“Desaparezca ese cuerpo, no puedo cargar homicidios a mi jurisdicción”
La víctima fue un indígena, de 17 años, asesinado por un finquero. No aceptó cargos. Caso.
Tomar unos limones de un árbol en un predio privado de la zona rural de Belalcázar le habría costado la vida a Andrés Córdoba Taminiza, de 17 años, comunero activo del Resguardo Totumal, quien venía participando en la Minga y Paro Nacional.
Lo reportaron como desaparecido el 22 de mayo pasado y lo hallaron el 29 de ese mes, en el río Cauca, a su paso por Arauca. Lo identificaron por un tatuaje en el cuello.
Lo más sorprendente ocurriría minutos después del deceso, según el relato entregado ayer en
audiencia por la Fiscalía Octava Unidad de Vida, al presentar a los dos capturados y señalados de ese hecho: el teniente de Policía filadelfeño Yeison Leandro Mejía Vásquez, de 28 años, comandante de la estación de Belalcázar para esa fecha: y alias el Mono o Pecoso, de 33, natural de Santuario ( Risaralda).
Según el ente acusador, el joven comunero desapareció ese día, entre las 5: 00 a. m. y las 7: 00 a. m., cuando ingresó a la finca El Recuerdo, de la vereda La Graciela, a coger limones y plátanos.
El Pecoso, habitante del predio, lo pilló y le disparó en la pelvis, lo que generó pérdida masiva de sangre y su posterior deceso. Escondió el cadáver y se habría comunicado con el comandante Mejía Vásquez, para darle a conocer lo que pasó.
Sin embargo, según la Fiscalía, este respondió que “no podía aceptar que le cargaran ese homicidio o negativo a su jurisdicción, por lo que le pidió que desapareciera el cuerpo”. El Pecoso le cortó las piernas y empacó el cadáver en dos estopas. Luego las lanzó al río Cauca.
Detenidos
Las capturas se hicieron efectivas el lunes en Chinchiná, para el policía, cuando recibía turno; y en Santuario ( Risaralda), para el supuesto asesino. A este último le imputaron tres delitos: homicidio agravado, porte ilegal de armas de fuego y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. Al uniformado otros tres ( ver recuadro). Ninguno aceptó.
Les decomisaron los celulares para analizar supuestas llamadas entre los dos aprehendidos y posibles pruebas, sin violar la intimidad. Entre el 22 y 23 de mayo se comunicaron 11 veces, dijo el fiscal. Supuestamente el policía le dijo al Pecoso que cambiara de número, que la Sijín lo estaba chuzando.
Al cierre de esta edición se definía la medida de aseguramiento.
Este proceso no quiere decir que el policía y el civil sean culpables, será un juez de la República el que determine si son responsables del delito señalado.