La súplica es por la cabeza de su esposo
Han pasado 44 días de ese macabro hecho y de la cabeza no se sabe nada. María Rosario Londoño está desesperada. No ha podido hacerle el duelo completo a su esposo, Bryan Steven Guzmán Ortiz, de 28 años, a quien apodaban Caleño.
Lo decapitaron con machete, a finales de mayo pasado, en la vereda Cantadelicia, salida de Neira hacia Aranzazu. Lo encontraron en un potrero. La cédula reveló su identidad.
Guzmán Ortiz trató de defenderse. Al menos así se deduce de otras heridas que presentaba en los brazos.
“Me sueño mucho con él, está pidiendo justicia y clemencia, que aparezca esa parte del cuerpo para poder descansar. Me conduce a un lugar lleno de flores. Bryan se dedicaba a la finca, era agricultor. Ese día estaba sin qué hacer y un vecino lo convidó a ver un trabajo detrás del cementerio y le ofreció laborar. Todo contento se fue a cavar unos huecos para un cerco, a las 8: 40 de la mañana, pero nunca volvió. Me quedé esperándolo para desayunar”, contó la señora, quien acudió a LA PATRIA.
Añora justicia, pero las autoridades le indicaron que hay que investigar más. “Les pido a los asesinos de mi esposo que me entreguen la cabecita para poder darle sagrada sepultura completo, para que descanse en paz. Que se entreguen y paguen por este crimen tan atroz. Dejaron sufriendo a una mujer y a un hijo”, remató.