Carlos Alberto Ramírez, secretario de Agricultura de Caldas, responde
¿ A qué se deben los retrasos de entrega?
En campo la interventoría y los contratistas definieron cosas por mejorar, que no estaban en las licitaciones. Eso llevó a un nuevo plan de trabajo. Eso generó adiciones porque los recursos no alcanzaban. Se hicieron ajustes y las intervenciones finalizaron en el 2020. Cada planta tiene una característica diferente, pero la maquinaria fue el patrón general. En infraestructura cada uno determinó qué faltaba, eso se hizo en los comités de obra. Por eso los contratos terminaron con un valor final mayor.
¿ Qué se necesita para tener el visto bueno del Invima?
Cuando entré a la Secretaría ( 1 de febrero del 2021), de las 15 plantas solo estaba abierta Anserma. Hicimos un diagnóstico para saber qué pasaba. Fue un proceso complejo porque no solo se deben entregar las obras físicas, sino la documentación. Nos tocó ver que cumplieran mínimamente con unos requisitos para reabrirlas. Cuando el Invima las visita las califica sobre 185 puntos, si superan el 60%, por lo menos 100 puntos, se da el permiso de sacrificio. El tema documental se refiere a personal, procedimientos y proceso de sacrificios que maneja el operador de la planta.
¿ Y cómo van esas visitas?
Para esto debe haber preparación, es decir, los manuales y procedimientos que se tienen en cuenta en una planta de consumo de alimentos, eso tiene una trazabilidad y personas que conozcan el tema. Estamos trabajando en lo documental. Este año hemos reabierto Pácora, Samaná y Marquetalia.
¿ Cómo es el trabajo con los alcaldes?
Tenemos un plan de trabajo con los alcaldes para mirar qué falta y cómo lo hacemos, si quedó contratada o la obra quedó mal. Entonces le pedimos al contratista garantía y que organice. Esto es un trabajo concertado entre las alcaldías, la Gobernación, los contratistas y los operarios que las pondrán a funcionar.
¿ Cómo escogieron las centrales?
Se hizo una priorización en el proyecto. Se les dijo a los municipios interesados y que pudieran cumplir requisitos: debían aceptar la documentación y hacer inicialmente estudios y diseños. El Departamento hizo un empréstito para todos. Solamente 15 pudieron recoger la información necesaria, que el lote estuviera a nombre del municipio, los estudios y diseños y que pudieran aportar recursos de confinanciación.
¿ Hubo algún retraso por la pandemia?
Para reiniciar tocó aplicar los protocolos, fue un tropiezo, pero se lograron terminar las obras a final del año pasado. La cuarentena generó dificultades para darles celeridad a las plantas.
¿ Qué responsabilidad han tenido los contratistas?
Hemos sido muy claros: a los contratistas se les pagó lo que hicieron, faltaron cosas, eso es verdad, pero que digan que se pagó y no hicieron, eso sí no. No estamos buscando culpables, sino soluciones, porque si nos ponemos a mirar el retrovisor nunca abriremos. La comunidad también ha sufrido las consecuencias porque esto genera sobrecostos.
¿ Qué les dice a esas comunidades que siguen esperando?
Esto debería estar funcionando desde hace unos meses atrás, pero con el trabajo que tenemos ahora y con la participación activa de las alcaldías, más el apoyo de las comunidades y el Invima, en diciembre las tendremos organizadas. Cada planta que abrimos genera mínimo entre 10 y 12 empleos directos.