El ministro de Defensa es acorralado por las actuaciones de la fuerza pública.
Carlos Holmes Trujillo enfrenta denuncias en su contra y una moción de censura. Acorralado.
Los recientes abusos de la Policía y del Ejército contra civiles tienen contra la pared al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, que se muestra como el halcón del Gobierno en el manejo del orden público y cuya renuncia piden representantes de diversos sectores políticos.
El ministro, que está hace diez meses en el cargo, después de una carrera dedicada principalmente a la diplomacia en la que incluso fue el primer ministro de Relaciones Exteriores del presidente,
Iván Duque, ha asumido como jefe de la Defensa una postura más radical que sus antecesores ante las protestas callejeras que lo tiene en el ojo del huracán.
Su principal crítico es el senador Jorge Robledo, del partido Polo Democrático Alternativo, quien considera que Trujillo es “indigno” de ocupar el cargo y lo acusa de “mentir” y “engañar” al Senado para permitir la presencia en el país de miembros de una brigada militar estadounidense de lucha contra el narcotráfico, de tolerar excesos de militares y policías y de desobedecer sentencias judiciales.
“Necesitamos que el presidente Duque saque a Holmes Trujillo de ahí. Le están haciendo un daño inmenso al país”, dijo Robledo, quien añadió “que aquí hay problemas gravísimos y así lo entiende la comunidad internacional”.
Violencia policial y militar
La gota que rebosó la copa
fue la brutalidad policial que el 9 de septiembre causó la muerte en Bogotá a Javier Ordóñez, de 46 años, lo que desencadenó protestas que dejaron 13 muertos, supuestamente por disparos de uniformados, y el asesinato el jueves de Juliana Giraldo, una mujer trans que se movilizaba con otras tres personas en un automóvil atacado a tiros por un soldado del Ejército en cercanías de Miranda, en el Cauca (suroeste).
Según el senador, Colombia necesita que la Policía “funcione como funciona en los países civilizados, donde el ciudadano y el que protesta no es un enemigo que puede ser bloqueado sino que es un ciudadano que está con un derecho constitucional y legal que debe ejercerlo”.
El ministro, que además es abogado, se valió de una artimaña para responder a una orden que le dio el pasado martes la Corte Suprema de Justicia, al fallar una acción de tutela, de que se disculpe “por los excesos registrados desde la movilización del 21 de noviembre de 2019” en la que el bachiller Dilan Cruz murió por un disparo de escopeta de un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (Esmad) en Bogotá.
Trujillo argumentó el jueves, poco antes de expirar el plazo de 48 horas que le dio la Corte Suprema, que el pasado 11 de septiembre había pedido perdón “por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido cualquiera de los miembros de la institución”.
Esa declaración ha dado lugar a todo tipo de interpretaciones y le provocó una nueva lluvia de críticas de diversos sectores que consideran que no responde a la orden que le dio la Corte Suprema, lo que constituye un desacato a la Justicia en un país con separación de poderes.
Debate de moción de censura
Senadores de oposición pidieron un debate de moción de censura en contra del ministro por la violencia policial, cuya fecha está por definirse, y además denunciaron a Trujillo ante la Procuraduría para que ordene su destitución.
El ministro se defiende asegurando que las actuaciones policiales están ceñidas a la ley y que cuando se ha recurrido a la fuerza en las protestas es para controlar acciones vandálicas que, según afirma, son promovidas por grupos armados ilegales, como las disidencias de las Farc y la guerrilla del Eln.