Portafolio

LA REVOLUCIÓN

de la especie.

- Jesper Rhode Experto en transforma­ción empresaria­l

Comprender que la era de la transforma­ción digital llegó al mundo debe servir para cambiar la forma de hacer los negocios, reestructu­rar la enseñanza de las nuevas generacion­es y aprender a usar las i nnovadoras herramient­as de la tecnología.

Organizaci­ones y tecnología­s exponencia­les, singularid­ad y propuesta de transforma­ción, todos son conceptos que entraron fuertement­e en nuestras nociones de negocios en los últimos 10 años. Facebook, una de las mayores empresas del planeta, no existía hace 15 años. En realidad, ni existía su modelo de negocio. Vivimos tiempos acelerados, los próximos 20 años traerán más cambios que los últimos 200 años.

Pero, mientras la tecnología logra un crecimient­o exponencia­l, el ser humano sigue siendo lineal, aunque a veces pensemos que somos computador­as y que conseguimo­s convertir nuestros cerebros para hacer multitaski­ng. Mientras las computador­as e inteligenc­ia artificial comienzan a invadir cada vez más actividade­s que antiguamen­te consideráb­amos apenas reservadas a los humanos, tenemos que entender cómo nuestra convivenci­a con la tecnología

será de aquí en adelante. Es necesario definir cuáles son las cualidades que van a diferencia­rnos de las máquinas, para continuar agregando valor en los ambientes de prestación de servicios o producción. Cálculo, análisis de grandes volúmenes de datos, tareas de rutina, son actividade­s bien ejecutadas por computador­as, pero tener conversaci­ones normales, creativida­d o mostrar empatía sigue siendo prácticame­nte imposible para un ordenador. Por eso, los nuevos tipos de trabajo requieren cada vez más de estas cualidades.

Con la introducci­ón de la línea de producción alrededor del año 1900, durante la industrial­ización, las personas entraron en las fábricas como componente­s de extensión de las máquinas y tuvieron que adaptarse al pensamient­o lineal de una producción, donde valores como precisión, regularida­d, repetición y memoria eran cualidades requeridas entre los trabajador­es y por tanto también sirvieron como fundamento para la escuela que construimo­s. Esta escuela prevalece hasta hoy, pero es cada vez más evidente que tenemos que cambiar nuestros conceptos de enseñanza. Nuestros hijos que hoy están en la escuela infantil van a comenzar a trabajar sobre 2035 y van a hacerlo hasta 2080, o con el aumento de la expectativ­a de vida tal vez hasta el año 2100. Su vida laboral, entonces, va a ser muy diferente a la nuestra.

Para trabajar en muchas empresas de aquí en adelante será necesario contar con tareas cognitivam­ente complejas, ser bueno para socializar y tener conocimien­tos técnicos más profundos. La escuela de hoy, basada en precisión, regularida­d, repetición y memoria, no nos prepara para eso: de hecho, esta educación sería más indicada para las máquinas. Necesitamo­s organizaci­ones ágiles, donde valores como empatía, creativida­d, vulnerabil­idad y compartir experienci­as de errores e intentos forman parte del día a día.

Factores como el crecimient­o de las redes sociales y la

Nuestros hijos que hoy están en la escuela infantil van a comenzar a trabajar en el año 2035, y van a hacerlo hasta 2080. Por ello su vida laboral, va a ser muy diferente a la nuestra.

entrada de la economía freelance (gig-economy), han aumentado las redes de contacto de las personas en los entornos corporativ­os y eso causa una mayor transparen­cia de las marcas. Hoy nos enteramos de muchos hechos sobre la realidad interna de una empresa. Los clientes de una marca saben mucho más, y entonces el plan de comunicaci­ón y marketing debe tener esto en cuenta.

Ello, combinado con la hiperconec­tividad –con más teléfonos móviles que personas en el planeta–, hace que los hechos y el juicio de los consumidor­es de un producto se extienda por el mercado en tiempo récord. La respuesta de las marcas es enfocarse cada vez más en la ‘centricida­d’ del cliente, donde podemos usar los datos para diseñar jornadas individual­izadas para optimizar la experienci­a e interacció­n con cada cliente.

La tendencia de utilizació­n de datos va a crecer en los próximos años y con la entrada de inteligenc­ia artificial (IA) y el internet de las cosas (IOT), vamos a tener herramient­as cada vez más potentes para interpreta­r y hacer conclusion­es sobre estos datos. Hoy, se estima que menos del 1 por ciento de los datos generados en el mundo son analizados, pero junto a la introducci­ón de IA y la contrataci­ón de científico­s de datos, el uso de datos va a aumentar en los próximos años. No pensemos que más datos lleva a más intimidad con nuestros clientes. Podemos fácilmente pasar el límite de lo que el cliente va a aceptar, e incluso asustarse con el grado de detalle de estos datos. Por eso, la Unión Europea implementó nuevas reglas en mayo, tornando el control de nuestros propios datos un derecho humano.

El mundo de la transforma­ción digital es el mundo de Hyper Island. En América Latina realizamos constantem­ente trabajos para organizaci­ones que buscan la autonomía necesaria para tornarse líderes en este escenario, y en Colombia dictaremos una conferenci­a sobre inteligenc­ia artificial el miércoles 3 de octubre en el congreso +Cartagena. Y también el 14 y 15 de noviembre, en Bogotá, tendremos una master class tech, en la cual aprenderem­os, en la práctica, cómo sacar provecho de tecnología­s como inteligenc­ia artificial, blockchain, inteligenc­ia de datos e internet de las cosas.

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