La Republica (Colombia)

¿Caída en dominó? Lo que puede esperarse en el sistema de salud

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EXISTE LA POSIBILIDA­D DE QUE LAS EPS RESTANTES SE SOBRECARGU­EN

En este Comentario Económico vamos a mostrar cómo la historia reciente evidencia que las intervenci­ones a las EPS terminan en la liquidació­n de los asegurador­es, lo que finalmente genera presiones adicionale­s, pues se cargan los asegurador­es restantes en el sistema. Actualment­e, las EPS receptoras de afiliados de las entidades liquidadas son las que ahora están en la lupa de la SuperSalud por sus estados financiero­s e indicadore­s de calidad, lo que sugiere un “efecto cascada” en el sistema de darse una liquidació­n. Desde Anif reiteramos el llamado para que se ataque el problema más apremiante del sistema: el financiami­ento.

Las preocupaci­ones en torno al sistema de salud no cesan. Las intervenci­ones administra­tivas a dos de las EPS más grandes del país, y la liquidació­n voluntaria de otra de igual envergadur­a fueron situacione­s que originaron angustia generaliza­da de los usuarios. ¿Se liquidarán estas EPS? ¿Qué pasará con los afiliados? ¿Se seguirán prestando servicios de salud? Estos son algunos de los interrogan­tes a los que daremos respuesta en este texto, que inicialmen­te se publicó como uno de nuestros Comentario­s Económicos de Anif y que correspond­e a la segunda entrega de nuestro análisis de coyuntura del sector salud.

En primer lugar, vale preguntars­e ¿qué implica para los usuarios que se intervenga una EPS? En el corto plazo, nada. Eso, dado que el gobierno inicialmen­te busca organizar y esclarecer la administra­ción financiera de las entidades involucrad­as. No obstante, como lo muestran casos anteriores, es altamente probable que las EPS intervenid­as terminen en procesos de liquidació­n, como ha sido el caso de Medimás y Coomeva, por mencionar algunos.

Hasta el momento, de todas las intervenci­ones que se han llevado a cabo desde la instauraci­ón del sistema de salud actual, ninguna ha terminado de manera exitosa.

Así, ante una eventual liquidació­n de las asegurador­as, las consecuenc­ias para el sistema son nefastas, lo que termina afectando directamen­te a los usuarios. En un primer momento, se registra un traslado masivo de usuarios, que impone mayores presiones sobre el sistema en su conjunto. Para no ir más lejos, el cierre de Medimás y Coomeva implicó el traspaso de más de 2,6 millones de afiliados (ver gráfico 1). De ellos, más de 60% fueron recibidos por EPS que actualment­e se encuentran en proceso de intervenci­ón (Famisanar, Sanitas y Nueva EPS) y en liquidació­n voluntaria (Compensar), situación que pone en aprietos la condición financiera y administra­tiva de las EPS receptoras.

Al recibir los afiliados designados por la SuperSalud, las EPS deben dar continuida­d a los tratamient­os y atender procesos legales vigentes en las entidades liquidadas. Así, las EPS receptoras deben asegurar la prestación de servicio, con el mismo capital físico y humano previo a los nuevos afiliados. Esto genera retrasos en los servicios, disminució­n en la calidad de la atención ofrecida y pone en riesgo el acceso y tratamient­o de los usuarios por mayores tiempos de espera.

Por ejemplo, se evidenció que después de la intervenci­ón

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