Los habitantes de la calle

Nuestros hermanos que habitan la calle, por negligencia del Estado, de nuestro sistema social, por el problema de la droga y un poco por responsabilidad de cada uno de nosotros, se está constituyendo en un verdadero caos de salubridad y atentado moral a la dignidad humana.

Cada día llegan nuevos de estos habitantes, que permean todos y cada uno de los rincones dela ciudad y no escapa ningún parque, portón, rincón abandonado, para apropiarse de él y formar allí su nicho. Me preocupa su estado de abandono, higiene y mal olor que despiden; allí donde se sientan en parques o sillas, y cuando se levantan de allí, el niño que acaba de llegar, coloca sus manitos para subir.

Todos somos indiferentes; pero cada vez se evidencia una especie de pandemia en este sentido, dado que la ciudad se convierte en un verdadero sanitario urbano; las fuentes de agua y los dispensadores individuales, son utilizados por estas personas para su aseo personal, siendo foco de contaminación, cuando los jóvenes y los niños los utilizan. Subir a Chipre se convirtió en un calvario, por los olores de heces, ya que las laderas son sus baños públicos, aparte de las basuras que arrojan por la ladera.

Todos caminamos como autómatas en esta bella ciudad de la que se está apropiando esta población de la calle; nadie se preocupa ni se expresa al respecto, ningún tipo de autoridad ni de líderes. Yo me pregunto ¿ qué podemos hacer?

Transitar por el centro de la ciudad, es una verdadera lástima en ese sentido. La zona rosa o sector del Cable, tampoco escapa de esta lamentable situación.

Yo me pregunto sobre la contradicción que vivimos, respecto a las medidas y restricciones con los protocolos de bioseguridad, que a veces son exagerados y con relación al manejo de la situación planteada, no se ejerce ningún control. Nosotros como personas sensibles, debemos tomar acciones que conduzcan a sacar a estas gentes de esas condiciones tan inhumanas. Cordialmente,