Suspenso en los mares de oriente
Pese a que el encuentro que se planteó entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte arrancó dando tumbos, también mostró no solo la posibilidad de una cita, sino que para los asiáticos sí es posible renunciar a las armas nucleares.
Si bien, la distensión en medio de la que se planteó un encuentro entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte arrancó dando tumbos, también mostró no solo la posibilidad de una cita, sino que para los asiáticos sí es posible renunciar a las armas nucleares.
A pesar de la destrucción de unas instalaciones de pruebas nucleares de Corea del Norte el 24 de mayo, ese mismo día Donald Trump dijo que cancelaba la reunión de Singapur que se había previsto para el 12 de junio. Pudieron más, en esa decisión, las palabras del régimen de Kim de una semana antes en contra de unas maniobras conjuntas de los estadoupues nidenses con los surcoreanos, que el hecho de destruir sus instalaciones. Una semana después vinieron nuevas aproximaciones, y si ese ‘tire y afloje’ termina siendo parte de un ritual normal de negociación –en el que las partes se endurecen y luego vuelven a la mesa– solo lo dirá el tiempo.
Entre tanto, queda en el horizonte el hecho de que Corea del Norte ha manifestado públicamente la posibilidad de renunciar a las armas atómicas, tras lo cual hay un trasfondo económico que seguramente Estados Unidos aprovechará para negociar con base en las urgencias de su contraparte.
La economía de Corea del Norte venía creciendo tras conocer ciertas ventajas de algo parecido a la apertura comercial y la liberalización, pero ahora esos avances encaran obstáculos.
Con la caída de la ‘cortina de hierro’, el bloque comunista se disolvió y los países que no experimentaron cambios de régimen, como Cuba o Corea del Norte, perdieron las condiciones económicas ventajosas con las que interactuaban con este. En particular, para Corea del Norte sobrevino una hambruna en la que habrían muerto tres millones de personas. Todas las afirmaciones sobre ese lugar del mundo terminan siendo en condicional, la verdad o la transparencia no son su mejor virtud.
En la actualidad, en este empobrecido país la producción por habitante es 22 veces más pequeña que la de Corea del Sur. La de Colombia, para poner otro ejemplo, la supera cuatro veces.
Posiblemente, la dura experiencia de la hambruna llevó a fortalecer las iniciativas de algún grado de liberalización de la economía, y tuvo un impulso adicional con la sucesión en el 2011, cuando, tras morir Kim Jong-il, asumió el poder su hijo Kim Jong-un. En esa suerte de monarquía constitucional comunista, ¿qué pensaría Marx?
Con el nuevo ‘soberano’ se iniciaron, efectivamente, cambios que
Estados Unidos afirmó estar dispuesto a trabajar, junto a Corea del Sur, para impulsar “la prosperidad en Corea del Norte, si efectivamente ese país desmonta su poderío nuclear.
llevaron a más tolerancia a pequeños emprendimientos privados y a comercio de alimentos y otros bienes que llegan de China. Durante su mandato se ha percibido cierto crecimiento económico y se estima que para el 2016 los ingresos reales de Corea del Norte estaban entre 1,5 y 4,5 por ciento por encima que 20 años atrás. Así mismo, en ese año se presentó el mayor ritmo de crecimiento económico desde 1999, cuya cifra fue de 3,9 por ciento.
Pero ¿de dónde salen esos datos, cuando rendir cuentas no es la prioridad de una dictadura? Desde 1990, en Corea del Sur, el Banco de Corea (el banco emisor) mantiene unos cálculos fundamentados en datos que le son suministrados por el servicio de inteligencia o por el Ministerio de Unificación, o que están en los registros de las aduanas de los países que hacen negocios con Corea del Norte.
De hecho, esas cuentas muestran que el programa nuclear le da un importante impulso al crecimiento de la producción. De la misma manera, para el 2016 se calcularon crecimientos en sectores como la industria (4,8 por ciento) y la electricidad, el gas y el agua (22,3 por ciento). El comercio internacional se expandió 4,7 por ciento, en un ámbito en el que el 90 por ciento corresponde al intercambio con China.
No obstante, así como el programa nuclear le daba impulso al país, hubo un momento en que se convirtió en un factor en contra. Si bien en el 2016 se llegó a un crecimiento récord, este se explica, en parte, por la caída de la producción en el 2015. El crecimiento dejó de ser constante desde el 2014, cuando pasó a ser vacilante. Esos sobresaltos se relacionan con las sanciones internacionales que se comenzaron a aplicar contra Corea del Norte, aprobadas en el seno de las Naciones Unidas, como respuesta a sus pruebas armamentistas.
Estas penalidades empezaron a impactar el avance económico. China, por ejemplo, en cumplimiento de las disposiciones de la ONU, suspendió las compras de carbón a un país en donde la minería es, precisamente, un sector clave –con un crecimiento de 8,2 por ciento en el 2016– que posee yacimientos importantes de carbón y plomo. Además, se cerró el complejo industrial de Kaesong, en el que participaban las dos Coreas y que era una fuente de divisas importante para Corea del Norte.
En uno de los informes del Banco Central de Corea se comenta que, si continúan las sanciones internacionales, se limitará aún más la posibilidad de crecimiento económico. En consecuencia, el desarrollo podría tener menos obstáculos si el país presenta compromisos creíbles de echar atrás sus planes armamentistas. Se podrían
Durante el mandato de Kim Jonh-un se ha percibido cierto crecimiento económico, y se estima que para el 2016 los ingresos reales de Corea del Norte estaban entre 1,5 y 4,5 por ciento.
restablecer actividades económicas en conjunto con Corea del Sur y recuperar lo cedido en materia de comercio internacional.
De hecho, el pasado 11 mayo, luego de que se mencionara, por primera vez, un encuentro de Trump con Kim Jong-un, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, afirmó que su país estaba dispuesto a trabajar junto a Corea del Sur para impulsar “la prosperidad en Corea del Norte” si efectivamente ese país desmonta su poderío nuclear.
Al referirse a un nuevo libreto económico, Kim señaló que la nueva línea estratégica del Partido de los Trabajadores será “la construcción económica socialista”. Por ahora, los oráculos que se especializan en descifrar la política del enigmático régimen creen que posiblemente se refiere a un modelo que siga los ejemplos de China o Vietnam, los cuales mantienen una dictadura que administra una economía capitalista. Para que este camino se cristalice, falta ver si se logra restablecer el diálogo en el que se deberá negociar los términos de una desnuclearización a cambio del respaldo económico.