La Opinión - Imágenes

La madre abandera el sentimient­o del amor

- María Paola Soto Caicedo

Cuando el sentir llama, la madre abandera el sentimient­o del Amor.

Cuando decide con madurez, asumir el ser madre, decisión transcende­ntal en la vida de ella y de la humanidad.

Es cuidar un ser humano, educarlo. La luz la cubre en esta misión y hace sagrado este lazo, ya son familia.

Desde sus entrañas lo ha protegido y continúa, desde noches largas y días cortos, combatiend­o, malestares normales de una creatura. Imaginemos: Un niño con estado de salud delicado, solo el relato tranquilo de ella nos hace comprender, la paciencia, la entrega sin medida para hacer hasta lo imposible para que cada día su hijo este mucho mejor a veces sin resultados visibles, los años después hablaran…

Las horas en que demora una madre alimentand­o a un hijo con impediment­o físico, las horas que NO duerme una madre con un niño especial, con trastornos, algunas pasan días y años en clínicas y hospitales, el tiempo de estudio, tareas y demás, el sufrimient­o de una madre que no tiene los medios materiales, para alimentar, vestir, cuidar y educar a su hijo.

Cuántas mujeres, sin poder ser madres, deciden adoptar, cuantas madres son separadas, abandonada­s o viudas, desde diferentes frentes de realidades por encima de toda dificultad, dan todo por sus hijos por su hogar y familia.

A la madre que está en el hogar, porque el destino lo quiso así, ordenando, cocinando, cuidando cada detalle, sin hora de entrada y sin hora de salida…sin sueldo.

A la madre que trabaja…a quien hoy es abuela y bisabuela y mira la vida con calma.

A la madre que es dura con sus hijos y la que es dulce, a la que siempre ora, a la que recalca las advertenci­as de cuidado, a la que llora por sus hijos vivos o muertos, no terminaría­mos de resaltar su labor integral: espiritual, física, material. Ella no puede darse el lujo de confundirs­e o pedir tiempo para pensar…Ella tiene los pies siempre en tierra y aun así hace sonar a sus hijos.

Hoy le decimos: Gracias por tus cuidados Mamita, Por tu dulce Amor, por cuidarme Y sacrificar tu vida por mí Por Ti soy lo que Soy: Vida Tu comida es la más deliciosa Así solo sepas una sola receta Nadie la hace como Tu… Tu abrazo y sonrisa no tienen precio Sabrás: que tus canas son respeto Y tus arrugas belleza Madre que Dios nos de Larga vida Para devolverte cada cuidado y sacrificio Con generosa dedicación y atención Que cada lágrima te la devuelva con besos, Cariño y sonrisas Te mereces lo mejor, Madre Linda, ¿Sabes?... EL CIELO

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