalen, lógicament­e, Johnny Depp, Orlando Bloom y Geo rey Rush, sino porque, en cada nueva película, la creativida­d es desbordant­e. Es un lme de aventuras, magia y altas dosis de diversión. Un perfecto plan familiar: deleitarse con los particular­es apuntes y acciones de Jack Sparrow, quien, de principio a n, logra un gran magnetismo con grandes y chicos, pues se involucra en un sinnúmero de situacione­s graciosas y delirantes y, en especial, porque se mantiene el alma de este personaje: tener una perso- nalidad que no es completame­nte blanca ni negra, un aspecto clave en él, ya que no es ni un temido maleante o pirata, ni tampoco un dócil ser, atento a ayudar.

Como ya ha sido habitual en los anteriores lmes, cada uno trae nuevas guras. En esta última entrega, el elegido fue el laureado actor Javier Bardem, quien encarna al temido capitán Salazar. Aunque en el lme, se muestra como un sanguinari­o personaje, perdido en una in nita maldición, la película se encarga de mostrar su versión humana y parte de su historia de vida en el mar.

“Piratas del Caribe: la venganza de Salazar” (Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales), dirigida por los artistas noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg, presenta un tema que no había sido tan importante en los anteriores lmes de esta saga: la familia. En esta nueva entrega, se muestran los lazos familiares que existen entre disímiles personajes: el capitán Barbosa y Carina Smyth, por un lado; y por otro, Will Turner y Elizabeth Swann como padres de Henry Turner.

A lo largo del lme, el espectador va descubrien­do cómo los vínculos familiares son eternos y que, por más que se intenten eludir o evadir, siempre estarán como faros, guiando senderos inexplorad­os y, posiblemen­te, ya habitados o soñados.

Adicional a esto, la película ofrece otro elemento importante que, última y afortunada­mente, se está teniendo en cuenta: rea rmar el rol de la mujer. En este nuevo lme, Carina Smyth, quien para muchos, es una bruja. Es, en realidad, una mujer de ciencia que ha dedicado su vida a su único amor: la astronomía. Es por todo esto, que su conocimien­to, más que su destacada belleza física, le permiten asumir un protagonis­mo marcado a lo largo de toda la historia, junto a Henry Turner.

“Piratas del Caribe: la venganza de Salazar” apuesta por narrar una historia en la que es palpable que, desde la vida, se pueden realizar las mejores acciones y que las huellas indelebles que se heredan, por parte de la familia, estarán ahí, eternament­e.

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