Las tormentas solares
La superficie del sol no es un lugar tranquilo; el Sol emite constantemente un flujo de partículas energéticas cargadas eléctricamente, que producen un campo magnético, llamado ‘viento solar’, que puede verse perturbado de acuerdo a la actividad del astro; estos fenómenos son llamados tormentas solares, y se refieren a un periodo de actividad en el que el sol expulsa llamaradas de materia y radiación.
No sería posible la vida en la tierra tal como la conocemos si no fuera por la magnetosfera, un escudo magnético que nos protege de esta radiación, y la acumula en unas regiones llamadas los Cinturones de Van Allen. Sin embargo, si la tormenta solar es muy intensa, puede haber daños. La ionosfera se ve perturbada cuando esto ocurre, y los daños se producen en las comunicaciones: los satélites artificiales, las ondas de radio de alta frecuencia, y los sistemas GPS; incluso, la Estación Espacial Internacional puede ser afectada, y los astronautas no deben salir a sus caminatas espaciales mientras ocurren.
Cuando se produce una fulguración, hay dos emisiones: la primera que nos llega es una radiación electromagnética, compuesta por rayos X, rayos gamma, ondas de radio y luz visible; viaja a la velocidad de la luz, y alcanza a la Tierra en 8 minutos.
Las tormentas solares son, las causantes de las auroras boreales. Se producen en los cinturones de Van Allen, sobre los polos del planeta, por ello no vemos auroras en latitudes bajas.En los dos equinoccios, de primavera y otoño, cuando los ecuadores de la Tierra y el Sol se sitúan en un mismo plano, nuestro planeta se ve más afectado por el viento solar.