Diego Mariño Hernández
“Adiós, maestro. Solo me quedan los mejores recuerdos tuyos, las charlas extensas, las clases de locución e improvisación, además de tu perseverancia en todo. Fuiste más que un periodista, locutor y docente visionario. Gracias a ti hice realidad mi sueño de ser comunicador, fuimos muchos los que creímos en ti y logramos terminar nuestras carreras profesionales en el programa de radio y televisión que alguna vez existió en la Universidad de Caldas. Haber creído en ti me cambió la vida para siempre”.