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III Foro Nacional de Filosofía en Cúcuta: “Conversar para Transforma­r”

17 y 18 de mayo de 2018 - IE Julio Pérez Ferrero

- Mg. Jorge Enrique Ramírez Ramírez “La Filosofía debe impedir someterse a lo establecid­o” T. Adorno

Desde el año 2013, la IE Julio Pérez Ferrero viene convocando a estudiante­s de la ciudad y en el año 2016 acepta el desafío de motivar otros espíritus del contexto nacional. En el año 2017, se rindió homenaje al insigne maestro Carlos Eduardo Vasco Uribe, en sus 80 años de vida, ejemplo de ciudadanía y lucidez.

Esta tribuna contará con la participac­ión de docentes de la Universida­d Nacional de Colombia, la UIS y la Uniminuto de la ciudad de Bogotá, además de estudiante­s de diversos lugares del país y de colegios de la ciudad y del departamen­to.

La temática central en este 2018 será los 200 años del natalicio de K. Marx, para quien los lósofos no han sido sino sólo charlatane­s que especulan y no transforma­n sus propias realidades. Empecemos por recuperar las ideas de Gramsci (1967), quien expresa que el pensar es propio de la naturaleza del hombre, de ahí que el ser humano cotidianam­ente, al margen de que no sea un lósofo “profesiona­l” o alguien que se desempeñe en actividade­s puramente intelectua­les, debe ser considerad­o (con ciertos límites) también como “lósofo. La tesis es que todo ser humano tiene una manera de ver las cosas (una “concepción del mundo”) que implica ciertos conceptos, o supuestos en última instancia losó cos.

Abrir espacios para conversar desde la losofía quiere decir empezar por abrirle la puerta a esa fuerza y esa capacidad de trazar los caminos de lo impensado. Es ayudar al estudiante, al obrero, al docente, al niño, al joven, a que cada uno se dé cuenta que nada ni nadie los puede atontar. La experienci­a de pensar es una experienci­a espiritual. Nos ayuda a dibujar caminos allí donde no los hay.

La losofía nos lleva de la sospecha a la con anza. Nos lanza a luchar, a padecer ininterrum­pidamente los verdaderos problemas, abrirlos y compartirl­os. A esto no lo podemos llamar salvar el mundo, pero sí ponernos en la situación de entender algunos de sus aspectos y transforma­rlos. La vida quiere más: ser vivida, ser compartida y hacerlo con dignidad. ¿Qué hacemos entonces? Pensar y con ar en la fuerza transforma­dora del pensamient­o. Eso es lo que nos brinda la losofía

Cuando los seres humanos conversan, descubren que es en ese intercambi­o donde construyen sus mundos junto a los demás. Para Gadamer, la conciencia está naturalmen­te abierta a lo “otro”, es decir, al mundo y a los demás hombres. Y esta apertura al otro signi ca la relación e interacció­n con el otro que se lleva a cabo por medio del lenguaje. Desde el primer momento de su existencia, cada hombre se encuentra en relación con otros hombres. La experienci­a del mundo es ya desde el principio experienci­a de los demás, experienci­a de la alteridad en la conversaci­ón.

Por medio del diálogo se alcanza la comprensió­n y el acuerdo con el otro, y se realiza de modo efectivo la vida social, que se construye como una comunidad de diálogo. Al conversar sobre el mundo unos con otros, y hacer de él una tarea común, los hombres están creando el mundo y haciendo de él su punto de encuentro y de unión. Sólo a través del diálogo y del consenso se puede constituir la sociedad civil y la cultura que ésta genera. A su vez, el lenguaje se da únicamente en la manifestac­ión del mundo. El lenguaje nace y vive en la conversaci­ón. La lengua se crea en cada conversaci­ón de nuevo.

La losofía es una herramient­a de encuentro y de interpelac­ión. Es un encuentro con los otros, y ese encuentro es la calle, en el sentido de que es allí donde pasa la vida. Si el entorno de la Escuela, la Familia, la universida­d, la Plaza pública, los Centros comerciale­s y otros espacios de interacció­n, intensi can la conversaci­ón sobre los problemas que preocupan a todos: elevados índices de desempleo y violencia social, política y mediática; sobrepobla­ción, corrupción administra­tiva y pública, contaminac­ión ambiental, indiferenc­ia social, discrimina­ción y búsqueda de privilegio­s, falta de oportunida­des y de prácticas justas; es allí donde la losofía avanza movilizand­o el horizonte que somos y transforma no sólo los asuntos sociales sino también a quienes participan en esas conversaci­ones. En efecto, así emerge el diálogo político que hace que veamos las cosas con otros ojos.

Conversar para transforma­r, tiene como horizonte que el ser social determina la conciencia de los hombres, el ser social es el proceso de producción y reproducci­ón de la realidad social, es decir la praxis histórica de la humanidad. La praxis del hombre no es una actividad práctica opuesta a la teoría, sino que es la determinac­ión de la existencia humana como transforma­ción de la realidad. Los hombres no se liberan solos, se liberan en comunión dice Paulo Freire.

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Karl Marx
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Gadamer Paulo Freire
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