Nuestra bella ciudad
Antes del terremoto que destruyó la ciudad en 1875, Cúcuta tenía calles y avenidas anchas y bien trazadas; al ser reconstruida, siguiendo el diseño del ingeniero Francisco de Paula Andrade Troconis conservó el mismo sitio y con la misma organización todo lo relativo al centro de la ciudad, la catedral de San José, ubicada frente al parque Santander, situado entre las calles 10 y 11, y las avenidas 5ª y 6ª, centro comercial, bancario, y de negocios de la capital de Norte de Santander.
La nomenclatura de una ciudad muestra la organización y numeración de las calles y avenidas, y nos orienta para llegar justo a la dirección a la que queremos llegar; indica los lugares, la evolución y el desarrollo de sus necesidades; nos permite conocerla, diferenciarla y apreciarla; posibilita una relación cercana entre ella y sus habitantes que conocen sus virtudes y carencias, con la esperanza de que al ser conocidas puedan ser remediadas en el corto plazo; igualmente genera en sus habitantes la creación de un lazo estrecho de identidad y pertenencia con ella; y ya, después de recorrerla identificando sus calles, parques y monumentos cargados de historia, se vuelve imposible no amarla y no vincularse con ella, agradeciendo su entorno amable, sus bellos árboles que nos dan sombra y frescura, sus avenidas y calles amplias, y todo el conjunto de urbanizaciones y construcciones que la definen y la diferencian de las demás.
Nuestra ciudad está enmarcada entre avenidas que van en dirección oriente a occidente, y calles que van de sur a norte; conserva unos trazados perfectos en sus manzanas de proporciones clásicas. Para hacer un reconocimiento, debemos partir del cruce de la avenida Cero con calle primera; de ahí en adelante las direcciones aumentan sus números al alejarse del centro, y se les agregan las letras N para indicar norte o E, para advertir que vamos hacia el este. Cúcuta está dividida por la Diagonal Santander, vía que la atraviesa diagonalmente y une la autopista a San Antonio del Táchira con la glorieta de San Mateo y a esta con la glorieta de la Terminal de Transporte donde nace la vía que nos lleva hacia Juan Atalaya y el municipio de El Zulia.
La avenida Cero, inicia en el Canal Bogotá en el norte, y en su otro extremo sube por el puente sobre el río Pamplonita, y llega a la glorieta García-Herreros; de allí parte la carretera que llega a la autopista Internacional por el sector de Lomitas, conectando directamente con el centro de la ciudad.
La margen izquierda del río Pamplonita está marcada en toda su extensión por la avenida Los Libertadores, amplia, y bellamente sombreada, que rodea periféricamente la ciudad, y ha dado cabida a numerosas urbanizaciones residenciales que la embellecen. En esta avenida, entre los puentes San Rafael, Elías M. Soto y San Luis, disfrutamos de un acogedor paseo llamado El Malecón, que distingue e identifica la ciudad como acogedora y amable; este sitio es preferido por la juventud para pasear en las calientes noches cucuteñas.