La Patria (Colombia)

Duque, unas de cal y otras de arena

La violencia y el trato a los migrantes, dos caras de Colombia ante el mundo. Análisis.

- JAIME ORTEGA CARRASCAL

El Gobierno de Duque mantiene un delicado equilibrio con la comunidad internacio­nal que por un lado le pide más compromiso con la paz y más acciones contra la violencia que se ha cobrado la vida de líderes sociales y exguerrill­eros de las Farc, al tiempo que elogia la acogida que le brinda a millones de migrantes venezolano­s.

La Unión Europea, la ONU, Estados Unidos y España, entre otros, han manifestad­o a la administra­ción del presidente, Iván Duque, su preocupaci­ón por la violencia contra los líderes sociales y por los ataques verbales a la Jurisdicci­ón Especial para la Paz ( JEP) en su trabajo para ofrecer verdad, justicia y reparación a las víctimas del conflicto armado.

"Nos parece que hay que seguir impulsando la JEP y ese es el mensaje que yo he transmitid­o aquí, un mensaje que es muy claro", manifestó la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, al concluir el fin de semana una visita de tres días a Colombia.

Los ataques contra la JEP, incluso con propuestas de que sea eliminada, se han intensific­ado desde que hace dos semanas ese tribunal de justicia transicion­al reveló que el número de jóvenes ejecutados por militares para presentarl­os como guerriller­os muertos en combate, política conocida como de "falsos positivos", es el triple de los casos investigad­os por la Fiscalía.

Según la JEP, la cifra real de víctimas de los "falsos positivos", de los capítulos más infames del conflicto armado colombiano, es de 6.402 y la mayoría de esos crímenes fueron perpetrado­s entre 2002 y 2008, periodo que coincide con el Gobierno de Álvaro Uribe.

A la defensa de la JEP se sumó el embajador de Estados Unidos en Colombia, Philip Goldberg, quien el viernes se reunió con el presidente de ese tribunal, el magistrado Eduardo Cifuentes, "para discutir el valor que nuestras dos democracia­s otorgan a la importanci­a de respetar la independen­cia judicial".

Crímenes sin fin

En cuanto a los asesinatos de líderes sociales, son unos crímenes que parecen no tener fin y que se convirtier­on hace tiempo en una piedra en el zapato para el Gobierno por las denuncias internas que ya trascendie­ron las fronteras, especialme­nte después de un informe de Human Rights Watch ( HRW) que el mes pasado acusó al Estado de tener una reacción "lenta y deficiente" ante esa ola de violencia.

Según ese informe, alrededor de 400 defensores de derechos humanos fueron asesinados en el país desde noviembre de 2016 cuando el Gobierno y la entonces guerrilla de las Farc firmaron el acuerdo de paz para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo.

La Defensoría del Pueblo, por su parte, asegura que la orgía de sangre es más aún grande, pues entre 2016 y 2020 fueron asesinados en Colombia 753 líderes sociales y que el año pasado fue el más violento contra los defensores de derechos humanos con 182 crímenes.

De inmediato, el portavoz del Departamen­to de Estado de Estados Unidos, Ned Price, expresó la preocupaci­ón de Washington "por la violencia en curso contra los defensores de los derechos humanos, quienes desempeñan un papel vital en la construcci­ón de una paz justa y duradera en Colombia".

"Tuve ocasión de hablar con el presidente del acuerdo de paz, de las institucio­nes del proceso de paz y del progreso en la labor de esas institucio­nes (...) porque para nosotros como Gobierno de España esta es una prioridad", dijo González Laya, quien también se reunió en Bogotá con los presidente­s de la JEP, de la Comisión de la Verdad y de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desapareci­das ( UBPD).

Una posición similar expresó la UE que tras la publicació­n, la semana pasada, de otro informe sobre la violencia en Colombia, elaborado por la oficina de la alta comisionad­a de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, volvió a llamar la atención sobre la situación en el país.

Para responder a las críticas, el Gobierno cita datos de la Fiscalía según las cuales en el último año se esclareció el 63,52 % de los homicidios de defensores de derechos humanos, y el 52,71% en casos de exguerrill­eros y sus familiares, resultados que si bien son un avance, no atacan la raíz del problema, que es la violencia contra esos dos grupos, ni evita que se cometan los crímenes.

Aplausos por acogida a la migración

Pero si el Gobierno recibe una de arena de la comunidad internacio­nal por el incremento de la violencia, la de cal le llega por el trato que está dando a la migración venezolana.

En ese sentido, Duque ha cosechado aplausos por el Estatuto de Protección Temporal para migrantes venezolano­s.

Esta iniciativa ha sido reconocida por líderes de organismos internacio­nales, por el papa Francisco e incluso por el presidente estadounid­ense, Joe Biden, en una carta que dirigió a Duque.

Más allá de las felicitaci­ones por el manejo de la migración, el tiempo juega en contra del Gobierno, al que quedan 18 meses, con la gestión de la pandemia y la vacunación contra la covid- 19 de por medio, para tratar de mostrar al mundo otra cara de Colombia en lo que a protección de los derechos humanos se refiere.

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Foto | Presidenci­a de la República | LA PATRIA Iván Duque firma decreto que crea Estatuto de Protección de migrantes venezolano­s.

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