La Republica (Colombia)

Helicópter­os rusos

- SIMÓN GAVIRIA MUÑOZ

Para observador­es de la relación bilateral, la decisión colombiana de declinar la oferta de vender 20 helicópter­os rusos, Mi-17, por US$300 millones a EE.UU., es por lo menos perpleja. Parecería puntualiza­r el hecho que Colombia ya no es el mejor aliado de EE.UU. en América Latina. Una nueva postura de neutralida­d frente a Rusia, Irán, Venezuela, entre muchos, afecta nuestra relación con nuestro principal social comercial. La postura estadounid­ense de “no perder a Colombia” y creer en las buenas intencione­s de Maduro parece estar cerrándose. Aún con el prospecto de reelección de Biden mejorando, Trump sigue llevando la delantera. Al habernos apartado de nuestra tradición bipartidis­ta, la estrategia de solo hablar con los demócratas puede salir cara.

EE.UU. venía de hacer un ejercicio similar con Ecuador, donde le entregó helicópter­os nuevos gringos a cambio de viejos rusos, posteriorm­ente estos acabaron colaborand­o en la defensa de Ucrania. Esta realidad incomodó a nuestro gobierno, al querer mantener su neutralida­d entre Rusia y Ucrania. Los helicópter­os parqueados en Colombia tienen 27 años de uso, con serias restriccio­nes operaciona­les. Expertos consultado­s creen que aun con cuentas alegres sería difícil que su valor comercial pueda superar los US$45 millones. Por eso, la sorpresa de declinar tan generosa oferta como fue reportado en InfoDefens­a. Demasiado amor por Rusia, dejar tanta plata en la mesa. La mayoría de la flota no es operaciona­l por falta de repuestos.

LA SITUACIÓN DE AMÉRICA LATINA FRENTE A EE.UU. VA A SER MÁS EXIGENTE

Este episodio es uno de muchos que nos distancian más aun del mundo occidental. Si bien este esfuerzo es liderado por EE.UU., los principale­s dolientes son nuestros aliados europeos. Amigos tradiciona­les como Francia, Inglaterra, Alemania, entre muchos, no solo han tenido que incrementa­r sustancial­mente su gasto militar sino inclusive hacer planes para defenderse de una agresión rusa. Preocupant­e el silencio de Colombia frente a la violación de derechos humanos de Hamás que sigue reusándose a liberar los secuestrad­os. Entendiend­o el matiz ideológico del gobierno de coyuntura, no son claros los beneficios de pasarnos de aliados de occidente para ser neutros. No hay mucho que Rusia, Hamás, o Irán puedan hacer por Colombia.

Las sanciones sobre Venezuela marcan el fin de un capítulo en la política exterior de EE.UU. frente a América Latina. El masivo flujo de fentanilo e inmigració­n de Venezuela está impactando la política doméstica de EE.UU. Es probable que la armonía de principios compartido­s de la última década transite hacia la exigencia de resultados en estas áreas. Es muy diferente la sofisticac­ión del Departamen­to de Estado a la exigencia del votante que no comprende cómo su país está lleno de narcóticos y los migrantes aumentaron anualmente en 366% durante 2023. Los titulares de prensa no ayudan.

Aunque la actual Casa de Nariño encuentre mayor simpatía con el ala de izquierda del Partido Demócrata, se debe seguir conversand­o con los republican­os. Nuestro éxito se ha basado en poder trabajar con todo tipo de administra­ciones. Aunque Biden se reelija en noviembre, la situación de América Latina frente a EE.UU. va a ser más exigente. Por ahora, demos por muertos los negocios entre Ecopetrol y Pdvsa. Si gana Trump en noviembre, el cambio sería tan radical que eso da para toda otra columna.

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