“El Búfalo” Ovelar y el VAR
El Once dominó el resultado, pero no el partido. Lejos estuvo de la pelota, con excesiva lentitud, sin distancia, sin ritmo y poca densidad atacante.
En Bogotá, el Once Caldas atacó poco, muy poco, pero bien. Jugó al error no forzado, capitalizó las oportunidades y tuvo a Ovelar, destacado e Influyente.
Las debilidades las minimizó porque jugó con ganas y con simpleza, especialmente, cuando miraba el arco del frente, con binoculares. El primer gol salió de la nada, en momento oportuno, con rebote bien controlado en la frontal del área y remate colocado.
Rodríguez Rico, socio y apoyo de todos. Dejó para el recuerdo una magistral asistencia, con el exterior del pie, para el segundo gol.
Con poco el blanco, serio y ordenado, de floja estructura y baja forma técnica, logró mucho. Regresó acosado por la larga inactividad y, sorpresivamente, obtuvo un botín.
El VAR, instrumento de ayuda arbitral, evitó el despojo, en dos ocasiones, en jugadas tan evidentes que no requerían consulta. Pero... a veces el descaro con abuso de los árbitros, malogra los planes.
El Once dominó el resultado, pero no el partido. Lejos estuvo de la pelota, con excesiva lentitud, sin distancia, sin ritmo y poca densidad atacante.
Sus errores fueron menos protuberantes que los del rival y sus aciertos justos para ganar.
Bodhert, si tiene autocritica, sabe que hay mucho por mejorar. Las piernas y el cerebro están todavía en desacuerdo, martirizadas por la quietud de la pandemia. Los partidos dan confianza y el ritmo se recupera entrenando y jugando.
Qué importante es ganar, aunque suene de Perogrullo, sobre de todo en campo rival. Mañana, frente a Nacional, deberá refrendar su prometedor reencuentro.
P.D.: En la despensa, el Once Caldas tiene la esperanza en Jown Cardona, Dayro, Ménder García y Carbonero.