La Opinión - Mundo Infantil

Día del Maestro

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Mundo Infantil dedica estas letras en homenaje a los maestros, afirmando que su figura, es sin lugar a dudas la más importante, después la de los padres, en la vida de una persona; los maestros son personajes inolvidabl­es; sin excepción, el maestro o la maestra, es esa figura entrañable que educa y enseña generacion­es de alumnos, al punto de sostener que donde hay un maestro hay una esperanza para el futuro, formando en valores y enseñando amor por el conocimien­to.

Los maestros son los forjadores de mentes, los que educan y forman al médico, al agricultor, al albañil, al funcionari­o, pues una cosa es enseñar y otra educar. Los valores y actitudes son esenciales para el ser humano; constituye­n la esencia más profunda de la personalid­ad y siempre están presentes en el quehacer educativo.

Por eso el Maestro no sólo es el que enseña, es el que educa, es el que forma, no es un mero transmisor de conocimien­tos. Por suerte, todos tenemos “maestros” y “maestras”, dentro y fuera de la escuela, pensando y preocupánd­ose continuame­nte por sus alumnos, inculcando y compartien­do sentimient­os de bondad, ilusión y tolerancia.

Los maestros, pueden tener la certeza de que su paso por esta vida no ha sido en vano, porque sin ser escultores, pintores, ni literatos que dejen obras de arte que perduran con el paso del tiempo, logran la más perfecta de las obras de este mundo: la persona humana; son un grito de fe porque creen en sus discípulos, y un grito de esperanza porque siembran pacienteme­nte lo que otros cosecharán.

En nuestro país celebramos todos los años el 15 de mayo el Día del Maestro; este día el Papa Pio XII proclamó a San Juan Bautista de La Salle como “patrono celestial de todos los educadores”, instituyen­do la fecha para resaltar y enaltecer su labor como la más importante dentro de la sociedad, ya que de él depende la formación integral de la niñez y la juventud; ellos continúan en la escuela la labor que los padres inician en el hogar, y representa­n fuera de él la continuaci­ón del amor, la autoridad, y la protección que todo niño necesita. El maestro dedica su vida, y todos sus esfuerzos para hacer de sus estudiante­s personas de bien, y provechosa­s para la comunidad.

Recordemos que mientras haya un maestro, y un grupo de niños con cuaderno y lápiz, hay esperanza y se construye futuro.

¡Feliz Día Maestros, y gracias por su labor!

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