LA HORA
de las energías renovables.
Para el 2018 y el 2019 entrarán en servicio entre 200 y 300 megavatios nuevos basados en tecnologías verdes. La subasta de contratos y las reglas de los mismos pueden viabilizar más de 4.000 megavatios adicionales de estas fuentes, en un plazo de cinco años.
El hecho de que el 73 por ciento de los 546 proyectos para la generación de energía eléctrica, vigentes en la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) hasta abril pasado, incorporen fuentes como el sol, el viento, el bagazo de la caña y el biogás, es una clara señal del potencial y del camino que, poco a poco –pero cada vez con más fuerza–, están recorriendo las energías renovables no convencionales en Colombia.
Luego de que el Gobierno pusiera en marcha los beneficios tributarios para la inversión en iniciativas que incorporen estas ‘nuevas energías’ (exclusión del IVA, aranceles y renta, entre otros), el país ha experimentado una verdadera avalancha de solicitudes para acceder a estos estímulos.
Las cifras corroboran la fuerte intención de migrar a energías más limpias y cuyo costo para los consumidores es menor en el largo plazo, toda vez que en este tipo de proyectos la entidad recibió 206 peticiones en el 2017 y solamente entre enero y abril de este año el número llegó a 106 radicaciones.
El ministro de Minas y Energía, Germán Arce, señala que el impulso a estas energías está fundamentado en la necesidad de cumplir los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del país para el año 2021 en 20 por ciento (acuerdo de París firmado en el 2016), y en
la diversificación de la matriz de generación, de tal manera que las energías renovables no convencionales puedan entrar a mitigar los riesgos que genera la alta dependencia de la energía hidráulica tradicional.
Estos riesgos, básicamente, se traducen en el aumento en los precios de la energía cuando se presentan fenómenos de ‘El Niño’, y el objetivo de la política es buscar el costo más eficiente para los consumidores.
Alejandro Lucio, director de la Asociación Colombiana de Energías Renovables (SER Colombia), indica que entre el 2018 y el 2019 se prevé la entrada en operación al sistema, para vender en el despacho diario de energía (bolsa) y por contratos, entre 200 y 300 megavatios de capacidad, una cifra un poco menor a la de la hidroeléctrica El Quimbo, la última gran central que entró en operación en el país y que está a cargo del Grupo Enel, de Italia.
Agrega que para los próximos cinco años la nueva capacidad de generación de fuentes renovables no convencionales dependerá de la reglamentación del decreto 570 del Ministerio de Minas y Energía, que fijó las condiciones para la subasta de contratos, es la principal puerta de entrada para estas nuevas tecnologías y de las reglas para la contratación de largo plazo, que están en manos de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). “Eso visibilizaría 4.000 megavatios que hay en desarrollo entre solar y eólica”, asegura el dirigente gremial.
Dos frentes de acción
En medio de esta transición regulatoria, ante la Upme hay 373 proyectos solares con capacidad proyectada de 4.003 megavatios; 14 iniciativas de generación mediante la utilización del viento, que darían al país capacidad de 2.269 megavatios, y 15 proyectos de generación con biomasa, cuya capacidad totaliza 41,7 megavatios.
En el listado hay desde grandes centrales como Guayepo Solar, de 400 megavatios, promovido por Guayepo Solar S.A.S., y el proyecto eólico Uribia, en La Guajira; así mismo, iniciativas de capacidad media como el parque solar El Paso, a cargo de la italiana Enel Greenpower, que con capacidad de 85 megavatios inició obras a finales de mayo y prevé instalar 260.000 paneles, gracias a una inversión de 70 millones de dólares.
“La construcción de El Paso marca un avance importante a la diversificación del mix de generación del país, mostrando lo que las energías renovables son capaces de hacer”, afirmó Antonio Cammisecra, director de Enel Green Power durante su visita al país, en la que se dio el banderazo para el arranque de las obras.
Sin embargo, desde hace un par de años, otros generadores como Celsia ya han venido avanzando en la incorporación de parques solares de menor escala, como el de Yumbo (Valle), con capacidad de 9,8 megavatios, y uno similar que se construirá en el departamento de Bolívar, de 8,06 megavatios de capacidad.
A esto se suman las iniciativas para apoyar la autogeneración de energía a través de estas fuentes, entre las que se cuentan, en el caso de Celsia, el plan de 92 techos solares en universidades, empresas y centros comerciales, mientras que Enel ya instaló 1.080 paneles solares en la empresa de alimentos Italo, por ejemplo.
El otro frente en el que las energías renovables comenzarán a despegar es la autogeneración a pequeña escala y generación distribuida, es decir aquella en la que cada usuario se autoabastece y puede vender sus excedentes de energía a la red, previa confirmación del comprador, según las normas expedidas por la Creg y que están en fase de divulgación.
De hecho, de los 546 proyectos totales presentados hasta abril ante la Upme, 271 tienen capacidades inferiores a un megavatio, a los cuales se deben sumar las iniciativas particulares que ya comienzan a explorar muchos hogares.