La Opinión - Imágenes

La primera Navidad en Norteaméri­ca

- (Miguel Pérez, página web de Creators Syndicate).

Muchos historiado­res todavía no la reconocen y muchos libros y sitios del internet simplement­e han dejado pasar por alto esta parte de nuestra historia. Pero hay evidencia signi cativa para indicar que Hernando de Soto, una docena de sacerdotes católicos y algunos 600 explorador­es españoles celebraron la primera Navidad en América del Norte en el año 1539, en Anhaica, un pueblo nativo americano conocido actualment­e como Tallahasse­e, la capital de Florida.

Partieron de Cuba unos meses antes, desembarca­ron en la bahía de Tampa y perduaron un viaje de 300 millas haste el norte de la Florida. Pero estaban solo en el comienzo de lo que iba a convertirs­e en la primera y más impresiona­nte exploració­n europea terrestre de América del Norte. Desde Florida, de Soto y sus hombres fueron a explorar el territorio que más tarde se convirtió en Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee, Alabama, Mississipp­i, Arkansas y Luisiana. Su caminata de cuatro años y 4000 millas al n perdio su impulso cuando de Soto murió de ebre en las orillas del río Mississipp­i, donde fue enterrado en 1542.

Pero no antes de haber celebrado la primera navidad en Norteameri­ca, en Anhaica. Fue uno de los pueblos principale­s de los nativos apalachees, el cual los españoles ocuparon en el otoño de 1539, y donde instalaron su campamento de invierno hasta marzo de 1540.

Durante muchos años, los historiado­res de la Florida habían asumido que el Anhaica que los explorador­es españoles describier­on en sus diarios se encontraba en las cercanías del lago Jackson, de Tallahasse­e, donde incluso ellos erigieron una placa conmemorat­iva al campamento de Soto y a la primera Navidad americana.

Pero la ubicación exacta no había sido identi cada. No se habia encontrado evidencia física, y los arqueólogo­s temían que el campamento de invierno de Soto se había perdido bajo el concreto y el acero de la ciudad capital.

Sin embargo, en 1987, mientras las excavadora­s despejaban la tierra para construir un complejo de o cinas en Tallahasse­e, el arqueólogo del estado de la Florida, B. Calvin Jones, descubrió artefactos de la expedición de de Soto. Sorprenden­temente, sólo hace 24 años, encontró el pueblo de Anhaica en el centro de Tallahasse­e, ¡a poca distancia del capitolio del estado de la Florida!

Jones dirigió un equipo de excavación que recuperó más de 40.000 artefactos, incluyendo los dientes y fragmentos de mandíbula de cerdos (traídos por primera vez a América del Norte por la expedición de Hernando de Soto) y una moneda española acuñada en año 1517.

Aunque el sitio de cuatro acres ya estaba programado para construcci­ón cuando las reliquias fueron encontrada­s, el lote fue adquirido por la fundación sin

nes de lucro, Fondo para Tierra Pública, designado como “Lugar histórico de La herencia de la Florida”, y convertido un pequeño parque estatal. Y aunque la mayoría de los artefactos que se encontraro­n allí, ahora están en museos, el parque aún cuenta con un marcador y un panel interpreta­tivo que describe los hallazgos.

“La evidencia incluye eslabones de la malla de una armadura, monedas de cobre, la punta de hierro de una echa, fragmentos de tarros de aceitunas españolas, y collares de vidrio comercial”, el panel anuncia. “Estos hallazgos proporcion­aron la evidencia física del campamento del invierno de 1539-40, el primero de de Soto con rmado en Norte-américana. Desde allí, la expedición de Soto viajó hacia el norte y hacia el oeste, teniendo pues el primer contacto europeo con muchas sociedades nativas”.

Aunque no existen evidencias sólidas para demostrar que de Soto y sus hombres celebraron esa primera Navidad en Tallahasse­e, los historiado­res dicen que es difícil imaginar que los sacerdotes que viajaban con de Soto no celebraron una misa ese 15 de diciembre.

Antes de la institució­n del actual calendario Gregoriano en 1582, la Navidad era celebrada el 15 de diciembre. También es difícil concebir que no tenían ninguna

esta especial a los 12 días después de Navidad, cuando los católicos conmemoran la Epifanía: La manifestac­ión de Cristo a los gentiles en el día que Jesús recibió la visita de los tres reyes magos (Mateo 2:1-12) .

Teniendo en cuenta el hecho de que el campamento español estaba bajo ataque constante de los apalaches, que querían volver a su aldea, destacados historiado­res y arqueólogo­s de la Florida creen que las celebracio­nes de la temporada navideña pudieron haber sido tensas y breves. Pero pocos dudan que sucedieron.

De hecho, las dudas y la negativida­d sobre la primera navidad en América por lo general provienen de aquellos que dicen que los españoles eran simplement­e demasiado violentos, sí, esos que juzgan a los explorador­es del siglo 16 por los estándares morales del siglo 21. Nadie niega que de Soto y su ejército atacaron aldeas y mataron a muchos nativos americanos. Sin embargo, también fueron objeto de constantes ataques de emboscada, sufrieron cientos de bajas y soportaron penurias increíbles en su búsqueda para explorar el norte de América.

Sus críticos dicen que los explorador­es españoles no vinieron a construir, sino para buscar el oro y la gloria. Sin embargo, los asentamien­tos que se establecie­ron desde la Florida hasta California demuestran lo contrario. Y les aseguro que no estaban solos en la búsqueda de oro y en matar a los nativos americanos. De alguna manera, otros colonos europeos no reciben su proporción adecuada de la culpa por el holocausto del nativo americano.

Pero seamos sinceros: de Soto y sus hombres iban a donde ningún hombre europeo había ido antes -viajando a través de la selva, encontránd­ose con oposición hostil a lo largo del camino y peleando contra los mismos Apalachees que case habían exterminad­o otra expedición española, encabezada por Pán lo Narváez, 11 años antes. De los 300 soldados españoles de la expedición de Narváez 1528, sólo cuatro sobrevivie­ron.

En aquellos días, los explorador­es tenían que hacer lo que los tiempos dictaban. La violencia y la crueldad era las normas, pero no sólo para los explorador­es españoles.

Los que rechazan los logros españoles basados en la crueldad del siglo XVI, todavía están promoviend­o la leyenda negra -esa campaña de siglos de antigüedad para demonizar a los conquistad­ores españoles y minimizar los logros de los hispanos.

Hoy en día, hay muchos sitios en Internet que pretenden contar la historia de la Navidad en los Estados Unidos. Sin embargo, como toda otra investigac­ión histórica in uida por el prejuicio de la leyenda negra, muchos de estos sitios comienzan a contar nuestra historia de Navidad en la América británica del siglo XVII y en negación completa de la presencia española en América del Norte, que comenzó en 1513.

Te dicen que la Navidad no fue siempre celebrada en este país, y que en realidad fue prohibida en Nueva Inglaterra entre 1659 y 1681 porque los peregrinos puritanos la considerab­an una esta pagana. Te dicen que el día de Navidad nuevamente cayó en desgracia después de la Revolución Americana, ya que se considerab­a una de las muchas “costumbres inglesas” que el pueblo estadounid­ense quería rechazar.

Como si todas las navidades anteriores no contaran, te dicen que la primera Navidad -bajo el marco de la Declaració­n de la Independen­cia-fue en 1776, que la primera bajo la nueva Constituci­ón de Estados Unidos fue en 1789, y que la Navidad no fue declarada como una celebració­n federal hasta el año 1870. Sin embargo, ¡la primera navidad americana rara vez se menciona!

Algunos sitios a rman que, en realidad, “la Navidad no era un día de esta en el comienzo de América”. Sin embargo, después de esa primera Navidad del año 1539 en Tallahasse­e y antes de que los peregrinos anti-Navidad llegaran a Plymouth Rock en el año 1620, aún existen registros que prueban que el nacimiento de Cristo fue celebrado por los explorador­es españoles durante décadas en América del Norte, a partir del año 1565 en St. Augustine, Florida, y del 1598 en Nuevo México.

¿Qué podría causar tal distorsión de la historia? ™Podría ser porque algunas personas les resulta difícil reconocer que las primeras navidades americanas fueron todas celebradas en español?

Los sitios en la Internet te dicen todo sobre el primer árbol de Navidad, la primera tarjeta de Navidad, el primer Nacimiento y la primera tienda de la Navidad, pero la primera ciudad estadounid­ense donde se celebraba la Navidad, bueno, eso es un poco más difícil de encontrar.

Por desgracia, la leyenda negra está viva y bien en el siglo XXI. La herencia hispana oculta en America todavía está siendo muy bien escondida.

Y así, para llenar el vacío en el ciberespac­io y dejar las cosas claras, cuando la gente pregunte “¿Dónde fue celebrada la primera navidad en América?” en Google, a partir de ahora, van a estar leyendo esta columna.

Además, esta es mi manera de desearles, aunque sea tarde, una “Feliz Navidad”, tal y como se expresó en la primera Navidad norteameri­cana.

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